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Lo de Iniesta no fue un mal día, se llama depresión
El futbolista relata en su libro un periodo en el que se hundió en una profunda depresión, acentuada con la muerte de Dani Jarque. Sí, depresión, una palabra que aún hoy parece ser tabú
Este viernes se cumplieron 20 años desde la llegada de Andrés Iniesta a La Masia. “Es un emblema del fútbol mundial ya no sólo por todo lo que ha conseguido, sino por el cómo, por lo que transmite. No se le recuerda ni un mal gesto”, le felicitó Luis Enrique antes de viajar a Leganés. Iniesta, el emblema, el héroe, el jugador querido y con una carrera plagada de grandes éxitos, acaba de publicar un libro: ‘Andrés Iniesta, la jugada de mi vida’ escrito por los periodistas Ramon Besa y Marcos López y editado por Malpaso en el que ha contado, con detalles y sin tapujos, que sufrió una depresión de la que tuvo que tratarse en el 2009.
Es un paso adelante para visibilizar un trastorno que sufren 350 millones de personas en el mundo, según datos de la OMS. Y, sin embargo, cuesta encontrar ya no sólo en el libro, sino en el tratamiento que han hecho los medios de comunicación de las revelaciones del jugador, la palabra depresión.
El tabú sigue existiendo. Se ha comprobado de nuevo con Iniesta, que explica así lo que sufrió en el libro: “De repente uno empieza a encontrarse mal. No sabe por qué, pero un día está mal. Y al siguiente también. Y así, día tras día, no mejoras. El problema es que no sabes lo que realmente está pasándote. Me hacen un montón de pruebas. Todas salen perfectas. Pero mi cuerpo y mi mente se desencuentran, se alejan. Nada produce mayor congoja que no saber las cosas que te pasan… La bola se va haciendo cada vez más grande. Te encuentras mal y la gente que te rodea no lo entiende. Y el Andrés que conoce todo el mundo se está quedando vacío por dentro. Eso es duro, muy duro…”
La muerte de Jarque, el golpe de gracia
En esta situación le llega la noticia de la muerte de su amigo Dani Jarque. Y se hunde. En el libro lo describe así de crudo y traslada al lector hacia el lugar desesperado, el ‘túnel’ en el que llegó a encontrarse: “A partir de ahí empezó mi caída libre hacia un lugar desconocido… Vi el abismo. Y fue entonces cuando le dije al doctor: “No puedo más”. No sé cómo explicarlo, pero he comprobado que, cuando la mente y el cuerpo están en una situación tan vulnerable, eres capaz de hacer cualquier cosa. No sé si suena demasiado fuerte, pero “entiendo”, entre comillas, a las personas que en un momento dado hacen una locura”.
Iniesta pidió ayuda, recibió tratamiento y lo ha superado. Pere Guardiola, su agente, es uno de los pocos que en el libro identifica claramente lo que sucedió y lo nombra: “A Andrés se le juntaron entonces muchas cosas. No podía dormir tranquilo. Las lesiones le martirizaban y sufrió una depresión de caballo”. Pep Guardiola, su entrenador en el FC Barcelona entonces, le dio carta libre: “Andrés, tú mismo, ¿vale? Cuando notes algo extraño, te vas. Ni me pidas permiso, ¿vale? Agarras y te vas del entrenamiento. No pasa nada, lo importante eres tú, sólo tú (…) Y muchas veces, en ocasiones apenas a los diez minutos de entrenamiento, Andrés ya enfilaba el camino de los vestuarios desconcertado por sensaciones que no le dejaban vivir en paz consigo mismo”.
A pesar de la sinceridad y la gran cantidad de detalles con los que Iniesta describe el calvario por el que pasó, en la mayoría de medios de comunicación que se han hecho eco se ha obviado la palabra depresión. Incluso, se ha llegado a decir a la hora de presentarlo que “a todos nos puede pasar tener un mal día”. La psicóloga deportiva Lorena Cos, que lleva trabajando los tres últimos años con deportistas de élite, alerta sobre la banalización del término: “Uno puede tener un mal día, o estar triste, y no tiene nada que ver con sufrir una depresión. Son conceptos totalmente diferentes. La depresión es muy seria y no es un cuestión de un día y Andrés Iniesta, al contarlo, puede ser de gran ayuda para mucha gente porque se tiende a caer en el error de que a alguien como él, con una vida resuelta y deseada por todos, con éxito, con dinero, no le puede suceder algo así”.
"Iniesta servirá para romper tabús"
En este sentido, Lorena Cos considera que un paso fundamental para combatir la depresión es normalizar el trastorno y pedir ayuda cuando se sienten las primeras señales de alarma: “Alguien con el prestigio social de Iniesta servirá para romper tabús que aún existen. Su testimonio es muy valioso y puede ayudar a comprender que no hay que esperar a estar al límite para buscar ayuda. Igual que cuando nos duele un tobillo no dudamos y acudimos al médico. La cabeza es nuestro motor y a la primera señal de alarma hay que pasar a la acción”.
Iniesta no es ni mucho menos el único futbolista que se ha sincerado. El guardameta italiano, el mito Gianluigi Buffon, ya lo hizo en el 2008. Lo reveló también en su autobiografía ‘Número 1’: “Durante seis meses viví con un agujero negro en el alma” y admitió que no hubiera conseguido superar la depresión sin tratamiento, sin la ayuda psicológica que recibió. Bojan Krkic no pudo acudir a la Eurocopa del 2008 por culpa de los ataques de ansiedad que sufría. También recibió tratamiento y lo ha contado en diferentes entrevistas. Iniesta y él se apoyaban mutuamente en el Barça.
El suicidio del portero alemán Robert Enke en el 2009, que sufría severas depresiones desde hacía años que se vieron agravadas por tragedias personales (su hija de dos años falleció), puso tristemente en el escaparate la vulnerabilidad de los que son considerados por la sociedad como héroes sin fisuras que lo tienen todo en la vida y a los que se les supone felices. Andrés Iniesta lo ha contado. Está en el libro y hay que ser valiente para desnudarse emocionalmente de esta manera, así que no desvirtuemos su mensaje. Porque sí, nos puede pasar a todos, pero no es un mal día. Se llama depresión.
Este viernes se cumplieron 20 años desde la llegada de Andrés Iniesta a La Masia. “Es un emblema del fútbol mundial ya no sólo por todo lo que ha conseguido, sino por el cómo, por lo que transmite. No se le recuerda ni un mal gesto”, le felicitó Luis Enrique antes de viajar a Leganés. Iniesta, el emblema, el héroe, el jugador querido y con una carrera plagada de grandes éxitos, acaba de publicar un libro: ‘Andrés Iniesta, la jugada de mi vida’ escrito por los periodistas Ramon Besa y Marcos López y editado por Malpaso en el que ha contado, con detalles y sin tapujos, que sufrió una depresión de la que tuvo que tratarse en el 2009.