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Goldman Sachs y Telefónica se divorcian en un mal momento para el dividendo
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Agustín Marco

A Corazón Abierto

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Goldman Sachs y Telefónica se divorcian en un mal momento para el dividendo

Pocas veces cuatro exiguos párrafos dijeron tanto. Son los que envió Goldman Sachs a mediados de noviembre a sus clientes de alto standing sobre los resultados de

Pocas veces cuatro exiguos párrafos dijeron tanto. Son los que envió Goldman Sachs a mediados de noviembre a sus clientes de alto standing sobre los resultados de Telefónica en los nueve primeros meses del año. El banco de inversión, que hasta el verano era uno de los asesores de cabecera del grupo liderado por César Alierta, le rebajó su recomendación desde comprar a neutral, con un precio objetivo de 14,8 euros por acción.

La reducción de la valoración –un 4,5% menos sobre los 15,5 euros anteriores- es lo de menos, pese a que apenas deja margen de revalorización para las acciones de Telefónica. Lo más relevante de esa escueta nota remitida a sus selectos clientes millonarios es que Goldman Sachs asegura que la empresa española no tiene dinero suficiente para abonar el dividendo prometido.

“Prevemos que Telefónica excederá su límite de ratio de deuda de 2,5 veces sobre su beneficio operativo entre 2011 y  2012, lo que sugiere que necesitará hacer desinversiones para mantener su calificación crediticia actual y conseguir su ambicioso objetivo de dividendo de 1,75 euro por título en 2012”, señala el documento, que añade lo siguiente: “Mantenemos la previsión de un recorte del dividendo hasta los 1,30 euros, lo cual nos parece adecuado. Cualquier pago por encima de este nivel debe ser considerado especial” o fuera de lugar.

Un golpe “de los que hacen daño”, según reconocen fuentes internas de la compañía, a una Telefónica que si de algo ha sacado pecho en los últimos años es de su capacidad de generar caja más que suficiente para convertirse en la teleco europea más atractiva por el trato a sus accionistas.

La puñalada a Telefónica se produce meses después de que, curiosamente, Goldman Sachs fuera incapaz de colocar en bolsa Atento, la filial de atención telefónica más internacional del mundo, ésa que agrupa a personas que día sí y día también nos llaman con dialecto de Cochabamba para ofrecernos todo tipo de servicios de última generación. Y poco después de que el banco estadounidense fuera contratado por Alierta para que le asesorara en la integración de sus negocios de telefonía fija y móvil en Brasil, el mercado que aglutina el mayor potencial de crecimiento de la multinacional española y cuya evolución ha defraudo a Goldman, según el informe.

Como se pueden imaginar, yo creo mucho en las murallas chinas, esa obligación legal de separar los departamentos de análisis –los que hacen los informes que recomiendan comprar y vender una compañía- y los de banca de inversión, los que dirigen las fusiones y adquisiciones y las colocaciones en bolsa, amén de financiaciones en los mercados mayoristas de esas mismas compañías.

Pero no deja de ser casual que Goldman Sachs le zurre a Telefónica y, también curiosamente, apueste fuertemente por Jazztel, una de las empresas que más clientes le ha robado al gigante de las telecos aprovechando el más que mejorable servicio de atención telefónica.

En el descargo de Goldman Sachs hay que puntualizar que no es único banco de inversión al que le cuesta confiar en el estado de salud de Telefónica. JP Morgan también le ha rebajado sus estimaciones de ingresos y de ebitda para 2012, como días atrás hizo Nomura, que también advirtió sobre la capacidad del grupo de comunicaciones de pagar el dividendo prometido.

Algo que lleva a concluir que Telefónica y los principales brokers del mundo están en pleno divorcio. Porque la mayor multinacional española no se cansa de repetir –la última vez fue precisamente en la presentación de los resultados del tercer trimestre- que repartirá esos 1,75 euros por acción aunque dicha generosidad le cueste otra bajada del rating como le ocurrió este verano. Más aún, en una reciente conversación telefónica del que escribe sobre el asunto, Telefónica negó incluso que pensara en sumarse a la moda de retribuir a los shareholders con acciones -scrip dividend- en lugar de con dinero contante y sonante

Está claro que a Alierta, que en septiembre hizo otra de esas apuestas populares con derivados, no le entienden sus antiguos colegas de profesión. Un aspecto, como el servicio que dan los milicianos de Atento, a revisar por el veterano agente de cambio y bolsa.

Pocas veces cuatro exiguos párrafos dijeron tanto. Son los que envió Goldman Sachs a mediados de noviembre a sus clientes de alto standing sobre los resultados de Telefónica en los nueve primeros meses del año. El banco de inversión, que hasta el verano era uno de los asesores de cabecera del grupo liderado por César Alierta, le rebajó su recomendación desde comprar a neutral, con un precio objetivo de 14,8 euros por acción.

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