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Hace frío en el Bernabéu un domingo de agosto porque no hay caras nuevas
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Hace frío en el Bernabéu un domingo de agosto porque no hay caras nuevas

El verano pasa sin que llegue ese fichaje que excita y contra el Getafe la reacción de los que quedaban en la grada, en el minuto 70, fue la de echarse a los brazos de Luka Modric

Foto: Julen Lopetegui charla con Luka Modric antes de la final de la Supercopa de Europa. (EFE)
Julen Lopetegui charla con Luka Modric antes de la final de la Supercopa de Europa. (EFE)

El Santiago Bernabéu registró la peor entrada desde hace casi una década en el estreno del Real Madrid de Julen Lopetegui en la Liga contra el Getafe. La cifra oficial es de 48.446 espectadores que desafiaron las incomodidades de un domingo a las 22:15 horas y vencieron a la pereza de no quedarse en casa o hacer un esfuerzo por desplazarse desde puntos más lejanos para dar calor a su equipo. Cualquier día de invierno, con temperaturas gélidas, y un horario propicio para el ocio veremos un estadio más caliente que este insulso domingo del 19 de agosto que pasa a la historia del Madrid por la ausencia de aficionados. Invita a una reflexión. ¿Qué ha fallado? ¿Quién es el culpable? ¿Hay motivos suficientes para que los aficionados hayan perdido la ilusión?

En el Real Madrid tienen razones para echar la culpa a la Liga porque el horario nocturno perjudicó y restó afluencia de aficionados. Como también se pueden agarrar a que el rival, el Getafe, no tiene el tirón suficiente para dar ese último empujón a los remolones seguidores que se negaron a su cita con el fútbol. La otra media entrada del estadio debería estar en sus domicilios, terrazas, de raciones, cerveceo, refrescos o el cine. Lo cierto es que no se animaron por falta de ilusión con el perfil bajo de los fichajes y la decepción de la derrota en la Supercopa de Europa contra el Atlético de Madrid. Al desencanto hay que añadir el componente económico. La entrada más barata valía 40 euros para verlo en el 'tejado'.

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El Real Madrid tiene razones para estar medianamente preocupado por la cantidad de butacas libres que se quedaron contra el Getafe, pero más debería inquietar la falta de pasión que se detecta en las gradas y no llega al césped. Y esto no es ya un problema de un calendario programado y pensado más para los intereses de las televisiones por encima de los aficionados que van a los estadios. Hay desilusión entre el madridismo por la ausencia de fichajes que despierten el fervor, la fogosidad y el frenesí de una grada que ha perdido a Cristiano Ronaldo y esperaba un recambio tipo Neymar o Mbappé e, incluso, sería suficiente con Hazard o Lewandowski.

placeholder Marco Asensio celebra un gol. (EFE)
Marco Asensio celebra un gol. (EFE)

Ganas de amar

El verano pasa sin que llegue ese fichaje que excita y contra el Getafe la reacción de los que quedaban en la grada, en el minuto 70 con el partido resuelto, fue la de echarse a los brazos de Luka Modric con una ovación que sirvió para darse cuenta de que hay muy buenos futbolistas en la plantilla, pero ninguna cara nueva. Precisamente a Modric, el jugador que ha coqueteado con el Inter de Milán. Con esos aplausos y gritos, en un día en el que el club retiró cualquier exhibición de pancartas en el estadio, los aficionados se quitaron el 'frío' de una noche de agosto para darle cariño al croata por no haber cogido la puerta de salida como Zidane, Cristiano Ronaldo y Kovacic.

En el primer once de la Liga no había caras nuevas que sirven para renovar los sueños. La reconquista de la ilusión no tiene otro camino en el Real Madrid que el equipo demuestre que es competitivo, gane con regularidad y se mantenga en la pomada hasta que llegue la primavera. Contagiar ilusión está en manos de un amplio grupo de jugadores que han ganado tres Champions seguidas, pero que pagan que no haya más rostros frescos. Todo el peso recae sobre las espaldas de Lopetegui porque Florentino opta por congelar el gasto. Hay, para los más pesimistas, esa cara conocida que seduce. La de Modric. El Bernabéu necesita amar, idolatrar y mitificar y ahí tienen a Marco Asensio, por ejemplo.

El Bernabéu necesita más público y entusiasmo. Que adore el cambio de actitud de Gareth Bale, valore la resurrección de Ceballos, la solvencia de Nacho y recuerde las tres últimas Champions sin nostalgia. También ayudaría que Lopetegui se decida ya a meter a Courtois en el once y el belga sea capaz de levantar las pasiones que provocaba el mejor Iker Casillas. Paradones y milagros que festejaban en la grada los buenos aficionados que recuerdan a 'San Iker'. Esto puede servir, más un poco de Vinicius porque a la espera de que un día aparezca Neymar siempre viene bien entretenerse con las ‘pedaladas’ de un jovenzuelo brasileño.

Foto: Gareth Bale, feliz, después de marcar al Getafe en el estreno liguero de Lopetegui. (Reuters)

El Santiago Bernabéu registró la peor entrada desde hace casi una década en el estreno del Real Madrid de Julen Lopetegui en la Liga contra el Getafe. La cifra oficial es de 48.446 espectadores que desafiaron las incomodidades de un domingo a las 22:15 horas y vencieron a la pereza de no quedarse en casa o hacer un esfuerzo por desplazarse desde puntos más lejanos para dar calor a su equipo. Cualquier día de invierno, con temperaturas gélidas, y un horario propicio para el ocio veremos un estadio más caliente que este insulso domingo del 19 de agosto que pasa a la historia del Madrid por la ausencia de aficionados. Invita a una reflexión. ¿Qué ha fallado? ¿Quién es el culpable? ¿Hay motivos suficientes para que los aficionados hayan perdido la ilusión?

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