Los espasmos de Lopetegui y Valverde cuando les hablan del estilo

El estilo de juego lo fabrican desde la presidencia con los fichajes, pasa por la pizarra de los entrenadores y lo interpretan los futbolistas. ¿Qué es el estilo? ¿Jugar bien o ganar? Las dos cosas, en temporadas largas y con complicaciones, son difíciles de conjugar. Con el fichaje de Arturo Vidal se abre el debate, con polémica, sobre el ADN y la esencia del fútbol de toque del FC Barcelona, un equipo que empezará una nueva época sin Iniesta y con el chileno como última incorporación, además de las de Malcom o Arthur. En el Real Madrid, el proyecto pasa por reinventarse sin Cristiano Ronaldo y la propuesta de Julen Lopetegui es hacer más equipo por encima de las individualidades, sin tener la seguridad de si se va a producir otra baja sensible en la estructura del once de gala que ha ganado cuatro Champions en los últimos cinco años. Una posible salida de Luka Modric ya no provocaría una reinvención, sino una revolución.

Ernesto Valverde y Julen Lopetegui están en manos de dos presidentes que fichan lo que pueden. Han pasado los veranos en los que el Barcelona y el Real Madrid fijaban el objetivo, mandaban en el mercado y conseguían ilusionar a los aficionados con estrellas de primer nivel que apuntalaban sus estilos. El último fichaje de ese estilo del Barcelona fue el de Neymar y en el Real Madrid hay que remontarse a Gareth Bale. Ahora los presidentes, agobiados por la competencia de clubes financieramente poderosos, hacen lo que pueden en el mercado. Bartomeu busca estrellas de segunda mano (Arturo Vidal) como Florentino rebusca en el mercado brasileño y sudamericano para encontrar al nuevo Pelé o Di Stéfano (Vinícius, Rodrygo) y amplía el radar por Europa (Lunin, Odegaard).

Seguramente ni Valverde ni Lopetegui tienen todo lo que quieren, pero de lo que hay es mucho y bueno. A Valverde le queda Messi y eso ya es mucho. Así que no se pongan nerviosos los azulgranas porque si es verdad que con Arturo Vidal el equipo ha fichado músculo y energías y, además, con Malcom se va a jugar más vertical, la única certeza es que se seguirá jugando y ganando cuando quiera Messi. Valverde ha 'llorado' un poquito tras la salida de Paulinho y ahora ya tiene al chileno para evitar que se le enfríe el equipo en días claves como Roma y se vaya de la Champions con más pena que gloria.

A Lopetegui le dan espasmos como siga para delante el interés del Inter de Milán por Modric porque aunque prepare un proyecto de artista como es Ceballos, la baja del croata restaría más ADN del que solo tiene el Madrid: competir hasta el final mejor que nadie. Sin Cristiano ni Modric, no solo se perdería talento y gol, sino gran parte del gen competitivo que le permite ganar cuando está en dificultades y competir como el mejor de todos. Eso que reconocía Messi con envidia cuando decía que el Real Madrid es capaz de ganar Champions sin jugar a nada. Lo más codiciado del Real Madrid por sus rivales siempre ha sido su espíritu combativo para no rendirse. Ese es el estilo que tiene que no perder el proyecto de Julen Lopetegui.

A Ernesto Valverde y Julen Lopetegui, presionados por la exigencia de los dos banquillos que más queman del mudo, les tocará crear el mejor y único estilo que vale del mundo: ganar. Y si se puede dar espectáculo, mejor.