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Las explicaciones que tendrán que dar Bartomeu y Messi por el esperpento Neymar
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Gemma Herrero

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Las explicaciones que tendrán que dar Bartomeu y Messi por el esperpento Neymar

El bochorno no ha concluido para el Barcelona, solo se ha pospuesto hasta que alguno de los protagonistas implicados tenga que pasar delante de un micrófono

Foto: Nyemar seguirá en el PSG. (EFE)
Nyemar seguirá en el PSG. (EFE)

Se acabó. Al menos por ahora. Neymar no se ha salido con la suya por primera vez en su vida y tendrá que quedarse en el PSG. A partir de ya, tendrá que centrarse exclusivamente en el fútbol y en cómo volver a conquistar a una afición a la que ha despreciado y que se ha manifestado públicamente en su contra como respuesta. Ese será su problema. El del Barcelona, mientras, no es menor, y la cornada tiene varias trayectorias porque el esperpento acometido por el club azulgrana durante todo el verano ha sido ridículo.

No hay que olvidar que estamos hablando de un jugador que se marchó del Barça y no de cualquier manera, sino dando un portazo. Lo hizo a dos semanas de que comenzara la competición frente al Real Madrid en la Supercopa y después de que el entonces vicepresidente, Jordi Mestre, dijera que se quedaría "al 200 por cien", frase que se le recordó incluso cuando dimitió en junio. Piqué se alzó también como portavoz de la plantilla y publicó en sus redes sociales una fotografía de ambos con la frase: "Se queda".

placeholder La portada de 'L'Èquipe' del domingo 1 de septiembre.
La portada de 'L'Èquipe' del domingo 1 de septiembre.

El diario 'L'Équipe' tampoco se olvidó de la sentencia y así tituló con chufla, en castellano, su portada de este domingo. Los amigos del brasileño en la plantilla, Messi y Luis Suárez especialmente, también habían intentado convencerle de que no huyera, pero Neymar no hizo caso a nadie y se llevó a su corte de amigotes, expertos en 'marketing' y a su padre a París confiando en que allí encontraría la felicidad superlativa y que nadie le haría sombra, sin sospechar que Mbappé tenía otros planes. Además, denunció al club por el impago de una prima de renovación y el trámite legal sigue su curso y está pendiente de juicio.

El desaguisado con que se encontró Ernesto Valverde nada más llegar fue de campeonato. Perdió la Supercopa y Bartomeu fichó a Dembélé y Coutinho para tapar la fuga del brasileño, que pasó a ser el enemigo número uno del barcelonismo. A pesar de todo, a pesar de los pesares y a pesar de que el propio Bartomeu soltó un "por encima de mi cadáver" el pasado mes de abril en una reunión informal sobre la posible vuelta de Neymar, el presidente ha enviado dos comitivas a París para negociar con el PSG para que Nasser Al-Khelaïfi le conteste delante de todo el mundo que no porque no tienen dinero suficiente y los jugadores que pretendían incluir en la operación no estaban por la labor. Entre ellos: Rakitic y Dembélé. El croata ha pasado de ser uno de los futbolistas más utilizados por Valverde a estar en el aparador y no ser titular en ninguno de los tres encuentros de Liga que se han disputado, mientras que el francés se lesionó después de debutar en San Mamés y, aunque el propio Bartomeu había asegurado que era "mucho mejor que Neymar" en la presentación de De Jong, han querido cederle al PSG. Ambos dijeron que no, igual que Todibo, el tercer futbolista que el Barça pretendía 'encalomar' en la operación. Entre unas cosas y otras, ha quedado claro que el presidente azulgrana no le dice la verdad ni a su médico.

El 'ruidazo' provocado por las negociaciones retransmitidas y los viajes publicitados a la capital francesa ha sido de tal magnitud que apenas se ha hecho caso a los partidos que había entre medias. Y así ha pasado lo que ha pasado, claro. De nueve puntos posibles, el Barça solo ha logrado cuatro. Un partido perdido (ante el Athletic), uno ganado (frente al Betis) y un empate en El Sadar y la turra inevitable en cada rueda de prensa a un Valverde que ya no sabía qué decir.

placeholder Josep Maria Bartomeu pasó de decir que Dembélé era mejor que Neymar a tratar de incluirlo en la operación para fichar al brasileño. (EFE)
Josep Maria Bartomeu pasó de decir que Dembélé era mejor que Neymar a tratar de incluirlo en la operación para fichar al brasileño. (EFE)

Para un club que presume de valores, la repesca de Neymar era inexplicable. Y ahora habrá que ver quién explica que no le fichan tras no dar pistas sobre la razón por la que querían hacerlo cuando ni desde el punto de vista ético, económico (con la masa salarial por las nubes y con el director general, Óscar Grau, obligado a ir a París a negociar estando radicalmente en contra) y deportivo (con Griezmann recién fichado) se sostenía su vuelta. Un fiasco, se mire por donde se mire.

La imagen impoluta de Messi, una especie de dios sol en el Barça, también ha quedado tocada. Desde las oficinas, se ha filtrado que el gran valedor del refichaje de Neymar era él. Que lo quería sí o sí, y que sus deseos son órdenes. Que sobre el terreno de juego mandaba, y mucho, ya se sabía; que fuera de él resultara tan intimidante para Bartomeu y compañía, habla mal de todos. Del presidente, por no tener personalidad ni mando, y del jugador, por pretender mandar allá donde no debe. Ahora toca esperar a que se recupere de su lesión y preguntarle en la primera ocasión que se presente si es cierto que él había pedido expresamente el regreso de su amigo. Si lo niega, Bartomeu tendría aún más cosas que aclarar, incluso si se ha empeñado en una especie de juego de máscaras demostrando que hacía lo imposible por fichar a Neymar —utilizando de paso a sus ejecutivos y directivos— solo para contentar a Messi.

El bochorno no ha concluido para la entidad, solo se ha pospuesto hasta que alguno de los protagonistas implicados tenga que pasar delante de un micrófono. El brasileño tendrá que convencer a los suyos de que todo ha sido un terrible malentendido. Es el que lo tiene más fácil, porque a pesar de que se esperaba un gran gesto por su parte, él, muy cuco, no ha dicho ni pío. Bartomeu y Messi también han callado, pero ahora deberían ponerse de acuerdo en los argumentos para que, al menos, parezca un accidente. Ya veremos quién pica.

Se acabó. Al menos por ahora. Neymar no se ha salido con la suya por primera vez en su vida y tendrá que quedarse en el PSG. A partir de ya, tendrá que centrarse exclusivamente en el fútbol y en cómo volver a conquistar a una afición a la que ha despreciado y que se ha manifestado públicamente en su contra como respuesta. Ese será su problema. El del Barcelona, mientras, no es menor, y la cornada tiene varias trayectorias porque el esperpento acometido por el club azulgrana durante todo el verano ha sido ridículo.

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