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¿Y si el invento no es la Coca-Cola, sino Gerard Piqué?
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Gemma Herrero

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¿Y si el invento no es la Coca-Cola, sino Gerard Piqué?

El central era el jugador más en forma de equipo hasta que se lesionó en el partido contra el City en el Camp Nou. Desde entonces se ha perdido tres partidos, incluida la derrota en Manchester

Foto: Piqué se ha perdido los tres últimos partidos del Barça (Albert Gea/Reuters)
Piqué se ha perdido los tres últimos partidos del Barça (Albert Gea/Reuters)

La derrota del FC Barcelona ante el Manchester City fue por culpa de una cuestión mental, un hundimiento psicológico, no físico, por parte de los azulgranas. No es mi opinión, es la del propio Luis Enrique: “Tuvimos 40 minutos espectaculares, pero en el error que cometimos en el primer gol entramos en barrena y considero que es un problema de cabeza. Cada vez que un equipo sufre un gol es relativamente habitual que vuelva a encajar alguno o sufra ocasiones”. La cuestión, entonces, es cómo es posible que un equipo tan experimentado como el Barça sea capaz de hacer 40 minutos brillantes, encaje un tanto y se descomponga. Y a esa el técnico contestó a su manera: "Esto no se trata de apretar un botón y que salga una Coca Cola”.

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Tras el gol de Messi en el minuto 21 en un contragolpe de libro, el Barça se las prometía muy felices, pero tras el fallo de Sergi Roberto que propició el primer tanto de Gündogan el conjunto catalán se disolvió como un azucarillo. Guardiola ordenó a sus hombres que presionaran más arriba, ese fue el único cambio táctico fundamental, decisivo, del partido, y al Barça le entró el telele. Una falta a favor se convirtió en un contragolpe del City que acabó con la falta de Busquets y el 2-1 de De Bruyne. Un córner a favor fue el origen de un contragolpe que supuso el 3-1 definitivo de Gündogan. Y del invento de las máquinas expendedoras que escupen refrescos de Luis Enrique al “sin Piqué se nos caía el invento” que dijo el fallecido Tito Vilanova tras la tercera temporada del dúo que formó con Pep, en la que el Barça ganó la Supercopa, la tercera Liga y la segunda Champions, en el juego de azar que también es el fútbol, hay una constante: Piqué.

Explicó entonces Tito Vilanova después de ganar la Champions al United en Wembley en una entrevista concedida a Luis Martín en 'El País' que, además del tremendo mazazo de la enfermedad de Éric Abidal, con las lesiones de Puyol, Xavi y Pedro y la tremenda presión con Mourinho en el banquillo blanco con el desgaste de los cuatro clásicos consecutivos, hubo un momento en que rezaban para que no cayera Piqué. "Si se lesionaba, se nos desmontaba el invento, se nos caía. Ha sido terrible el desgaste al que le sometimos”, dijo. Esta temporada, el central era el jugador más en forma del equipo hasta que se lesionó ante el Manchester City en el encuentro del Camp Nou. De las tres derrotas que acumula el Barça esta temporada, Piqué solo estuvo presente en una, frente al Celta de Vigo. Ante el Alavés estaba en la grada descansando por decisión de Luis Enrique y el martes, en Barcelona cuidándose su tobillo derecho. Y en Vigo, si no hubiera sido por la pifia de Ter Stegen, el Barça iba camino de remontar el partido gracias a él y a la inclusión de Iniesta tras el descanso. No es una casualidad que en la siguiente derrota en el Etihad ninguno de los dos estuviera sobre el terreno de juego.

Además de las indudables cualidades futbolísticas de Piqué e Iniesta, si, como afirmó Luis Enrique y se pudo ver, el problema fue mental, la ausencia del catalán pesó como una losa. Porque suele ser habitual que cuando vienen mal dadas y el equipo se descompone, sea él quien saque las castañas del fuego por una cuestión de carácter. La flojera que le entró al Barça en Manchester tras el gol del empate y la falta de reacción en la segunda mitad, con errores continuos, con Busquets achicando agua más solo que la una, sin la ayuda de los interiores y con la empanada posterior de Arda Turan, que salió a un partido que iba a doscientos por hora con las revoluciones de un Seiscientos, explican la derrota. Resulta indemostrable que con Piqué no hubiera pasado, pero en los tres partidos que el Barcelona ha perdido a estas alturas, él solo jugó en uno (Iniesta salió en la segunda mitad ante el Alavés) y a punto estuvo de darle la vuelta. Así que, si el fútbol es un estado de ánimo, como dijo Valdano: ¿y si el invento no es la Coca Cola, sino Gerard Piqué? Pues la mala noticia para el Barcelona es que el domingo en el Sánchez Pizjuán tampoco estará. La buena es que la siguiente jornada, ante el Málaga, debería estar ya recuperado. Y tiempo habrá durante la temporada para comprobar la hipótesis.

La derrota del FC Barcelona ante el Manchester City fue por culpa de una cuestión mental, un hundimiento psicológico, no físico, por parte de los azulgranas. No es mi opinión, es la del propio Luis Enrique: “Tuvimos 40 minutos espectaculares, pero en el error que cometimos en el primer gol entramos en barrena y considero que es un problema de cabeza. Cada vez que un equipo sufre un gol es relativamente habitual que vuelva a encajar alguno o sufra ocasiones”. La cuestión, entonces, es cómo es posible que un equipo tan experimentado como el Barça sea capaz de hacer 40 minutos brillantes, encaje un tanto y se descomponga. Y a esa el técnico contestó a su manera: "Esto no se trata de apretar un botón y que salga una Coca Cola”.

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