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¿Cómo es de duro el núcleo duro burgués de Banco Sabadell?
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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¿Cómo es de duro el núcleo duro burgués de Banco Sabadell?

Banco Sabadell anda enfrascado en la compra mediante canje de acciones de Banco Guipuzcoano, una operación extraña porque no resuelve ninguno de los problemas que, según

Banco Sabadell anda enfrascado en la compra mediante canje de acciones de Banco Guipuzcoano, una operación extraña porque no resuelve ninguno de los problemas que, según lo que vociferan los informes de analistas, tiene la entidad catalana. Principalmente su altísima exposición a la economía española, la cual, se mire por donde se mire, está condenada a varios años de estancamiento.

 

La integración con el banco vasco permitirá reforzar la ratio de solvencia –la de Guipuzcoano está por encima del 12% frente al 7,70% de la del catalán- y mejorar unos puntos la eficiencia, ya de por si afinada por los gestores de Sabadell, verdaderos artistas en fusiones y adquisiciones. Ahí están las compras de NatWest (1996), Banco Herreno (2002), Banco Atlántico (2004) y Urquijo (2006). Lecciones de orfebrería en un sector con convenios colectivos poco flexibles y sistemas retributivos muy dispares.

Sin embargo, el problema de Sabadell, amén de los que comparte con el resto del sector, puede estar en su propio interior, en la resistencia de sus principales accionistas, todos ellos miembros de la burguesía catalana y mediterránea. El próximo día 25, el consejo de administración, en el que manda los integrantes del núcleo duro del banco,  tendrá que pronunciarse sobre esta transacción y de cómo afecta al bolsillo de cada uno de los integrantes de dicho coup de force.

Ahí están el presidente, José Oliú, junto a los empresarios Isak Andic (Mango), José Manuel Lara (Planeta), Joaquín Folch Rusiñol (Titán), Héctor Maria Colonques (Porcelanosa) y Miguel Bosser (Grupo Bosser). A todos ellos les unen, al menos, un par de cosas. La primera es que han demostrado ser unos grandes empresarios en sus negocios y la segunda es que palman hasta la camisa en su inversión en el banco.

Entre el verano y la Navidad de 2006, estos inversores unieron sus fuerzas y se hicieron con el 15% del capital, gracias en parte a la compra del 12,45% que estaba en manos de La Caixa. Pagaron 1.300 millones por este paquete que a día de hoy vale 535 millones. Las minusvalías son más que evidentes –casi 800 millones-, difíciles de digerir si, como se dice en el sector financiero, parte las adquisiciones se hicieron a crédito.

El que más y el que menos anda con apuros financieros, como Lara, que este año consiguió refinanciar 1.000 millones de deuda de su grupo editorial, o Porcelanosa, afectada por el derrumbe de las promociones de vivienda. Y el panorama no es muy alentador, ni para el banco, ni para las acciones. El propio consejero delegado, Jaime Guardiola,  aseguró esta semana que el crédito, de lo que viven las entidades, estará contraído durante unos años. “España es un país muy endeudado" aseveró el gestor, que desde 2007 advirtió la que se venía encima y se puso a achicar agua –venta del negocio de seguros, de sucursales, ampliación de capital y ajuste de costes- para hacer frente a la hecatombe financiera.

Si hacemos caso a los que estiman los analistas y a lo que comentan los inversores institucionales, los integrantes del núcleo duro deberán hacer más números para ver como provisionan el agujero para el futuro. De los 25 brokers que cubren el valor, 24 aconsejan vender, con un precio objetivo a doce meses de 3,56 euros. Los gestores de cartera no quieren saber nada de la banca española, pese a que los estrés test hayan dado como resultado que el tumor no es tan maligno.

Banco Sabadell anda enfrascado en la compra mediante canje de acciones de Banco Guipuzcoano, una operación extraña porque no resuelve ninguno de los problemas que, según lo que vociferan los informes de analistas, tiene la entidad catalana. Principalmente su altísima exposición a la economía española, la cual, se mire por donde se mire, está condenada a varios años de estancamiento.

Josep Oliu Lara Álvarez Manuela Colonques