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Lopetegui ya ha colocado los cimientos del proyecto sobre las ruinas de la Eurocopa
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Jesús Garrido

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Jesús Garrido

Lopetegui ya ha colocado los cimientos del proyecto sobre las ruinas de la Eurocopa

Hasta ahora, el único puesto que crea dudas al entrenador de España es la delantera, lo demás está ya establecido. Y con la misma base de la Euro ha demostrado que se puede seguir triunfando

Foto: El grupo que funcionó tan bien en el Juventus Stadium (Stefano Rellandini/Reuters).
El grupo que funcionó tan bien en el Juventus Stadium (Stefano Rellandini/Reuters).

Las crisis, en este sistema, son periódicas e inevitables. Algunas tendrán unos picos de incidencia muy pronunciados, mientras que otras apenas supondrán un pequeño cambio de planes. En nuestro fútbol tenemos situaciones de este tipo a diario. El Valencia, por ejemplo, vive en el fondo más oscuro de uno de esos picos desde hace un lustro; el Barça de Rijkaard apenas necesitó un cambio en el banquillo para ascender el Monte Olimpo y la Selección volvió a saber lo que es sufrir el verano pasado después de algo menos de una década prodigiosa. La España campeona está todavía buscando el camino de vuelta al éxito y Villar, en intensa conversación consigo mismo, decidió que Lopetegui era el idóneo para enderezar el rumbo perdido.

Foto: Sergio Ramos protesta una decisión arbitral durante el Italia-España disputado en Turín. (JuanJo Martín/EFE)

Julen tenía el cartel de entrenador de perfil bajo, porque lo era, en realidad. Pero en apenas tres partidos ha enseñado las cualidades que quiere que tenga su nueva España. De entre todas ellas, la que resulta más compleja de elegir y desarrollar es la creación de una alineación de confianza. Y ésta la encontró desde el primer día. Jugó contra Bélgica en Bruselas con De Gea; Carvajal, Piqué, Ramos, Alba; Busquets, Thiago, Koke, Vitolo, Silva y Morata, y sobre ese pilar maestro está edificando su primer gran proyecto como entrenador. Hasta ahora, con resultados positivos.

El seleccionador actual era la opción más continuista entre las alternativas que manejaba la Federación. Y la continuación del modelo implicaba seguir apostando por la misma base que fracasó en Brasil y Francia de manera consecutiva, lo cual no resultaba sencillo, pues había quedado comprobado que esos jugadores no habían sido bien seleccionados o no habían sido bien instruidos. Lopetegui tenía, por tanto, que cambiar de estrategia, pero no de estilo. Viniendo de donde venía (Cruyff y categorías inferiores de la Selección), la aproximación al juego no se podía discutir.

Hizo jugar a España con prácticamente los mismos jugadores que utilizó Del Bosque en la última Eurocopa, pero con unas variaciones muy significativas que han aportado al equipo consistencia y, sobre todo, mejor disposición táctica y más creatividad. Tuvo la valentía de cargarse a Cesc Fàbregas, que hacía tiempo que se encontraba lejos de su mejor versión, y colocó en su lugar a Koke, al que le ha quitado la correa con la que Simeone le sujeta y le permite campar a sus anchas por el vasto césped. Y Julen también varió la banda derecha. Se cargó a Juanfran, que nunca ha cuajado con la filosofía de la Selección, y puso en su lugar a Carvajal como titular y a Sergi Roberto como alternativa, dos futbolistas que encajan con la idea de juego. Además, Vitolo por Nolito. Mucha calidad, pero más trabajo y verticalidad cuando se requiere. A partir de ahí, a seguir creciendo.

Foto: Vitolo marcó el gol de España en su enfrentamiento con Italia (Reuters)

Hasta el momento (y hay que hablar con el freno de mano echado, ya que su tiempo en la Selección apenas ha hecho si comenzar), las únicas variaciones de nombres se han producido en la punta del ataque y en las posiciones de repuesto, es decir, en los jugadores llamados a ocupar el puesto de los indiscutibles llegado el caso. Va probando opciones: llamó primero a Mata, a Alcácer, a Adrián... Ahora ha elegido a Nacho, a Rico, a Isco, a Callejón... y se ha visto forzado a llamar a Iñigo Martínez, Ander Herrera y Monreal, otros soldados rasos (por ahora) que pueden llegar a ser opciones muy útiles en el futuro próximo para completar las plantillas.

El técnico guipuzcoano ha demostrado que esos jugadores que parecieron deshacerse como azucarillos en leche caliente ante Italia en Saint-Denis podían enfrentarse a los mismos jugadores y ser muy superiores, como antaño. Los cimientos están puestos. Lopetegui apostó por lo seguro, por el juego de los pequeños, por la calidad que promete alegrías a medio plazo que por la felicidad vacua inmediata. Con el paso de los meses, deberemos ver la evolución natural de esa manera de jugar, de la aplicación del libreto de Julen. Y deberá seguir siendo un método ganador. De nada servirá de lo contrario haber cimentado la casa con hormigón armado.

Las crisis, en este sistema, son periódicas e inevitables. Algunas tendrán unos picos de incidencia muy pronunciados, mientras que otras apenas supondrán un pequeño cambio de planes. En nuestro fútbol tenemos situaciones de este tipo a diario. El Valencia, por ejemplo, vive en el fondo más oscuro de uno de esos picos desde hace un lustro; el Barça de Rijkaard apenas necesitó un cambio en el banquillo para ascender el Monte Olimpo y la Selección volvió a saber lo que es sufrir el verano pasado después de algo menos de una década prodigiosa. La España campeona está todavía buscando el camino de vuelta al éxito y Villar, en intensa conversación consigo mismo, decidió que Lopetegui era el idóneo para enderezar el rumbo perdido.

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