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Jordi Alba, un catalán eufórico con España y Sergio Ramos
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Ulises Sánchez-Flor

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Jordi Alba, un catalán eufórico con España y Sergio Ramos

Jordi Alba es ‘made in Spain’. No se recuerda a un futbolista que haya puesto de acuerdo a todo un país sobre su valía y méritos para ir con España

Foto: Jordi Alba, sonriente, en la rueda de prensa tras regresar a la Selección española. (Efe)
Jordi Alba, sonriente, en la rueda de prensa tras regresar a la Selección española. (Efe)

Entre el caluroso recibimiento, con abrazo televisado de Luis Enrique, y el sentimiento con el que se ha manifestado en la sala de prensa para decir que “esta vez me ha hecho más ilusión venir que las anteriores”, al catalán Jordi Alba le tienen que seguir creciendo el número de seguidores y admiradores de todo el territorio nacional. Lo que empezó siendo una injusticia deportiva del seleccionador ha pasado a ser una baño de achuchones y estrujones en la concentración española. A destacar, cómo se echó Sergio Ramos a Alba en sus brazos. Un embelesamiento que es recíproco entre el madridista y el azulgrana para hacer más conmovedor todo el ambiente que rodea a la Selección en las últimas 24 horas. Positivo si este subidón de energía emocional tiene efectos en Croacia, partido en el que España se juega el pase a la final four de la Liga de Naciones.

El chico de Hospitalet de Llobregat no ha pasado factura -lógicamente- a Luis Enrique por dejarle fuera de las dos primeras convocatorias. Lo que ha hecho Jordi Alba es una demostración de pasión por verse de nuevo con el chándal de la Selección española. Se valora lo que no se puede conseguir. Alba ya tenía 66 internacionalidades y saborea hoy más que ayer recuperar su sitio con España. “La Selección es un premio y me he sentido más querido que otras veces”, ha manifestado el lateral convertido en estrella por el mal orgullo de Luis Enrique en su aterrizaje en el cargo de seleccionador.

Foto: El seleccionador nacional, Luis Enrique, durante la rueda de prensa. (EFE) Opinión


Lo saludable que deja todo el capítulo de la injusticia cometida con Jordi Alba es comprobar cómo el catalán siente devoción por jugar con España, el clamor de los aficionados de cualquier equipo, colores y camisetas pidiendo su convocatoria, cómo los viejos y no tan viejos internacionales que están en la concentración se han echado a sus brazos y el arrepentido Luis Enrique ha sabido rectificar y demostrar que no se guía por el rencor de tiempos pasados. Aquí no ha ganado nadie. Pero si hubiera que ponerle cara a un vencedor ese es Jordi Alba por haber mantenido un altísimo rendimento en su equipo para ponérselo difícil al seleccionador y haberse declarado un 'patriota' de la Selección.

A la Selección no llega un jugador más. Han faltado pancartas que dijeran ‘Bienvenido, Jordi Alba’ en las puertas de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para celebrar el regreso de un futbolista que levanta la moral. Las muestras de apoyo, cariño y felicidad no sé hasta qué punto reparan el daño ocasionado a un futbolista que acapara el protagonismo en una nueva etapa en la Selección. Jordi Alba se ha tomado hasta con humor su ‘castigo': “He podido disfrutar más de la familia”. No le queda otra que pasar página y agradecer todo el cariño y peticiones que han llegado desde todos los rincones de España. Jordi Alba es ‘made in Spain’. No se recuerda a un futbolista que haya puesto de acuerdo a todo un país sobre su valía y méritos para ir con España.

Entre el caluroso recibimiento, con abrazo televisado de Luis Enrique, y el sentimiento con el que se ha manifestado en la sala de prensa para decir que “esta vez me ha hecho más ilusión venir que las anteriores”, al catalán Jordi Alba le tienen que seguir creciendo el número de seguidores y admiradores de todo el territorio nacional. Lo que empezó siendo una injusticia deportiva del seleccionador ha pasado a ser una baño de achuchones y estrujones en la concentración española. A destacar, cómo se echó Sergio Ramos a Alba en sus brazos. Un embelesamiento que es recíproco entre el madridista y el azulgrana para hacer más conmovedor todo el ambiente que rodea a la Selección en las últimas 24 horas. Positivo si este subidón de energía emocional tiene efectos en Croacia, partido en el que España se juega el pase a la final four de la Liga de Naciones.

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