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El "notable alto" de Luis Enrique que chirría como tiza en la pizarra
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Gemma Herrero

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El "notable alto" de Luis Enrique que chirría como tiza en la pizarra

Si el Barça no gana en casa el máximo rival aumenta la ventaja y el único argumento del técnico es la mala suerte, la impresión que queda, inevitable, es la de zozobra

Foto: Luis Enrique, durante el partido que su equipo empató contra el Málaga (Alejandro García/EFE)
Luis Enrique, durante el partido que su equipo empató contra el Málaga (Alejandro García/EFE)

Con el cambio de hora, la falta de luz,la llegada de la lluvia y los pies fríos los domingos pesan más en el ánimo. No sé si hay sesudos estudios al respecto, pero lo cuentan mis amigos y las canciones y con eso me basta.Si uno es del Barça este domingo fue ademásparticularmente gris después del pinchazo ante el Málaga y el triunfo del Real Madrid en el derbi. A estas alturas la Liga no está ganada, ni perdida, pero hay domingos que se hacen más cuesta arriba si encima el diagnóstico del entrenador, la nota de Luis Enrique tras un mal partido del Barcelona, es de “notable alto”.

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El análisis del técnico y del mejor futbolista azulgrana, Gerard Piqué,en 'TV3', no pudo ser más diferente: “Es preocupante que dejemos escapar tantos puntos en casa. Somos el Barça y las ausencias no son una excusa. El presupuesto del Barça comparado con el del Málaga es una barbaridad, así que aquí no valen las excusas”. La puntilla al “notable alto” de Luis Enrique fue el 0-3 del Calderón. La frase quedó aún peor haciendo eco. Y la congoja general ha aumentado ante la falta de respuestas sobre el terreno de juego y fuera de él.

A Luis Enrique, ya lo ha demostrado sobradamente desde que se hizo cargo del primer equipo, no le interesa lo más mínimo comunicarse de puertas para afuera. Mientras la pelota entre la afición lo digiere más como una queja de periodistas gruñones que como un problema que les afecte. Si no hablan, pues que no hablen. Sin embargo, tras el empate, las posteriores explicaciones de Luis Enrique y la ausencia de ellas por parte de los jugadores —no salió a hablar ninguno por zona mixta— la sensación de orfandad se hizo evidente en pleno domingo de resaca. Si el Barça juega mal en casa, no gana, el máximo rival aumenta la ventaja y desde dentro el único argumento es el del técnico, el máximo responsable del equipo, hablando de mala suerte y dando un “notable alto a Alcácer y al resto del equipo”, la impresión que queda, inevitable, es la de zozobra.

El periodista Carles Doménech de 'Catalunya Ràdio' ofreció el dato de que Paco Alcácer no tocó el balón del minuto 10’ al 41’. Y todo aquel que tenga dos ojos en la cara y viera el partido se dio cuenta de que, ante la falta de respuestas colectivas por parte del Barça, fue Gerard Piqué el que tomó los mandos en la segunda parte, agitó al equipo, terminó de delantero y creyó en la victoria. Al central, porque es central, le anularon incluso un gol válido. Los números sirven para atestiguar que este Barça no anda fino en este comienzo de temporada; es de hecho el peor arranque desde la temporada 2003-04. Ha perdido ya 10 puntos en 12 jornadas, siete de ellos en casa. ¿Más? Messi. El Barça sin Messi las pasa canutas. Sucedió ante el Alavés, cuando tuvo que salir en la segunda parte a ver si lo arreglaba. Pasó también con la visita del Atlético, cuando se lesionó y el equipo se descompuso. Y en la derrota en Vigo, que aún estaba de baja. Si Messi estornuda no es que el Barça se constipe, es que le da una pulmonía.

Luis Enrique ha dejado la duda de si sólo está defendiendo a sus jugadores o si de verdad no ve que el Barça tiene un problema

Es inútil no reconocer la influencia del mejor jugador del mundo en un equipo, pero al Barça le vienen fallando el resto de mecanismos. Sorprenden especialmente los errores deBusquets, que hasta no hace tanto parecía infalible. Ni está atravesando por un buen momento ni está bien acompañado. Y se juntan entonces el hambre con las ganas de comer. Frente al Málaga, por ejemplo, los dos interiores,RafinhayDenis Suárez, fueron sustituidos, mientras que a él se le sigue exprimiendo por pura necesidad. SalvoUmtiti, y después de un desembolso de 140 millones de euros este verano, ninguno de los fichajes ha completado un partido en condiciones. El cacareado fondo de armario —“la mejor plantilla que he tenido nunca”,como la calificó Luis Enrique— ni luce ni resuelve por el momento.Neymar, mientras, sigue empeñado en hacer la guerra por su cuenta. Latemporada pasada ya sacó las castañas del fuego cuando cayó Messi, pero en éstabrilla más en Brasil que en el Barçay no se entiende conDigneen su banda.

Foto: Piqué terminó jugando de ariete ante el Málaga de Juande Ramos (EFE)

A Luis Enrique le da lo mismo comunicarse bien o mal, eso ya lo sabemos, pero el notable alto chirría como una tiza en la pizarra hasta que llegue el siguiente partido. Una cosa es no atizar públicamente y otra vender una superioridad, un control, un partidoque no fue. La ausencia de razonamientos por parte del entrenador trae consigo una mayor confusión. Porque ha dejado la duda de si sólo está defendiendo a sus jugadores o si de verdad no ve que el Barça tiene un problema. El sonido estridente de una tiza en un domingo de otoño, por mucho que se empeñen, no es una sensación placentera.

Con el cambio de hora, la falta de luz,la llegada de la lluvia y los pies fríos los domingos pesan más en el ánimo. No sé si hay sesudos estudios al respecto, pero lo cuentan mis amigos y las canciones y con eso me basta.Si uno es del Barça este domingo fue ademásparticularmente gris después del pinchazo ante el Málaga y el triunfo del Real Madrid en el derbi. A estas alturas la Liga no está ganada, ni perdida, pero hay domingos que se hacen más cuesta arriba si encima el diagnóstico del entrenador, la nota de Luis Enrique tras un mal partido del Barcelona, es de “notable alto”.

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