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“El asedio” de Alierta y el huésped más indeseado en los hoteles de NH
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Agustín Marco

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“El asedio” de Alierta y el huésped más indeseado en los hoteles de NH

Arturo Pérez Reverte cuenta en su último libro, “El Asedio”, el intento de las fuerzas francesas por derribar la resistencia de las tropas españolas en la

Arturo Pérez Reverte cuenta en su último libro, “El Asedio”, el intento de las fuerzas francesas por derribar la resistencia de las tropas españolas en la Bahía de Cádiz, Excelente obra histórica que se han leído hasta los de Murcia en la que el escritor cartagenero hace alarde de sus conocimientos náuticos y de su fina pluma. No contaremos el final puesto que el relato cinco meses después de su lanzamiento sigue en pleno boom comercial y merece la pena rascarse el bolsillo. Pero si utilizaremos algún pasaje –espero que mi paisano me lo permita pese a la crueldad por mi parte de la comparativa- para explicar dos operaciones corporativas que están en cruenta refriega.

 

La más relevante es la de Telefónica por Vivo, la filial brasileña de telefónica móvil, cuyo capital comparte con Portugal Telecom. A escasos días –el 30 de junio- de que los accionistas del grupo se reúnan y deciden si aceptan la oferta de la compañía española, las dos partes han sacado casi toda su artillería, la financiera y la legal, para arrimar el ascua a su sardina. La lógica dice que Telefónica ganará el asalto porque su munición -la del ejército regular francés- es de mayor contundencia que la defensa que oponen los guerrilleros gaditanos, en nuestro combate, los salineros portugueses.

Como ocurrió en esos años del recién estrenado Siglo XIX, aquí también se juega mucho. Y, como le ocurrió a los franceses, la medición de los cañonazos es fundamental. El riesgo de quemarse es elevado, tal como les pasó a los militares galos cuando ensañaban un nuevo tipo de proyectil con el que alcanzar el centro de la ciudad andaluza. Todos saltaron por los aíres por calcular mal la combinación de pólvora para enfado del capitán científico Simon Desfosseux.

Algo similar se juega Alierta en su andanada contra los lusos. Su fallido intento por hacerse con la también brasileña GVT le obliga a no poder errar de nuevo el tiro con Vivo. Su movimiento desvela que su posición en Brasil es débil y que debe cambiar el rumbo de sus negocios en el país de mayor crecimiento de telefonía móvil. De lo contrario, será complicado hasta alcanzar los objetivos financieros del plan estratégico que los analistas ponen en duda.

Los de PT tienen poca defensa porque la segunda oferta de Telefónica -6.500 millones- es más que generosa. Pero, conocedores de las urgencias de la española, quieren sacarle unos cuartos de más.  Son conscientes de su inferioridad, pero saben que el árbitro de la contiende –el profesor Menezes Cordeiro- lo ponen ellos, es luso y pitará a su favor. Un escollo que no se compra con dinero y que puede judicializar el caso para pena de los intereses patrios. Por tanto, porque no conviene a nadie, lo lógico sería que llegarán a un acuerdo antes de ese día 30. De lo contrario, perderán los dos, los accionistas de ambas y los hedge funds amigos -UBS sobe todo- que se han buscado para trampear como corsarios.

El enemigo en casa

La otra historia corporativa a la que se podría aplicar cualquier relato de Pérez Reverte es el caso de NH Hoteles, en cuyo consejo ya ha entrado José Antonio Castro, primer accionista –tiene el 25%- y, otrora, primer enemigo de Gabirielle Burgio, ese gestor italiano que se ha perpetuado en el sillón presidencial pese a los malos resultados del grupo hotelero. Castro, propietario de Hesperia, consiguió que le nombraran consejero –llevaba desde 2003 intentándolo sin éxito- después de un consejo de administración en el que saltaron chispas.

Una demostración de que Burgio ya no dispone de esa unanimidad con la que cerró las puertas en reiteradas ocasiones a un Castro que no olvida. No descarten que busque el apoyo de Caja Madrid y Bancaja –tiene el 15%- para forzar un cambio de gestor. Al presidente de Hesperia le pueden ayudar los minoritarios, mosqueados de que NH conceda créditos a sus principales ejecutivos para uso particular cuando el grupo pierde dinero. Se barrunta tormenta.

Arturo Pérez Reverte cuenta en su último libro, “El Asedio”, el intento de las fuerzas francesas por derribar la resistencia de las tropas españolas en la Bahía de Cádiz, Excelente obra histórica que se han leído hasta los de Murcia en la que el escritor cartagenero hace alarde de sus conocimientos náuticos y de su fina pluma. No contaremos el final puesto que el relato cinco meses después de su lanzamiento sigue en pleno boom comercial y merece la pena rascarse el bolsillo. Pero si utilizaremos algún pasaje –espero que mi paisano me lo permita pese a la crueldad por mi parte de la comparativa- para explicar dos operaciones corporativas que están en cruenta refriega.

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