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Por qué Brown (McLaren) y Marchionne (Ferrari) son los 'rompicoglioni' de la F1
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Pablo de Villota

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Por qué Brown (McLaren) y Marchionne (Ferrari) son los 'rompicoglioni' de la F1

Desde su llegada, Zak Brown y Sergio Marchionne han tomado decisiones en sus equipos que han roto los esquemas de la Fórmula 1 gracias a su personalidad y bagaje profesional

Foto: Zak Brown, el jefe de McLaren. (Getty)
Zak Brown, el jefe de McLaren. (Getty)

Son los respectivos jefes McLaren y Ferrari, dos equipos clásicos de la Fórmula 1, pero rompen moldes frente a los tradicionales criterios de gestión de este mundo. Puede que resulte extraño calificar como ‘outsiders’ a dos personajes con el enorme peso específico que tienen en la F1 actual. Pero las rompedoras decisiones que Zak Brown y Sergio Marchionne, están tomando com sus respectivos equipos están generando controversia y admiración a partes iguales, en el cerrado coto que tradicionalmente ha sido la Fórmula 1. Por distintas que sean sus personalidades, ambos tienen un denominador común: vienen de fuera del ‘establishment’, piensan libres de ideas preconcebidas y deciden sin ajustarse a normas establecidas.

Durante décadas la F1 giró alrededor de los mismos nombres: Ecclestone, Williams, Dennis, Briatore, Mosley, Montezemolo… Nada parecía que podía alterar las aparentemente tranquilas aguas de este ‘estanque de los tiburones’. Cualquier atisbo de cambio en favor del deporte se cortaba de raíz bajo la premisa de que era mejor no tocar un negocio que crecía y crecía. Cualquier personaje que apareciera con ideas nuevas dentro de FOM (Formula One management) o de los equipos duraba menos que una sonrisa en la cara de Kimi Raikkonen. Pero de repente, lo que nada cambió en un cuarto de siglo lo hizo en apenas dos años. Nombres nuevos llegaron para quedarse al mando de muchas de las principales estructuras de la especialidad cumbre del automovilismo: Zak Brown y Sergio Marchionne

El jefe con mayor afición del paddock

El estadounidense no es ningún neófito de las carreras. De hecho, es sin duda el ‘Team Principal’ con mayor afición de todo el paddock. Fue piloto de carreras en sus años mozos y de vez en cuando sigue poniéndose el casco. Hasta el año pasado fue mi jefe en mi empresa actual CSM Sport & Entertainment y pude comprobar trabajando con él hasta qué punto es un ‘doer’, alguien siempre volcado a la acción y poco dado a discusiones bizantinas. Es un vendedor como he podido ver pocos igual en mi vida. De cualquier conversación o cualquier problema salía una oportunidad comercial de su chistera. Su mentalidad típicamente americana contrastaba con el desdén europeo: "Este se cree que la F1 es la Nascar", con que frecuentemente se le etiquetaba, pero los hechos le van dando la razón una vez tras otra.

Foto: Max Verstappen estrenó 2018 con una carrera para olvidar. (Reuters)

Su gran mérito, ha sido que al ponerse al mando de una de las estructuras mas profesionales pero al mismo tiempo mas rígidas de la Fórmula 1, para darle un giro de 180 grados. McLaren en la última época de Ron Dennis, era lo mas parecido a un Titanic con la orquesta sonando perfectamente mientras el barco se hundía. Aún siendo como soy un gran admirador de la obra de Dennis, las decisiones del británico en su última época al frente del equipo de Woking eran un claro signo de no darse cuenta de cuánto había cambiado el mundo después de 2007.

Las decisiones cruciales de Brown

Brown ha sido el artífice de llevar el año pasado a Alonso a Indianápolis, una decisión que motivó que, por primera vez en 40 años, un piloto de la parrilla de Fórmula 1 se saltara el prestigioso Gran Premio de Mónaco para participar en la gran carrera americana. Fue una audaz decisión, que además generó una brutal repercusión mediática que compensó a sus patrocinadores el catastrófico rendimiento de la escudería en la F1. También fue Brown quien tomó la difícil decisión de romper el acuerdo con Honda y renunciar al tiempo su cuantiosa aportación económica. Por si esto fuera poco, el mánager americano ha conseguido retener a Alonso, su piloto estrella, dejándole participar con Toyota en Le Mans y hacer un interesante intercambio comercial con Kimoa, la marca ropa del piloto asturiano.

También ha cambiado la gris (literal) imagen corporativa del equipo, recuperando el color papaya de sus orígenes. Se ha olvidado por completo de buscar un sponsor principal a precios inasumibles hoy día, y ha reformulado por completo la propuesta comercial para establecer alianzas con marcas líderes sector a sector, focalizando el ROI (retorno de la inversión) mas allá de la tradicional repercusión televisiva, convirtiendo así a los patrocinios en una verdadera herramienta generadora de ventas.

Foto: En los tres últimos años con McLaren, Fernando Alonso solo había acabado quinto tres veces. Es su mejor resultado. (Reuters)

A hechos consumados, muchos dirán que sus decisiones han sido lógicas y carentes de mérito, pero a todos ellos les preguntaría cuántos de los jefazos de la ‘vieja escuela’ de la Fórmula 1 hubiera tomado esas decisiones y la respuesta sería obvia: ninguno. Su secreto es muy simple y coincide con la línea de pensamiento de Sergio Marchionne del que hablaremos a continuación. Una lección de management resumida en dos palabras: "Why not?". O dicho de otra forma, negarse a aceptar una situación por el simple hecho de que toda la vida en Fórmula 1 haya venido haciéndose así.

Las carreras le importan un bledo a Marchionne

Por su parte, muchas de las decisiones que está tomando últimamente Sergio Marchionne creo que son magistrales, demostrando hasta qué punto en la gestión empresarial es importante llegar de fuera para emprender iniciativas imposibles de tomar para unos habitantes del bosque cuyas hojas no les dejan ver los árboles. Tan ‘outsider’ es Sergio Marchionne como Zak Brown del círculo tradicional de la F1, pero en el caso del presidente de Ferrari con el factor añadido de que las carreras le importan completamente un bledo. El objetivo son los resultados y punto, sin romanticismo alguno que disculpe un fracaso.

Veamos el caso de Sauber y Haas, tal y como me lo han contado mis amigos ferraristas. Al revisar las cuentas del equipo, Marchionne se dio cuenta que a lo largo de los años siempre había facturas sin cobrar de los Manor o Sauber de turno, a los que suministraban motores que luego nunca se terminaban de pagar. “¿Y por qué lo seguimos haciendo si ya sabemos que no tienen dinero o es difícil que paguen?” se preguntaba el directivo italocanadiense. "Pues porque nos lo pide la FIA, porque nos va bien para rodar a este piloto, a estos ingenieros, porque interesa para tener más peso en las decisiones de los equipos…", le contestaban desde el equipo.

placeholder Sergio Marchionne durante la presentación de Alfa Romeo Sauber F1. (Reuters)
Sergio Marchionne durante la presentación de Alfa Romeo Sauber F1. (Reuters)

"Vamos a cobrarnos hasta el último euro"

¿Y cúal ha sido la contestación de Marchionne? Muy bien, pues si esto es así y nos van a acabar dejando todos los años una ‘pella’ importante, hagámoslo bien, asumamos que no pagan, pero nos lo vamos a cobrar hasta el último euro en publicidad de Alfa Romeo, van a estar al 100% a disposición de nuestros intereses en pista y las reuniones de los equipos y por supuesto, ponemos al piloto e ingenieros en formación que nos de la gana. Si les parece bien, perfecto, y si no, que se busquen otro motorista. Se acabaron esas historias de ‘por el bien de la competición’ que en realidad consisten en mantener a equipos zombies con el dinero de la compañía.

Otro tanto, cabe decir de la situación controvertida del ‘Ferrari Replica’ del equipo Haas. Marchionne debió decir un día en una reunión en Maranello:” Oye si me estáis contando que Red Bull y compañía llevan años bordeando los límites del reglamento y siempre salen indemnes, ¿Nosotros por qué no lo hacemos? A veces, los Toro Rosso nos lo ponen difícil en pista pero les ponen una alfombra a los Red Bull. Nosotros podemos hacerlo con Haas, no entiendo que no lo hagamos. Juguemos nuestras bazas, que bastantes ventajas tienen ya los del ‘valle de Milton Keynes’ (zona donde está la sede de la mayoría de equipos). No acepto que me digáis (al staff tecnico del equipo) que gran parte de la ventaja de Mercedes GP se debe a que la compañía matriz automovilística aporta mucho en I+D por la unidad de potencia, y que nosotros no aprovechemos en nuestro beneficio la capacidad de Dallara (un importante fabricante italiano de chasis) que está a un tiro de piedra de nuestra fábrica…Y ahí estaba Haas, como el cuarto monoplaza de parrilla en el Gran Premio de Australia…

En definitiva, estilo resuelto y pensamiento lateral a tope: las señas de identidad Zak Brown y Sergio Marchionne, los ‘outsiders’ que están poniendo patas arriba a la tradicional Fórmula 1. Como dirían en Italia, son dos auténticos 'rompicoglioni', y dicho sea en el sentido más elogioso de la palabra.

Son los respectivos jefes McLaren y Ferrari, dos equipos clásicos de la Fórmula 1, pero rompen moldes frente a los tradicionales criterios de gestión de este mundo. Puede que resulte extraño calificar como ‘outsiders’ a dos personajes con el enorme peso específico que tienen en la F1 actual. Pero las rompedoras decisiones que Zak Brown y Sergio Marchionne, están tomando com sus respectivos equipos están generando controversia y admiración a partes iguales, en el cerrado coto que tradicionalmente ha sido la Fórmula 1. Por distintas que sean sus personalidades, ambos tienen un denominador común: vienen de fuera del ‘establishment’, piensan libres de ideas preconcebidas y deciden sin ajustarse a normas establecidas.

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