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La 'cagada' que tiene que limpiar Messi en la Champions (el Real Madrid es el ejemplo)
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Ulises Sánchez-Flor

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La 'cagada' que tiene que limpiar Messi en la Champions (el Real Madrid es el ejemplo)

Para Messi sería un descalabro que se repitiera una noche como la de hace un año en Roma. Sirve como ejemplo el Madrid por cómo supo marcar un ciclo ganador en la Champions

Foto: Leo Messi resopla durante un partido del Barcelona. (Efe)
Leo Messi resopla durante un partido del Barcelona. (Efe)

Leo Messi es un especialista en limpiar el culo de su equipo cuando está en situaciones complicadas. Le basta con un lanzamiento de falta, esa carrera explosiva con la pelota pegada al pie, la oportuna asistencia y el gol. La individualidad de Messi saca de los apuros al Barcelona. Gana partidos. Le da para atiborrarse a Ligas cuando el Real Madrid no compite o el Atlético de Madrid se gripa en primavera. A este Messi se le queda tan pequeña la Liga, ahora que no está Cristiano Ronaldo, que vive con la obsesión de cómo reconciliarse con la Champions. Así lleva toda la temporada. Planificando cómo hay que llegar y, sobre todo, cómo jugar las eliminatorias.

La idea la tiene tan clara como que basta con remitirse a sus sinceras palabras en TyC Sports hace casi un año. “El Madrid tiene algo que solo él tiene. Jugando mal gana. Haciendo un mal partido lo saca adelante. Nosotros tenemos que ser superiores para ganar. Esta última Champions fue una cagada. Una desilusión…”, lamentaba después de la dramática eliminación en Roma en la que en el club afilaban los cuchillos para cortarle la cabeza a Ernesto Valverde. El entrenador y la estrella lo tenían claro. En la Champions se puede ganar sin hacer un fútbol brillante o espectacular. No es necesario ni imprescindible hacerlo bonito. Hay que saber manejar otros registros –carácter, temperamento, fuerza, garra...– para competir.

Foto: Luka Modric, con cara de preocupación, en el partido contra el Eibar en el Bernabéu. (EFE)

Se les abren las carnes en el Barcelona como no hayan aprendido la lección. Tienen y ponen como ejemplo lo que ha sido capaz de hacer el Real Madrid en los últimos años con cuatro Champions –tres de ellas seguidas–. No hay una sola fórmula ni quieren ser absolutos. El camino para ganarla no es ni el que aprendieron con Guardiola –ya no tienen a un Iniesta y Xavi– ni con Luis Enrique –tampoco está Neymar–. Para no tener otra ‘cagada’ hay que ser prácticos, inteligentes, equilibrados y no darle importancia a si se juega mal o regular. Si es bien y muy bien, mejor que mejor.

El obstáculo de Cristiano Ronaldo

La filosofía, el método, la táctica, la idea, el objetivo –se puede llamar como se quiera– lo marca Messi para evitar que se produzca un cuarto tropiezo consecutivo en los cuartos se final de la Champions. Para Messi sería un descalabro. El nuevo punto de partida está en Old Trafford en una Champions que ya es como un Mundial para Leo y en el que tiene el camino despejado por la ausencia del Real Madrid y el Atlético de Madrid, que era más peligroso por jugar la final en su estadio. Está el obstáculo, siempre difícil, de Cristiano Ronaldo y su Juventus. Pero primero hay que eliminar al Manchester United y encender todos los mecanismos para no tener uno de esos días en los que una ‘cagada’ te manda a casa.

En Messi se puede confiar siempre. El problema está en si el equipo le acompañará o le tocará multiplicarse, exprimirse y fundirse para ir pasando eliminatorias hasta la final en el Metropolitano. Un Barcelona que da síntomas de fragilidad defensiva –cuatro goles le marcó el Villarreal–, que ya no tiene un dominio con tanta superioridad en el centro del campo y ha perdido fluidez en su juego de creación. Pero un Barça que ha entendido cómo tiene que competir esta Champions es ya un avance. Con el culo apretado cada minuto como ha hecho el Real Madrid cuando ha visto el abismo.

placeholder Messi y Cristiano Ronaldo en una gala del Balón de Oro. (Efe)
Messi y Cristiano Ronaldo en una gala del Balón de Oro. (Efe)

Josep María Bartomeu ya se ha precipitado en el anuncio de una nueva renovación de Leo Messi con ese celo que tiene el presidente en mimar a su estrella cuando ahora lo importante de verdad es que Messi necesita, le urge, pagaría lo que fuera por conquistar la Champions. "Haremos otra renovación. Está bien de fuerza y mentalmente. Está mejor que nunca y tiene la ambición de ganar títulos", ha dicho Bartomeu en Radio Barcelona. Como si hubiera descubierto la pólvora o se pensara que este anuncio le va a motivar más al argentino para lo que queda de competición europea. A Messi no hace falta estimularle con más pasta. Está en otra historia, su prestigio en juego, para volver a ganar una Champions.

Leo Messi es un especialista en limpiar el culo de su equipo cuando está en situaciones complicadas. Le basta con un lanzamiento de falta, esa carrera explosiva con la pelota pegada al pie, la oportuna asistencia y el gol. La individualidad de Messi saca de los apuros al Barcelona. Gana partidos. Le da para atiborrarse a Ligas cuando el Real Madrid no compite o el Atlético de Madrid se gripa en primavera. A este Messi se le queda tan pequeña la Liga, ahora que no está Cristiano Ronaldo, que vive con la obsesión de cómo reconciliarse con la Champions. Así lleva toda la temporada. Planificando cómo hay que llegar y, sobre todo, cómo jugar las eliminatorias.

Leo Messi Cristiano Ronaldo Pep Guardiola