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Los 6.000 de Telefónica y la nueva estrategia de Alierta
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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Los 6.000 de Telefónica y la nueva estrategia de Alierta

Lo que les cuento hoy ocurrió hace un mes, pero está de plena actualidad. No es una mercancía averiada. El hecho ocurrió durante la celebración del

Lo que les cuento hoy ocurrió hace un mes, pero está de plena actualidad. No es una mercancía averiada. El hecho ocurrió durante la celebración del último Día del Investor de Telefónica, esa conferencia que celebra cada año y medio con cerca de 200 analistas financieros en la que suele dar las proyecciones para los tres ejercicios siguientes. Como ya le pasara en el Investor Day de 2007 (filtración del dividendo), la compañía tuvo un pequeño traspiés.

En la primera jornada del evento, César Alierta dejó fría a la parroquia. Sus previsiones no enamoraron. Ninguna novedad en un negocio de escaso crecimiento pese a las últimas adquisiciones, como la de Vivo y Tuenti.

El aragonés se vio obligado a improvisar y en el segundo día del Investor Day anunció que recortaría un 20% la plantilla -6.000 paisanos- de Telefónica España, el lastre actual del grupo y origen del monopolio del que todavía disfruta en nuestras fronteras. No estaba en el programa desvelar una medida que, en ese momento, le venía mal al propio Alierta y, especialmente, al Gobierno, con el que ha negociado su continuidad pese a haber sido colocado por el PP. Especialmente porque además, apenas unos días antes, Alierta había presidido la nueva reunión del Consejo Empresarial por la Competitividad en el que se reúnen los 17 salva patria más importantes del reino.

El ajuste estaba previsto que se pusiera encima de la mesa una vez celebrada la Junta General de Accionistas -18 de mayo-, encuentro que los sindicatos aprovechan para revindicar sus cuitas, y para después de las elecciones municipales y autonómicas (22 de mayo). Zapatero no quería ni oír hablar de un ERE de tal magnitud a las puertas de los comicios sabiendo que el paro es lo que le va a llevar a la tumba. Prueba de ello, es que pocos días después del anuncio, el Ejecutivo filtró que prepara una ley para impedir que empresas que ganan más de 10.000 millones despidan a miles de empleados de 55 años con cargo a las arcas del Estado.

Bonita verborrea, no falta de lógica ciudadana, pero alejada de las exigencias de los mercados, ese otro generador de insomnios de nuestro ilustre presidente. Porque para esos vikingos del dinero, Telefónica ha dejado de ser un bomboncito. Los resultados del primer trimestre han sido flojos y por debajo de lo esperado por los expertos, que cada vez miran con más recelo el futuro de nuestra principal multinacional.

Porque Telefónica se ha convertido en una utility, en una empresa que ha pasado de esperar crecimientos de facturación de entre el 5 y el 8% -Investor Day de 2007- a entre el 1 y el 4% en el mejor de los casos. Y mejoras del resultado operativo antes de amortizaciones y depreciaciones (OIBDA por sus siglas en inglés) de entre el 7 y el 11%. En el primer trimestre de 2011, las ventas aumentaron un tímido 1,4%, mientras que el OIBDA orgánico bajó un 1%. Un tipo de compañía como Endesa, Gas Natural, Iberdrola y similares a la que los inversores les exigen altos dividendos para compensar que no recibirán grandes alegrías por la subida de la cotización. El problema es que la caja ya no tira como antes y que los problemas se agudizan en Alemania y la República Checa, por no hablar de Italia, donde ni para adelante ni para atrás.

Una situación a la que Alierta debe darle la vuelta por la vía orgánica o extraordinaria. El ajuste de plantilla es una de las medidas. Otra es la salida a bolsa de Atento. La filial está presidida por Javier de Paz, ese amiguete de Zapatero, nombrado a dedo, al que, siguiendo el criterio de su ascenso, le debería quedar lo mismo que al inquilino de la Moncloa. En breve veremos si la venta de la filial de atención telefónica sirve también para jubilarle con un cheque al portador a este empresario de postín. Huele regular.

Sean felices

Lo que les cuento hoy ocurrió hace un mes, pero está de plena actualidad. No es una mercancía averiada. El hecho ocurrió durante la celebración del último Día del Investor de Telefónica, esa conferencia que celebra cada año y medio con cerca de 200 analistas financieros en la que suele dar las proyecciones para los tres ejercicios siguientes. Como ya le pasara en el Investor Day de 2007 (filtración del dividendo), la compañía tuvo un pequeño traspiés.

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