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Serrat tiene motivos para estar preocupado por el futuro de Messi
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Gemma Herrero

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Serrat tiene motivos para estar preocupado por el futuro de Messi

Pasa el tiempo y el Leo Messi continúa sin sellar su nuevo contrato. El Barça no sabe ya qué hacer para contentar al jugador. Joan Manuel Serrat tiene motivos para estar preocupado

Foto: Leo Messi posa con la Bota de Oro. (EFE)
Leo Messi posa con la Bota de Oro. (EFE)

Este sábado hace una semana que el cantante Joan Manuel Serrat publicaba en el diario ‘El País’ un artículo en el que mostraba su preocupación por el futuro en el FC Barcelona de Leo Messi. Josep María Bartomeu le llamó un par de días más tarde para tranquilizarle, pero a Serrat le deben haber entrado otra vez sudores fríos después de lo que se vivió este viernes en la gala de la Bota de Oro que le entregó el diario ‘Marca’ como máximo goleador continental por cuarta vez. Porque no pudo ser más evidente que el argentino evita a toda costa ya no sólo hablar de su renovación, sino acercarse siquiera al presidente Josep María Bartomeu. Y esas son señales que no se pueden dejar pasar por alto y que no invitan precisamente a pensar que no hay problema alguno y todo marcha como la seda. Existe. El elefante está en mitad de la habitación y ya nadie puede negarlo.

Por partes: Leo Messi tiene contrato con el Barça hasta el 2021. “Todo está acordado y firmado. Son tres contratos; uno con la Fundación de Messi, que está firmado con el presidente de la Fundación y con el hermano del jugador; hay un contrato de imagen de Leo Messi, que lo ha firmado su padre, que es el administrador de su empresa; y el contrato laboral lo ha firmado el padre de Leo, que tiene poderes”, ha explicado Bartomeu cada vez que ha tenido ocasión desde el pasado mes de julio cuando lo hizo público. Evidentemente, si a estas alturas no fuera así, si no existiera un contrato hasta el 2021 que lo vincula con el club catalán, se habría sabido. El mismo entorno de Messi no habría pasado por el aro para sostener una mentira de tal calibre. Los papeles no son una invención del club y están firmados tal y como dijo Bartomeu. ¿Qué falta entonces? La foto. La puñetera foto del propio Leo sentadito al lado del presidente y con la pluma en la mano y el escudo del Barça detrás. Esa imagen que Iniesta se ha hecho con toda la parafernalia que merecía la ocasión: una sonrisa de oreja a oreja, una rueda de Prensa y varias entrevistas a diferentes medios mostrándose feliz como una perdiz por haber firmado un contrato de por vida con el club de su vida.

Callejón con difícil salida

El Barça no sabe ya qué hacer para contentar a Messi, porque la reunión el pasado verano en la que se llegó a un acuerdo definitivo no duró más de 15 minutos y básicamente consistió en decir que sí a todo lo que quería la estrella, incluyendo una prima de renovación que rondaría los 100 millones de euros. Es decir, que además del ‘regalo’ el delantero ya está cobrando desde junio la mejora que sus abogados y su padre plantearon al club sin que les regatearan un euro. Por eso, Bartomeu mantuvo en los primeros meses que sólo “problemas de agenda” impedían el encuentro y la foto de marras. El presidente confiaba en que una vez solucionado el papeleo y dándole todo lo que él quería, sin apretarle, se sentara con él. Pero no, no sólo no ha sucedido eso ,sino que en una entrega pública de un premio ni se le preguntó por ello. Señoras y señores: en el 'Marca' no son unos ineptos. Si en ningún momento surgió la cuestión es que así estaba pactado. No hay otra explicación posible porque el propio diario es el más interesado en que durante la entrega del premio hubiera una declaración al respecto que todo el mundo esperaba. Si no se hizo fue porque estaba prohibido. Tan sencillo como eso. Y Messi manda. Manda más que nadie en el Barça, incluido Bartomeu.

Hubo incluso un momento que resultó hasta incómodo para el simple espectador y que es revelador. El argentino con su Bota de Oro posando para las cámaras, el presidente en el escenario y el director de ‘Marca’, Juan Ignacio Gallardo, entre ambos. Tras unos segundos posando, Bartomeu pasa por detrás de Gallardo y se acerca al jugador con la intención de decirle algo. ¿Y qué hizo Messi? Mirarle de reojo, asentir con la cabeza sin sonreír siquiera y esperar a que subieran su mujer y su hijo mayor para volver a mostrar su mejor cara mientras Bartomeu se marchaba cabizbajo.

El hermético entorno

Como sólo Messi y su hermético entorno saben exactamente qué sucede y no sueltan prenda, a los demás sólo nos queda especular sobre qué le ha hecho, qué le tiene guardado y no olvida ni perdona, el presidente a la estrella. Porque el propio jugador se encargó de hacer público que algo pasa con su desdén y el hecho de no decir ni una sola palabra sobre su futuro. Unos dicen que todo surgió a raíz de los problemas con el fisco porque Leo se sintió poco respaldado por el club. Otros apuntan a que la situación política y social también tiene algo que ver. Y está por llegar la nueva teoría que aún no se ha formulado; es una simple cuestión de tiempo. Pero a estas alturas, casi en diciembre, seis meses después de estar cobrando el nuevo contrato y la prima correspondiente, hay un hecho innegable: Leo no quiere ni una foto al lado de Bartomeu en una entrega de premios.

No. Nada de lo que este viernes sucedió es tranquilizador para el aficionado culé, que sabe que Messi tiene 300 millones de cláusula y que se teme que un PSG con su dineral por delante pueda ser capaz de pagarla y adiós muy buenas. Ya se encargarán los abogados de negociar los derechos de imagen que tiene también firmados por el Barça. Porque como el argentino diga que quiere irse, se irá. Igual que se niega a hablar, sabiendo la resonancia que su silencio producirá, que lo sabe. Igual que se niega a hacerse una foto con Bartomeu y no hay nadie en todo el club que tenga ascendencia sobre él y le convenza para calmar al personal.

En definitiva, admirado Joan Manuel Serrat: tiene usted motivos para estar preocupado.

Este sábado hace una semana que el cantante Joan Manuel Serrat publicaba en el diario ‘El País’ un artículo en el que mostraba su preocupación por el futuro en el FC Barcelona de Leo Messi. Josep María Bartomeu le llamó un par de días más tarde para tranquilizarle, pero a Serrat le deben haber entrado otra vez sudores fríos después de lo que se vivió este viernes en la gala de la Bota de Oro que le entregó el diario ‘Marca’ como máximo goleador continental por cuarta vez. Porque no pudo ser más evidente que el argentino evita a toda costa ya no sólo hablar de su renovación, sino acercarse siquiera al presidente Josep María Bartomeu. Y esas son señales que no se pueden dejar pasar por alto y que no invitan precisamente a pensar que no hay problema alguno y todo marcha como la seda. Existe. El elefante está en mitad de la habitación y ya nadie puede negarlo.

Leo Messi Josep Maria Bartomeu Serrat