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La Selección española en su jaula de oro
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La Selección española en su jaula de oro

Los futbolistas de la Selección estarán observando con incredulidad el debate sobre qué vacuna deben ponerse, mientras permanecen encerrados en sus habitaciones

Foto: Marcos Llorente, durante un entrenamiento de la Selección. (EFE)
Marcos Llorente, durante un entrenamiento de la Selección. (EFE)

El fútbol moderno es como ese hongo que va estropeando una fruta: lo ves venir, intentas limpiarlo, parece que no es para tanto, pero un día te encuentras que la fruta está para tirar a la basura. Los intereses económicos forzaron a que ligas y campeonatos se disputaran en mitad de una pandemia que tenía a medio mundo bloqueado. Al futbolista, al ser considerado millonario (no todos lo son), se le deshumaniza. Se olvida que tienen vida propia, sentimientos y opinión. Me imagino a los futbolistas de la Selección española aislados en sus habitaciones desde hace días, recibiendo la visita diaria de un palo alargado hurgando en sus narices, y observando atónitos a los debates sobre qué vacuna deben ponerse y cuándo. A Mágico González, que decía preferir tomarse el fútbol como un divertimento y no como un trabajo, lo deben de mirar como quien mira una vieja serigrafía del Che. Algo muy lejano.

Foto: Entrenamiento de la Selección española. (EFE)

El positivo de Busquets del domingo pasado, a ocho días del comienzo de la competición, cayó como una bomba en la Selección. Después de más de un año de pandemia, sabemos que el virus del covid-19 se contagia con mucha facilidad y que un pequeño despiste puede hacer que te contagies. Un estudio realizado por la liga de futbol americano de Estados Unidos (NFL), determinó que 15 minutos en contacto estrecho con un contagiado eran suficientes para contagiarse con el virus SARS-CoV-2. Además, la PCR es muy sensible para detectar el ARN del virus, como la PCR es muy sensible para detectar el ADN en rastros imperceptibles de un asesino. Sabiendo que el riesgo de tener un positivo en el equipo era alto, ¿por qué no se debatió antes sobre la posibilidad de vacunar a la Selección española?

Seguir un orden de vacunación estricto tenía mucho sentido hasta que se vacunó a la población de más riesgo. Sin embargo, una vez vacunados los mayores de 60 años, la sociedad podría haber entendido el debate sobre la vacunación de la Selección. Por ejemplo, se ha aceptado socialmente la vacunación de los atletas olímpicos porque es algo impuesto por el Comité Olímpico. Y aquí la UEFA puede que haya fallado al no exigir la vacunación de los futbolistas participantes en la Eurocopa cuando los países europeos están bien dotados de vacunas. En otros lugares del mundo, como por ejemplo en Sudamérica, no tienen tantas vacunas. Sin embargo, la CONMEBOL (equivalente a la UEFA en Sudamérica), recibió un 'regalo' de China y vacunó a los participantes en la Copa América cuando decenas de miles de sudamericanos mayores de 60 años aún no habían sido vacunados. Eso en España no se habría tolerado.

placeholder Busquets (d). (EFE)
Busquets (d). (EFE)

El caso es que no se debatió antes y el jugador de la Selección, tumbado en la soledad de su habitación, lee en el móvil a los que opinan si debe ponerse una u otra vacuna, y sobre lo que será mejor para su salud y sus preocupaciones. Ayer, el Consejo Interterritorial, aprobó que se vacunara a la Selección con la vacuna de Pfizer, que requiere dos dosis. Pero, ahora, los médicos de la Selección dicen que se vacunan con Janssen o que no se vacunan. Esto, de entrada, me parece un acto de arrogancia porque a nadie se la ha permitido elegir vacuna. Puedes vacunarte o no, pero no elegir la vacuna. Se me ocurre que una de las preocupaciones de estos médicos son los posibles efectos secundarios de las vacunas. A modo de resumen, los estudios clínicos indican que entre un 20% y un 50% de los vacunados con cualquiera de las dos vacunas tienen efectos secundarios como fatiga o dolor muscular. Poca cosa, a no ser que dos días más tarde tengas que perseguir a un sueco durante 90 minutos.

Si la Selección se vacuna con Janssen, que requiere una sola dosis, tendrían esa posible fatiga una sola vez

Si la Selección se vacuna con Janssen, que requiere una sola dosis, tendrían esa posible fatiga una sola vez. Pero hay informes que sugieren que la vacuna de Janssen puede dar unos trombos extraños, aunque a bajísima frecuencia (uno por millón aproximadamente). Informes de Estados Unidos indican que estos trombos raros ocurren preferentemente en menores de 60 y en mujeres. Solo registraron un fallecimiento entre siete millones. Otro estudio indica que estos trombos ocurren en personas que ya tienen un historial clínico propenso a trombos. Pero, aun así, ¿alguien ha preguntado a los futbolistas si tienen miedo a esa probabilidad de uno por millón? Es posible que algún jugador tenga temor o preocupación. El miedo es muy humano y hay que respetarlo, como se le respetó a Dennis Bergkamp, el exjugador del Arsenal que tenía miedo a volar en avión.

Si la razón de escoger Janssen es pasar fatiga o dolor muscular en una sola ocasión, quizá los que asesoran a la Selección no habrán tenido en cuenta el informe de CDC (centro de control de enfermedades de Estados Unidos) que afirma que existen datos que avalan que la segunda dosis de Pfizer o de Moderna puede ponerse hasta 42 días más tarde. Esto permitiría hacer el desfile con la copa de campeones de Europa y cerrar todos los bares que cerraba Mágico González antes de vacunarse. Canadá ha ido más allá y ha preferido vacunar a más población con una primera dosis, alargando el periodo para recibir la segunda hasta cuatro meses. Por lo tanto, los futbolistas de la Selección podrían vacunarse con una dosis de Pfizer, que según estudios realizados en el Reino Unido ya confiere cierta protección, y esperar a acabar el campeonato para recibir la segunda dosis.

Foto: Luis Enrique durante un entrenamiento con la Selección española. (EFE)

Por último, existe una alternativa aún más conservadora. Cuando hablamos de la Selección, hablamos de unas 50 personas, de las cuales solo 24 son futbolistas. De los 24 futbolistas, he leído que nueve ya han pasado el covid, y se supone que ya tienen anticuerpos y linfocitos T específicos que les protegen. Si vacunas a los 26 no futbolistas y a los dos porteros que no van a jugar, tendrías un total de 37 personas con protección haciendo de cortafuegos para el covid-19 dentro de un grupo de 50. Los 13 jugadores restantes podrían vacunarse escalonadamente por si se tiene la mala suerte de que todos agarran a la vez la fatiga tras la vacuna.

Mientras el fútbol moderno sigue pudriendo frutas, una Superliga allí o un partido en lunes por la noche allá, los aficionados seguimos observando a la mayoría de los futbolistas con estima y respeto. Tragamos saliva cuando ellos lo hacen. Nos abrazamos cuando ellos se abrazan. Empatizamos con unos chavales que quizá quisieran vivir fuera de sus jaulas de oro, pero permanecen encerrados para, a raticos, hacernos volar a nosotros.

*Artículo escrito por Julián Cerón Madrigal. Científico en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Bellvitge (IDIBELL), y autor del libro 'Raticos de Coronavirus'.

El fútbol moderno es como ese hongo que va estropeando una fruta: lo ves venir, intentas limpiarlo, parece que no es para tanto, pero un día te encuentras que la fruta está para tirar a la basura. Los intereses económicos forzaron a que ligas y campeonatos se disputaran en mitad de una pandemia que tenía a medio mundo bloqueado. Al futbolista, al ser considerado millonario (no todos lo son), se le deshumaniza. Se olvida que tienen vida propia, sentimientos y opinión. Me imagino a los futbolistas de la Selección española aislados en sus habitaciones desde hace días, recibiendo la visita diaria de un palo alargado hurgando en sus narices, y observando atónitos a los debates sobre qué vacuna deben ponerse y cuándo. A Mágico González, que decía preferir tomarse el fútbol como un divertimento y no como un trabajo, lo deben de mirar como quien mira una vieja serigrafía del Che. Algo muy lejano.

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