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Hagan juego con Froome, la mierda está echada
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Víctor García

Hagan juego con Froome, la mierda está echada

Chris Froome es el mejor ciclista del momento, o no. Su positivo en la Vuelta 2017 le ha puesto en el disparadero gracias a una discreta gestión para cuidar el patrimonio del ciclismo

Foto: El ciclista británico del Sky Chris Froome. (EFE)
El ciclista británico del Sky Chris Froome. (EFE)

Atendiendo al caso en 2014 de Diego Ulissi, a Chris Froome le podrían caer 9 meses de sanción -le impediría correr prácticamente en 2018-, pero no perdería su título de la Vuelta España 2017 pese a que diera positivo en esta por salbutamol. Al médico del Sky, quien le aconsejó pegarse unos chutes más de ventolín de lo permitido, seguramente no le pase nada. El daño en la imagen del asmático Froome ya está hecho, haya o no sanción, y la culpa no se repartirá, sino que se la comerá el ciclista, último responsable.

El día 7 de septiembre dio positivo y el día 20 se le comunicó al ciclista. Desde entonces han transcurrido tres meses hasta que se ha hecho público su positivo debido a una filtración que ha destapado 'The Guardian' y 'Le Monde'. ¿Cómo de oxidada está la burocracia en el ciclismo (UCI) como para no haber decidido en tres meses si sancionar o no al mejor ciclista del momento? ¿Están adecuados los órganos competentes a la necesidad de hoy en día de resolver estos asuntos en la mayor brevedad posible? Este tema, desde que tuvo lugar, debía haber ocupado un orden de preferencia por el daño que podía (ha hecho) al deporte. Deberían existir medios (planes, estrategias a seguir) por los que la sanción o no sanción quedara resuelta en la máxima brevedad. No ha sido así y ahora se ha ensuciado el nombre del emblema actual del ciclismo con una mancha que nunca saldrá, sea o no sancionado. Y aunque haya sido por una sustancia con exención terapéutica.

Foto: Miguel Indurain, en 1994. (imago)

La culpa de que haya salido a la luz no la tiene la Prensa, sino los responsables de que el asunto no se haya llevado con el secreto profesional que requiere y que se haya alargado tanto en el tiempo. Aunque antes de todo este proceso burocrático está el origen del problema: la recomendación médica. “Es bien conocido que tengo asma y sé exactamente cuáles son las reglas. Utilizo un inhalador para controlar mis síntomas (siempre dentro de los límites permisibles) y sé con certeza que voy a someterme a pruebas todos los días en que lleve puesto el maillot del líder de la carrera. Mi asma empeoró en la Vuelta, así que seguí los consejos del médico del equipo para aumentar mi dosis de salbutamol. Como siempre, tomé la mayor precaución para asegurarme de no utilizar más de lo permitido. Me tomo muy en serio mi posición de liderazgo en mi deporte”, indicó Froome en su comunicado de este miércoles, a quien se le encontraron 2.000 nanogramos/mililitro, superior a los 1.000 permitidos.

¿Dónde empieza la responsabilidad del ciclista y termina la del médico? ¿Era consciente el doctor de que su aprobación podría meter en problemas a su paciente? ¿No se advirtió a la UCI de las medidas excepcionales que debía tomar Sky por el empeoramiento de salud del deportista? ¿Se actuó de mala fe?

Foto: Fernando Alonso y su McLaren en el GP de Brasil. (EFE)

En 2014, Ulissi (Lampre Merida) dio positivo también por salbutamol durante el Giro de Italia y después de que su muestra ofreciese la presencia de 1.900 nanogramos/mililitro. Por este motivo, el ciclista, que reconoció que no tuvo intención de mejorar sus prestaciones y que fue una negligencia, no le castigaron anulando sus resultados aunque le impusieron nueve meses de sanción. Por una negligencia, no por doping (como ha reconocido ya la UCI en el caso de Froome) el ciclismo va a ensuciar con otra capa de mierda su nombre y el del mejor ciclista del momento. Las reacciones de compañeros como Nibali o Valverde, aunque no ponen la mano en el fuego por nadie, coinciden: “Es una mala noticia para el ciclismo”. ¿No era evitable que hubiera salido a la luz de esta manera? ¿Cuánto tardarán en decidir si se le sanciona o se le quita la Vuelta? ¿Cuánto ha perdido la reputación de Froome? Hagan juego...

Atendiendo al caso en 2014 de Diego Ulissi, a Chris Froome le podrían caer 9 meses de sanción -le impediría correr prácticamente en 2018-, pero no perdería su título de la Vuelta España 2017 pese a que diera positivo en esta por salbutamol. Al médico del Sky, quien le aconsejó pegarse unos chutes más de ventolín de lo permitido, seguramente no le pase nada. El daño en la imagen del asmático Froome ya está hecho, haya o no sanción, y la culpa no se repartirá, sino que se la comerá el ciclista, último responsable.

Chris Froome