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¿Hasta cuándo tiene Piqué que seguir dando explicaciones?
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Gemma Herrero

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¿Hasta cuándo tiene Piqué que seguir dando explicaciones?

Personalmente siento vergüenza cuando un jugador de la selección española después de acabar un partido tiene que aclarar que no hizo una peineta mientras sonaba el himno

Foto: Piqué marca el gol que dio la victoria a España frente a la República Checa. (Reuters)
Piqué marca el gol que dio la victoria a España frente a la República Checa. (Reuters)

Terminó el partido, España había perdido ante Croacia y el siguiente rival en octavos ya se sabía que será Italia. La selección nacional se había metido en un jardín y le toca ahora el lado complicado del cuadro. En el caso de eliminar a Italia esperarán, probablemente, Alemania en cuartos y Francia, la anfitriona, en semifinales. Y en estas salió Gerard Piqué a zona mixta en Burdeos y tuvo que dar las siguientes explicaciones: “¿El dedo? Me parece una polémica estúpida. Creo que he demostrado sobradamente que si estoy aquí es porque me apetece estar. Me siento muy orgulloso de formar parte de esta familia y de este equipo. En ningún caso faltaría el respeto al himno de esta manera. Creo que me conocéis ya en estos años y a veces es verdad que a veces mis declaraciones no son lo más correctas y tengo salidas de tono que no tocan, pero nunca, nunca, he faltado el respeto ni a este país ni a esta selección. Dejémonos de polémicas que no van a ningún sitio, centrémonos en el fútbol que esta selección sabe jugar un rato y vayamos todos unidos. ¿Si me canso? Llega un momento en que te acostumbras”.

[Del "juega Casillas" a la imaginaria peineta del perseguido Piqué]

La pregunta es: ¿Y por qué tiene Piqué que acostumbrarse a estar bajo el microscopio? Pero hay más: ¿Por qué tiene que dar explicaciones continuamente sobre lo bien que se siente en la Selección? ¿Por qué se le examina? ¿Hasta cuándo? ¿De qué es sospechoso? Personalmente siento vergüenza cuando un jugador de la selección española después de acabar un partido tiene que aclarar que no hizo ‘la peineta’ mientras sonaba el himno. Desde que debutó con la absoluta en el 2009 ante Inglaterra, el catalán ha disputado 80 partidos con la Selección. No falla en las convocatorias, nunca se ha quejado de nada relacionado con el combinado nacional. Ni una sola palabra más alta que otra cuando juega con España. Fue el autor del primer gol en esta Eurocopa y al final del partido se le vio jugando con su hijo mayor Milan que iba ataviado con la zamarra de la Roja. No solo es profesional, sino que de la defensa es el más entonado por el momento. Pues nada. Al parecer no es suficiente. Nada es suficiente. Su compromiso se sigue poniendo en duda. Y de manera zafia.

“Esto es fútbol y no una competición de patriotismo”, había declarado Piqué el día anterior al encuentro de Croacia. Y quizás ahí esté el quid de la cuestión, teniendo en cuenta las explicaciones que se le piden día sí y día también al central. Y si es así, ¿cuál es la sospecha? Porque Piqué nunca se ha declarado independentista. Se mostró a favor del referéndum, a favor de que la gente pudiera expresarse, pero sin desvelar qué votaría él. ¿Es entonces porque es catalán? Que en este país existe recelo hacia los catalanes es una evidencia, igual que en Cataluña hay quien también tiene inquina a lo español. Ni en un caso, ni en el otro, se puede cuantificar ni medir de forma exacta, pero existe, está, es, hay.

Sergio Busquets, Jordi Alba, Marc Bartra, Cesc Fàbregas y Bellerín son catalanes también. Andrés Iniesta lleva media vida viviendo en Barcelona, habla catalán y siempre ha declarado sentirse a gusto en Cataluña. A ninguno se le examina como a Gerard Piqué. ¿Por qué se ha elegido entonces al central? Ninguno de los catalanes, es cierto, es tan desinhibido como Piqué. Pero sus “salidas de tono” como él mismo las calificó, nunca han sido con la selección. Piqué jamás ha manifestado ningún sentimiento contrario a España, ni una burla siquiera, ni una broma, pero ahí sigue, sometido al escrutinio constante.

Los artículos deben contestar preguntas, pero me declaro incapaz de contestar a la cuestión principal: ¿Por qué es sospechoso? ¿De qué se le acusa? Como escribió José Sámano en 'El País' el día después de que el culé marcara ante la República Checa: “Ante la intolerancia, inteligencia”. Y el intolerante aquí no es Piqué. Eso, al menos, hay que tenerlo claro.

Terminó el partido, España había perdido ante Croacia y el siguiente rival en octavos ya se sabía que será Italia. La selección nacional se había metido en un jardín y le toca ahora el lado complicado del cuadro. En el caso de eliminar a Italia esperarán, probablemente, Alemania en cuartos y Francia, la anfitriona, en semifinales. Y en estas salió Gerard Piqué a zona mixta en Burdeos y tuvo que dar las siguientes explicaciones: “¿El dedo? Me parece una polémica estúpida. Creo que he demostrado sobradamente que si estoy aquí es porque me apetece estar. Me siento muy orgulloso de formar parte de esta familia y de este equipo. En ningún caso faltaría el respeto al himno de esta manera. Creo que me conocéis ya en estos años y a veces es verdad que a veces mis declaraciones no son lo más correctas y tengo salidas de tono que no tocan, pero nunca, nunca, he faltado el respeto ni a este país ni a esta selección. Dejémonos de polémicas que no van a ningún sitio, centrémonos en el fútbol que esta selección sabe jugar un rato y vayamos todos unidos. ¿Si me canso? Llega un momento en que te acostumbras”.

Gerard Piqué