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Florentino Pérez, de ‘éxito en éxito’ hasta la ¿victoria final?
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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Florentino Pérez, de ‘éxito en éxito’ hasta la ¿victoria final?

Semanita de esas que cuesta olvidar para Florentino Pérez, merecedor de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, concedida por Esperanza Aguirre, la

Semanita de esas que cuesta olvidar para Florentino Pérez, merecedor de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, concedida por Esperanza Aguirre, la presidente de la Comunidad de Madrid que no tuvo ningún reparo en subirse al avión privado del líder de ACS para acompañarle en trance tan delicado como el del martes pasado en el Camp Nou. Un viaje al que también se sumó el alcalde de la capital del reino, Alberto Ruiz Gallardón, más amigo de pasear al perro que de eventos deportivos. Facturas pendientes.

 

Porque la presencia de los dos políticos en el palco del FC Barcelona trasciende del resultado, que tanto dolió al mejor broker de España, ya que es su enésima decepción balompédica, agigantada si cabe por una mala imagen institucional. Le arroparon para no dejarlo solo ante tanto clima de hostilidad y para que, a su vez, el empresario contenga a los trabajadores de los servicios públicos de Madrid para que no se movilicen por falta de cobro en plena campaña electoral.

Pero siendo indigesta la derrota en la Champions –de la Liga ni hablamos-, lo que empieza a preocupar a Florentino es el devenir de su plan para tomar el control de Iberdrola. Una estrategia que pasaba por la venta de su 25% de Abertis –solo se desprendió del 15%-, la desinversión en sus negocios de energías renovables y la OPA sobre Hochtief. Con ambas operaciones quería levantar los 7.000 millones con los que segar la cabeza de Ignacio Sánchez Galán, amén de maquillar su endeudado balance.

Pero las cosas se han ido torciendo. Hochtief se ha hundido en bolsa al informar de que sus resultados serán inferiores a los previstos, lo mismo que Leighton, la filial australiana del grupo alemán y joya del holding. En palabras llanas, dos profit warnings. Un contratiempo que ACS intentará enderezar la próxima semana –el día 12- en la Junta de Accionistas de la empresa germana, en la que quiere dar un puñetazo en la mesa para tomar la gestión y comenzar a vender activos con los que levantar el dinero suficiente para financiar su inversión. De libro.

Quince días después, el 27, se enfrentará en Bilbao a la Junta General de Iberdrola, a la que pretendía llegar con el 29% del capital para doblarle el brazo a su enemigo, ya sea de forma directa o indirecta. Pero, como en el fútbol, la jugada no le saldrá bien. Porque las cuentas –vender sus renovables por 5.000 millones- no le han salido. No encuentra compradores para su filial verde, por lo que ha tenido que trocear la operación en cinco paquetes y rebajar sus valoraciones. Una situación curiosa porque ACS sigue sin contabilizar en su balance la deuda de cerca de 3.400 millones asociada a estos parques eólicos y termosolares, con la excusa de que los tiene en situación de disponible para la venta. Vaya papelón del auditor, Deloitte.

Por tanto, un mes interesante pese a que, según el propio Pérez, ya no quiere ni pasar del 20% en la eléctrica, Necesita urgentemente un socio, como Southwest, el fondo amigo que le hizo de bisagra en Hochtief. Si no lo consigue, de poco le servirá la enmienda Florentino que entra en vigor a partir del 1 de julio y que elimina cualquier blindaje accionarial. Listo como el hambre, sabe que solo puede pedir una junta extraordinaria si tiene asegurada la victoria, una situación similar a la del PP con la moción de censura contra el PSOE. No se puede permitir una derrota más, salvo que la banca siga mirando para otro lado y le refinancie sus numerosos créditos hasta el infinito y más allá.

Siendo difícil el partido, si hay alguien que lo puede sacar adelante ese es el ilustre contratista. Habrá que ver si continúa con sus éxitos empresariales o si acaba con su primer mandato al frente del Real Madrid.

Sean felices.

Semanita de esas que cuesta olvidar para Florentino Pérez, merecedor de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo, concedida por Esperanza Aguirre, la presidente de la Comunidad de Madrid que no tuvo ningún reparo en subirse al avión privado del líder de ACS para acompañarle en trance tan delicado como el del martes pasado en el Camp Nou. Un viaje al que también se sumó el alcalde de la capital del reino, Alberto Ruiz Gallardón, más amigo de pasear al perro que de eventos deportivos. Facturas pendientes.

Florentino Pérez Ignacio Sánchez Galán