El difícil equilibrio del Barcelona de Bartomeu con el soberanismo

Josep María Bartomeu, el recién elegido presidente del FC Barcelonapor la mayoría de los socios, y su Junta ya han demostrado a la primera cuál será su talante ante decisiones tan discutibles como lasde la UEFA de multar al club con 30.000 euros por las banderas esteladas que aparecieronen la final de Berlín: prudencia. Quejarse, pero por lo bajini. Mostrar su desacuerdo, pero que corra el aire y ya verán si presentan recurso. El Barça de Bartomeu sigue intentando vadear haciendo pie en aguas tranquilas sin que nadie se moleste, cuando parece imposible con lo revuelta que baja la corriente del soberanismo.

La mayoría de los alrededor de 20.000 aficionados azulgrana que acudieron a la final de la Champions en Berlín con sus banderas esteladas tienen motivos para sentir que el club no se ha mostrado rotundo en la defensa de su libertad individual. Nadie desde el Barça animó a los seguidores para que portaran emblemas independentistas. Fue una decisión individual por la que el Barcelona ahora tendrá que pagar 30.000 euros de multa, pero por la reacción parece que todavía se esperaban que fuera a ser peor. Así, demoraron el comunicado oficial durante más de cuatro horas desde que se supo la sanción y Bartomeu, que presenció en directo el entrenamiento del equipo en San Francisco, no hizo ninguna declaración a los medios allí presentes. La tibieza es más que evidente.

Curiosamente, existe una corriente, sobre todo desde fuera de Catalunya, que insiste en señalar al club como promotor del soberanismo y que proclama su deseo de que la entidad no se meta en política, que es justo lo que intentan evitar Bartomeu y compañía; eso sí, siempre y cuando la presión popular no les obligue a lo contrario. En campaña, por ejemplo, todos los candidatos, incluyendo a Bartomeu, firmaron el manifiesto ‘Compromís de país’ en apoyo, entre otras iniciativas, de las acciones al derecho de decidir al pueblo de Cataluña. La misma tarde de la firma y la foto, Jordi Sánchez, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana, y Muriel Casals, la número tres en la lista unitaria que concurrirá a las elecciones el próximo 27 de septiembre, mediaron para que Laporta y Benedito se unieran para que así el Barça tuviera opciones de tener un presidente a favor de la independencia en lugar de Bartomeu, que se moja pero solo hasta los tobillos.

La sanción de la UEFA es solo la primera prueba del algodón del soberanismo que tendrán que pasar el nuevo presidente y su Junta. Este lunes, a partir de las seis de la tarde, se reúne en Madrid la Comisión Antiviolencia para estudiar las posibles sanciones por los pitos, mayoritarios, al himno español en la final de la Copa del Rey que se celebró en el Camp Nou entre el Barça y el Athletic de Bilbao. El presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal, ya avisó que habría consecuencias: “Se apurarán todas las opciones que la legislación concede respecto al organizador del evento y los equipos participantes”. Falta saber en qué se traduce el aviso de Cardenal y cuál será entonces la respuesta del Barcelona.