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La otra crisis de Cristiano Ronaldo y por qué sigue creyendo que le tienen envidia
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Ulises Sánchez-Flor

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La otra crisis de Cristiano Ronaldo y por qué sigue creyendo que le tienen envidia

La obsesión de Cristiano Ronaldo desde hace mucho tiempo es que el mundo le envidia porque es un triunfador y le quieren ver fracasar. El plantón a la FIFA es otra pataleta de mal perdedor

Foto: Cristiano Ronaldo en su casa de Turín junto a su hijo en la noche de los premios 'The Best'. (foto instagram Cristiano)
Cristiano Ronaldo en su casa de Turín junto a su hijo en la noche de los premios 'The Best'. (foto instagram Cristiano)

La distancia que hay entre la mansión de Cristiano Ronaldo en Turín y el teatro de La Scala en Milán es de 142 kilómetros. En su McLaren Senna, de 800 caballos de potencia y con un valor de un millón de euros, se puede hacer el recorrido (pagando las multas, eso sí porque nadie se compra un deportivo para ir a 120 km/h.) en poco más de media hora. Era un paseo para el portugués y si no acudió a la glamourosa gala de los premios 'The Best', organizados por el máximo organismo del fútbol mundial (FIFA), no fue ni porque le diera pereza o le fastidiara pagar la multa de un radar. Tampoco puso como excusa que tiene unas molestias musculares porque después de que se confirmaran sus peores presagios montó una fotografía casera, con su hijo al fondo haciendo los deberes del colegio y él como un gran aficionado a la lectura leyendo un libro en el sofá, en la que se puso filosófico y transmitió esa idea de que el mundo le envidia por ser guapo, rico y famoso.

El portugués tuvo la premonición de que la FIFA iba a coronar a Messi como el Rey cuando se enteró que el argentino viajaba a Milán con su mujer Antonella Roccuzzo y dos hijos. Si su gran rival llevaba la familia era para que los niños se sintieran orgullosos de cómo el padre recoge el premio al mejor del mundo. Ir para nada es tontería y a Messi le dijeron en Barcelona que era el ganador y al avión privado se subieron sus seres más queridos. La familia feliz volaba a Milán y la familia triste se quedaba en su casoplón de Turín. Se pueden imaginar el enfado, la irritación o el cabreo del portugués. Plantón a la FIFA y a sus excompañeros del Real Madrid (Sergio Ramos, Marcelo y Modric) en el once ideal, ausencia en la alfombra verde pese a que estaba nominado junto al holandés del Liverpool, Van Dijk (el gran perdedor)... y el McLaren Senna sin salir del garage.

placeholder La familia Messi en el teatro La Scala con el premio 'The Best'. (Efe)
La familia Messi en el teatro La Scala con el premio 'The Best'. (Efe)

La obsesión de Cristiano Ronaldo desde hace mucho tiempo es que el mundo le envidia poque es un triunfador y le quieren ver fracasar. Aquí está la otra crisis de Cristiano Ronaldo. La de una persona que alimenta su ego con un presunto odio ajeno. Cuanto más se siente cuestionado, menospreciado o injustamente tratado se comporta como un ser reivindicativo. El mundo está en contra de él y, en esta ocasión, ese mundo es la FIFA por haberle dado un presunto trato de favor a Messi. ¿Qué ha hecho el argentino que no haya conseguido él en la pasada temporada? Es la pregunta que se puede hacer el portugués cuando ninguno de los dos ha ganado la Champions y el otro candidato, Van Dijk, fue el campeón y venía de ser el vencedor de los premios que entregó en agosto la UEFA.

El más rico de Italia

El plantón de Cristiano Ronaldo a la FIFA es de mal perdedor. Pero eso le da igual a un futbolista que puede hasta sospechar que desde que salió del Real Madrid sus posibilidades para ganar premios individuales se ha reducido. Puede hasta pensar que los tentáculos de Florentino Pérez son tan poderosos que hacen posible que en la peor temporada del Real Madrid en muchos años haya tres jugadores en el once ideal (Marcelo, Sergio Ramos y Modric) y éstos puedan seguir viviendo de las sobras de las últimas Champions y a él ya le miren con menos admiración.

No todo se soluciona con dinero en esta vida y se puede tener otro tipo de crisis. Las habituales son las económicas cuando falta liquidez para afrontar los gastos, que no es el caso de Cristiano Ronaldo porque de dinero va sobrado. Hace unos días conocimos la tabla salarial de los jugadores en el fútbol italiano y el portugués es el multimillonario con gran diferencia. Su sueldo en la Juventus es de 31 millones de euros netos, según el periódico deportivo 'La Gazzetta dello Sport', y por detrás se encuentran otros salarios más 'modestos'. El segundo que más gana en Italia es su compañero de equipo, el holandés Matthijs De Ligt (8 millones netos). El dinero le da para firmar acuerdos de confidencialidad con la mujer (Kathryn Mayorga) que le denunció por una presunta violación, pero cuando se trata de ser reconocido como el mejor del mundo entran otros criterios subjetivos y el portugués no los respeta.

La distancia que hay entre la mansión de Cristiano Ronaldo en Turín y el teatro de La Scala en Milán es de 142 kilómetros. En su McLaren Senna, de 800 caballos de potencia y con un valor de un millón de euros, se puede hacer el recorrido (pagando las multas, eso sí porque nadie se compra un deportivo para ir a 120 km/h.) en poco más de media hora. Era un paseo para el portugués y si no acudió a la glamourosa gala de los premios 'The Best', organizados por el máximo organismo del fútbol mundial (FIFA), no fue ni porque le diera pereza o le fastidiara pagar la multa de un radar. Tampoco puso como excusa que tiene unas molestias musculares porque después de que se confirmaran sus peores presagios montó una fotografía casera, con su hijo al fondo haciendo los deberes del colegio y él como un gran aficionado a la lectura leyendo un libro en el sofá, en la que se puso filosófico y transmitió esa idea de que el mundo le envidia por ser guapo, rico y famoso.

Cristiano Ronaldo Leo Messi