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Twitter escenifica las intrigas palaciegas en Telefónica por la sucesión de Alierta
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Agustín Marco

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Twitter escenifica las intrigas palaciegas en Telefónica por la sucesión de Alierta

Si hay una empresa en España que le ha dado la vuelta a la tortilla en el último año, esa es Telefónica. Tras reconocer que no

Si hay una empresa en España que le ha dado la vuelta a la tortilla en el último año, esa es Telefónica. Tras reconocer que no generaba caja suficiente para retribuir a sus accionistas, César Alierta sometió a la empresa a una drástica dieta de adelgazamiento para reducir su abultada grasa –deuda- para coger un buen estado financiero. La histórica supresión del dividendo, la venta de Atento, la salida a bolsa de Telefónica Alemania, la desinversión con pérdidas en Irlanda y otras operaciones corporativas le han permitido bajar de peso con cierta rapidez, al tiempo que ganar músculo, al comprar la germana E-Plus y salvar los muebles en Italia.

Toda una revolución dictada por el presidente que al mismo tiempo cambió el organigrama para solventar las diferencias entre los dos lugartenientes de confianza, José María Álvarez-Pallete y Santiago Fernández Valbuena. El primero ascendió a consejero delegado y el segundo fue designado consejero y nombrado presidente de Latinoamérica, un reparto de poderes, con 10.000 kilómetros de distancia -el financiero fue trasladado a Sao Paulo- que, sin embargo, no ha cerrado los recelos entre ambos. Un mal síntoma para un grupo que, teniendo en cuenta el tsunami de fusiones en el sector, los necesita a los dos centrado en el negocio.

Los dos candidatos presidenciables siguen a la gresca un año después de que Alierta tomara la decisión salomónica de separarles en los órganos de gestión con 10.000 kilómetros de distancia

Aunque de cara al exterior mantienen las formas, lo cierto es que Álvarez-Pallete y Fernández Valbuena no esconden sus diferencias en los distintos comités de dirección y hasta en el consejo de administración. Conocido fue que el actual consejero delegado se opuso a la compra de la brasileña Vivo cuando era el responsable de Latam, adquisición que impulsó el actual jefe de Latinoamérica, antes responsable de desarrollo corporativo. Venció Valbuena. También tuvieron pareceres diferentes hace un año cuando Alierta  sometió a votación personal la anulación total del dividendo, decisión con la que Fernández Valbuena estaba en desacuerdo. Ganó Pallete. 

Después ha habido asuntos presuntamente menores, como el cambio de la denominación de Telefónica Latinoamérica por el de Telefónica América, propuesta formalizada por el ahora presidente de la división y que fue denegada por el CEO de la compañía. Pero igualmente representativos de los continuos rifirrafes entre dos ejecutivos excelentemente preparados que están jugando sus balas a la espera de que el de Zaragoza, a sus 68 años, de alguna indicación de quién sería su elegido para sustituirle llegado el día.

La última reyerta la han protagonizado en Twitter, esa red social hacia la que Telefónica quiere converger para transformarse de una operadora tradicional a una telco digital. A Álvarez-Pallete ya se le conocía su afición por las plataformas online. Todos recordarán aquella escena matando marcianitos con un Ipad en una junta general de accionistas. Raro es el día que no deja su mensaje sobre el mundo de la innovación, la tecnología, la educación y el deporte, una de sus pasiones. Según el reciente y primer informe sobre las empresas cotizadas y su presencia en los social media realizado por Estudio de Comunicación, es el directivo de todas las empresas del Ibex 35 que más seguidores tiene en el océano de los pajaritos, con 30.000 followers con los que interactúa con frecuencia.

Por el contrario, Santiago Fernández Valbuena se considera un inmigrante del universo digital, como el mismo se definió meses atrás en unas conferencias en México. Descripción que le valió más de un twit envenenado de algún famoso bloguero latino, que no entendía como el presidente de una división tan grande como Telefónica Latam era un neófito en un mundo que va a determinar la vida de las personas y el negocio de las operadoras. Visto su déficit, el excelente financiero cincuentón decidió iniciarse en las redes sociales, crear su blog para opinar de la industria y comunicarse con los empleados y stakeholders de la compañía.

Al tiempo que Telefónica busca transformarse en una telco digital, el salto a las redes sociales del máximo ejecutivo del grupo en Latam ha provocado una nueva reyerta de celos en las zonas nobles de la operadora

Pero la iniciativa, lejos de ser bien recibida por sus colegas de la cúpula, provocó agrias reacciones. Álvarez-Pallete, que se había convertido en un seguidor de Fernández Valbuena, dejó de serlo de buenas a primeras. O no le interesaba lo que decía su compañero del consejo de administración o no le gustaba lo que ponía en los 140 caracteres. Otros directivos próximos al CEO siguieron el mismo paso. De la noche a la mañana, el interesante blog del presidente de Latam desapareció de las redes sociales. 

Parece ser que sus reflexiones no estaban alineadas o supervisadas con las ideas corporativas. Sorpresa provocó aquel enlace a un artículo de Forbes titulado “Seis razones por las que los mejores empleados te dejan”El mensaje generó todo tipo de interpretaciones en los pasillos honorables del castillo de Telefónica, donde las intrigas palaciegas son más habituales que los cientos de comentarios inocuos en Twitter. El nerviosismo pasó de la nube digital al mundo real de los celos, de la inquietud, de las envidias típicas de las grandes corporaciones como Matilde SA, donde cada 18 meses hay baile de sillas y trasiego de cabezas. Se comenta que por Navidad tocará nueva ronda.

Pero la buena, la de verdad, no llegará hasta que don César se canse o le fallen las fuerzas. Tendrá que elegir entre sus dos tenientes o su delfín, Eva Castillo, la niña de sus ojos, otra profesional como pocas, que puede convertirse en la outsider presidencial. Alierta está ahora como un toro, dispuesto a solucionar marrones indigestos como el de Italia, donde Telefónica ha perdido mucho dinero -responsabilidad suya, por otra parte- y ha comprado tiempo. Una opción con la que jugar un papel importante en la espiral de fusiones del sector, para ser cazador en lugar de presa. Un reto para el que el grupo español necesitará más que nunca a Álvarez-Pallete y Fernández Valbuena con los pies en la tierra.

Sean felices

Si hay una empresa en España que le ha dado la vuelta a la tortilla en el último año, esa es Telefónica. Tras reconocer que no generaba caja suficiente para retribuir a sus accionistas, César Alierta sometió a la empresa a una drástica dieta de adelgazamiento para reducir su abultada grasa –deuda- para coger un buen estado financiero. La histórica supresión del dividendo, la venta de Atento, la salida a bolsa de Telefónica Alemania, la desinversión con pérdidas en Irlanda y otras operaciones corporativas le han permitido bajar de peso con cierta rapidez, al tiempo que ganar músculo, al comprar la germana E-Plus y salvar los muebles en Italia.

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