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Mi primera vez viendo a los All Blacks: por qué son de otro planeta
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Javier G. Nieto

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Mi primera vez viendo a los All Blacks: por qué son de otro planeta

Eden Park se convirtió en una fiesta del rugby que remató haciendo la ola en los minutos finales y ya se prepara para albergar el gran duelo contra el combinado de los British and Irish Lions

Foto: Enorme paliza de los All Blacks en un segundo tiempo apoteósico. (@AllBlacks)
Enorme paliza de los All Blacks en un segundo tiempo apoteósico. (@AllBlacks)

Los aficionados en Eden Park, Auckland, fueron testigos del regreso arrollador de los All Blacks (78-0) a la acción. Volvieron como los gigantes que son y atropellaron a su víctima, Samoa que, no obstante, estuvo arropada por miles de aficionados samoanos que comenzaron abucheando a sus rivales y terminaron deleitándose con sus jugadas. No les quedó más remedio que aplaudir a un equipo que es de otro planeta, que carburó en la primera parte (29-0) y explotó en la segunda mitad (49-0) derrochando magia y divirtiendo a cualquiera, sepa mucho o casi nada de este deporte. Cuando los mejores jugadores del mundo se unen y disfrutan, se transforman en algo más grande, en los All Blacks, que fueron galardonados con el Princesa de Asturias de los Deportes de este 2017. Su rival se queda más pequeño y poco le queda salvo seguir luchando y esperar a que pase el vendaval, y al aficionado, lo contrario, esperar que no acabe y seguir pasándolo en grande.

Nueva Zelanda respira rugby 365 días al año gracias a los All Blacks, un orgullo para todos los ciudadanos del país, ya sean o no neozelandeses. En cada tienda o en cada casa nunca falta un hueco para una bandera con el helecho plateado y las letras ‘All Blacks’, ni tampoco un grupo de amigos o una familia jugando con un balón ovalado en el parque. Y estas semanas el ambiente es aún mayor porque los British and Irish Lions están de gira en el país oceánico y eso significa que los All Blacks también entran en escena. Un tour muy esperado para los amantes del rugby y que se realiza cada doce años. Las calles de Auckland están llenas de carteles del ansiado evento, los bares anuncian sus partidos a la entrada, y cada día hay más aficionados con las camisetas y bufandas rojas de los Lions.

El equipo de las Islas Británicas echó a rodar el 3 de junio, fecha en la que empezaron a llegar miles de aficionados (se esperan hasta 20.000 fans) a Nueva Zelanda, y los neozelandeses lo hicieron este viernes 16. Poco antes del debut, Tonga y Gales (6-24) hicieron de teloneros y jugaron dos horas y media antes en el mismo estadio preparando a los más de 26.000 mil espectadores para la principal atracción. Eden Park no se llenó esta vez pero lo hará en los próximos días con el partido entre los All Blacks y los Lions.

A pesar de ello, las banderas y los rugidos de los aficionados de Samoa con la aparición de su equipo para calentar suplían en cierta manera los asientos vacíos. Los gritos fueron a más aún con la interpretación de un grupo musical maorí que se atrevió incluso con el baile del ‘Gangnam style’ o con ‘Single Ladies’ de Beyoncé. Después, los himnos nacionales y la ‘Haka’ correspondiente de cada selección. No quedaba más espera, cuenta atrás y… alboroto general, comenzaba el show.

Manu Samoa (nombre de un antiguo guerrero samoano y apodo del equipo) dejó once minutos el marcador a cero para los All Blacks, cuando anotaron el primero de sus doce ensayos, y aguantó casi media hora con el partido casi nivelado. Los samoanos rugían en las gradas cada jugada y los neozelandeses esperaban el verdadero despertar de los suyos. Entonces, la mejor oportunidad para empatar el partido de Samoa se tornó en un ensayo rival y fue el inicio del festival de los All Blacks. En la segunda parte poco se distinguía entre los aficionados locales y visitantes, salvo las banderas y camisetas de cada equipo. El público se levantaba de sus asientos continuamente acompañados de un 'woh' con los pases de los neozelandeses y seguidos de los aplausos con cada ensayo. Así, Eden Park se convirtió en una fiesta del rugby que remató haciendo la ola en los minutos finales y ya se prepara para albergar en unos días un encuentro más especial. Buena suerte para los Lions.

Los aficionados en Eden Park, Auckland, fueron testigos del regreso arrollador de los All Blacks (78-0) a la acción. Volvieron como los gigantes que son y atropellaron a su víctima, Samoa que, no obstante, estuvo arropada por miles de aficionados samoanos que comenzaron abucheando a sus rivales y terminaron deleitándose con sus jugadas. No les quedó más remedio que aplaudir a un equipo que es de otro planeta, que carburó en la primera parte (29-0) y explotó en la segunda mitad (49-0) derrochando magia y divirtiendo a cualquiera, sepa mucho o casi nada de este deporte. Cuando los mejores jugadores del mundo se unen y disfrutan, se transforman en algo más grande, en los All Blacks, que fueron galardonados con el Princesa de Asturias de los Deportes de este 2017. Su rival se queda más pequeño y poco le queda salvo seguir luchando y esperar a que pase el vendaval, y al aficionado, lo contrario, esperar que no acabe y seguir pasándolo en grande.

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