Thiago, te lías: los periodistas vamos con España, pero no somos hinchas

Thiago Alcántara compareció ante la prensa esta mañana visiblemente molesto. El centrocampista del Bayern de Múnich considera que los periodistas desplazados a Rusia no estamos haciendo la autocrítica suficiente y que, publicando informaciones negativas, complicamos el avance de la Selección a cuartos de final: "Siendo españoles deberías hacer autocrítica. Estamos todos unidos y hemos venido a intentar ganar. Estamos todos lejos de casa y, en teoría, todos los que estamos aquí, jugadores, técnicos, periodistas, familias... todos queremos ganar. Hay momentos malos en un partido, fallos, momentos en los que no hemos elaborado el mejor fútbol, Sí, pero coño. Si no ayudáis, si no hacéis que la opinión pública esté con nosotros, es más difícil. No se dicen las cosas buenas, hay mucha cosas malas pero también muchas buenas. Estamos todos juntos. Si estáis todo el rato buscando cosas negativas, es más difícil", dijo el hispano-italo-brasileño.

De Gea es un problema para España, aunque el equipo se niegue a reconocerlo

En su afán por hacer piña ante el trascendal encuentro de octavos contra Rusia, Thiago confundió aspectos fundamentales. Tiene razón en que todos los periodistas desplazados a Rusia queremos que España gane el Mundial. Diré más: también un importante porcentaje de la población de Krasnodar, encantados con la presencia -y los rublos- que genera la concentración de la Selección. España, en general en toda Rusia, es un país que despierta simpatía, y no solo por el fútbol.

Pero eso no significa que los periodistas debamos silenciar las cosas negativas en torno al equipo. Todos salimos entusiasmados tras el partido contra Portugal, que no ganamos, y decepcionados del de Irán, que sí. En el último encuentro, contra Marruecos, a pesar de que conseguimos ser primeros de grupo, periodistas y aficionados pasamos vergüenza. Fue una actuación lamentable, impropia de un equipo de primer nivel que, si se repite una sola vez de aquí al 15 de julio, nos mandará inmediatamente de vuelta a Barajas. España está por debajo de su nivel, quizá apocada por la presión, pero para aliviarla la única solución es ganar.

De Gea no está para ser titular

Thiago también tocó el asunto de De Gea: "El portero es la posición más desafortunada. Su nivel de riesgo es muy alto. Si habéis visto a David en los últimos años, es un porterazo. Cuántas veces habéis dicho que David ha salvado el partido. Haced autocrítica, también. Para criticar hay que estar en todo, no sólo en los partidos, también en los entrenamientos... trabaja como un puto animal. La confianza en David y en los otros porteros es gigante".

De Gea trabaja como un puto animal, no le veis en los entrenamientos

De nuevo olvida Thiago los básicos: ni a los futbolistas ni a los periodistas se nos valora por cuánto trabajemos, sino por los resultados que obtengamos. Si De Gea "trabaja como un puto animal" y en los partidos se muestra inseguro, la única conclusión que se puede obtener es que está psicológicamente descentrado. Y ese es un motivo más que suficiente para sentarle en el banquillo. Más allá, un Mundial es un examen, el momento de mostrar lo que se tiene al mundo. A nadie le importó que Isco, el mejor jugador de la Selección en lo que va de campeonato, estuviera despierto a las 4 de la mañana para reprender a un periodista, por poner un ejemplo. Isco lo está haciendo bien y todo lo demás viene después.

De Gea, sin embargo, está mal. En los entrenamientos, en los quince minutos que nos dejan ver, y desde la grada, los periodistas hemos comprobado que Kepa está mejor, que es una alternativa en este mismo Mundial, sin perjuicio de que De Gea siga siendo el portero titular de la Selección en los próximos años. Esto, repito, es un examen, no el momento de llevarle al profesor los apuntes subrayados para que vea cuánto has trabajado.

No es lo único que está yendo mal: la concentración empezó con un sobresalto, la destitución de Lopetegui, en el que la prensa española fue incluso benevolente en el trato. La televisión rusa, sin ir más lejos, pasó cuatro días analizando el episodio, inédito en la historia de campeonato. Sobre el césped las cosas tampoco van bien, y nada influye que la prensa lo diga, porque cualquier aficionado al fútbol, español o mauritano, es capaz de verlo en quince minutos.

No obstante, el lío de Thiago es comprensible en tanto que la Selección viaja mezclada con una cámara de periodistas en el avión y que muchos de los jugadores se intercambian mensajes de compadreo con la prensa. Tampoco ayuda que algunos de nosotros interpretemos el Mundial en clave de clubes, defenestrando los que nos caen mal y cuidando siempre a aquellos que nos cogen el teléfono.

En cualquier caso, las declaraciones de Thiago le honran, porque le delatan como un líder del vestuario que quiere que nadie pierda la concentración a pocas horas de los cruces eliminatorios. A diferencia de la mayoría de los futbolistas, Thiago siempre habla claro y se hace responsable de sus palabras, pero tiene que entender que la crítica es ajena a la pasión, y que los periodistas, aunque queremos como cualquiera ganar el Mundial, no somos hinchas.