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Pole position de Banco Santander: segundo profit warning consecutivo
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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Pole position de Banco Santander: segundo profit warning consecutivo

Esto de la crisis provoca situaciones desgraciadamente hilarantes. Las grandes empresas, en pos de la transparencia y el buen gobierno, siguen haciendo trucos malabares para ocultar

Esto de la crisis provoca situaciones desgraciadamente hilarantes. Las grandes empresas, en pos de la transparencia y el buen gobierno, siguen haciendo trucos malabares para ocultar las vergüenzas que afloran a consecuencia de la situación general y algunos errores de gestión, los cuales no impidan que, semestre a semestre, a sus directivos se les suba el sueldo muy por encima de la inflación.

 

Es lo que tiene este país que disfruta de unos patronos que se juntan en foros bautizados con nombres rimbombantes para pedir que al españolito de a pie que se apriete el cinturón, que no ligue su salario al IPC y medidas similares para facilitar la reactivación. Y no es que no tengan razón, que seguramente la tienen, pero podían dar ejemplo, que cuesta poco. O mucho, claro, si se tiene en cuenta que es mejor viajar en avión corporativo a asuntos privados, como ha hecho recientemente una de nuestras grandes multinacionales.

De esa historia ya daremos detalles más adelante, si procede, porque no me quiero perder del núcleo del último post de julio. Esta semana ha venido tan cargada de datos que muchos se han perdido en la maraña. Los números de Telefónica, Santander BBVA –el 40% del Ibex-, todas ellas muy bien internacionalizadas, han sido más que preocupantes. Porque reflejan que el problema, por profundo que es, ya no solo es España. Fuera, con contadas excepciones, tampoco andan los negocios.  

El más afectado ha sido sin duda Banco Santander, que nos ha regalado otro de esos guiños para la posteridad. La entidad presidida por don Emilio Botín, el banquero que más se ha abrazado al poder, en especial al iluminado Zapatero y sus compinches, Rubalcaba incluido, el mismo que hace unos meses suplicaba al de León que no adelantara las elecciones, ha disfrazado un incumplimiento de previsiones de resultados con un acto de solidaridad con el pueblo llano. Señores parados, no se preocupen que yo les perdono las hipotecas hasta que ustedes encuentren curro.

Un golpe de efecto típico de un caimán como Botín, capaz de adaptarse a cualquier entorno por agreste que sea, que, sin embargo, ya no convence a toda la masa mediática nacional, con la excepción de aquella parte cuya deuda está en manos del banco cantabro. Y, lo que es peor, ya no cautiva a los inversores institucionales, los que hacen subir y bajar el valor de sus acciones.

Porque el Santander ha vivido esta semana, hasta el anuncio del adelanto electoral, el peor ciclo de cinco días en bolsa en ocho meses. Solo se detuvo la sangría cuando el visionario del Bierzo hincó la rodilla. El motivo no es otro que el solidario anuncio de Alfredo Sáenz no fue otra cosa que un profit warning en toda su esplendor. El segundo en dos años después de que en 2010 tampoco cumpliera las estimaciones de beneficios dadas por el propio Botín. Todo un récord que no se perdona más allá de nuestras fronteras, a la que cuesta más persuadir.

De todos los informes que se publicaron los dos días posteriores a la presentación de las cuentas, solo dos recomendaron comprar acciones del Santander. El resto, más de diez, no aconsejan tener al banco en su cartera como inversión para ganar dinero. Más aún, casi todos le bajaron de forma sustancial el precio objetivo.

Un mal caldo de cultivo que Botín y sus bien pagados muchachos –ayer recibieron 150 millones de euros en stocks options- deben de tratar de cambiar a toda velocidad para que los 129.000 inversores particulares que suscribieron sus famosos “Valores Santander” por 7.000 millones no se lleven un chasco tan monumental como el del fondo Banif Inmobiliario.

Vencen dentro de un año. Tiempo suficiente para que don Emilio, capaz de todo, le dé la vuelta a la tortilla. Lo ha demostrado en otras ocasiones, si bien la bolsa no ha sido lo suyo. Quizás antes sea necesario u obligatorio un sacrificio mucho mejor con una profunda limpieza de balance o writte off que tendría consecuencias muy directas en la cuenta de resultados. Total, el profit warning ya está lanzado.

Esto de la crisis provoca situaciones desgraciadamente hilarantes. Las grandes empresas, en pos de la transparencia y el buen gobierno, siguen haciendo trucos malabares para ocultar las vergüenzas que afloran a consecuencia de la situación general y algunos errores de gestión, los cuales no impidan que, semestre a semestre, a sus directivos se les suba el sueldo muy por encima de la inflación.

Emilio Botín