A Corazón Abierto
Por
El año de Morgan Stanley, el ángel de la guarda de los símbolos de la patria
“Viva España” fue el titular con el que los analistas de Morgan Stanley desataron la sorpresa y la euforía a finales de septiembre entre la clase
“Viva España” fue el titular con el que los analistas de Morgan Stanley desataron la sorpresa y la euforía a finales de septiembre entre la clase inversora y la política de este país, que unos meses antes era considerado un páramo donde no merecía la pena arriesgar ni un euro. Aquel informe en el que se recomendaba apostar por España sin pudor fue todo un anticipo de lo que ha sido un dulce último trimestre del año, el primero en los últimos cinco ejercicios. Desde la publicación de aquel documento, el Ibex se ha apreciado un 7%, la mitad de lo que ha ganado en la totalidad de 2013.
La exclamación tenía su explicación porque el banco estadounidense ha sacado una gran tajada de las penurías de algunas de las grandes empresas españolas, en una crisis existencial derivada de la caída del negocio y de la sequía de la financiación bancaria. Si algún banco de inversión ha ganado dinero en España con su firme apuesta por el país, ese ha sido Morgan Stanley.
Y eso que la institución financiera americana comenzó el curso con la sonora marcha de su número dos en España, Joaquín Arenas, que optó por irse de primer ejecutivo de Bank of America Merrill Lynch tras ver como su anterior jefe, Luis Isasi, no delegaba el cargo de country head tras más de veinticinco años en la casa. Su salida fue volcánica porque Arenas era considerado el mejor ejecutor de las ideas que cocinaba Isasi, un veterano banquero capaz de mezclar el humor andalú y poner cara circunspecta al más puro estilo Alan Greenspan.
Una pérdida que, junto con las salidas de otros directores generales como Carlos de Abajo y Javier de Busturia, debilitó a un equipo que tenía como principio la fidelidad a unos colores. Pero Morgan Stanley, lejos de verse afectado, se repuso de tal manera que ha intermediado las tres principales operaciones de refinanciación que ha habido en España en el ejercicio que ahora concluye. Un negocio del que antes rehuía y con el que se ha inflado a ganar dinero.
Desde la publicación del famoso informe Viva España, el Ibex se ha apreciado un 7%, la mitad de la revalorización que acumula en lo que va de año
La primera fue la reestructuración de la deuda de Nefinsa, incluida la agónica Uralita, a la que le buscó un inversor del calibre del fondo de capital riesgo KKR. Isasi le salvó el cuello a la familia Serratosa, tiempo atrás una de las grandes fortunas de España y posiblemente entre las tres primeras de Valencia. Una patada hacia adelante de 1.000 millones que facilitó, por ejemplo, que Air Nostrum, pudiera seguir volando.
Después, a mediados de 2013, se puso mano a las obra para refinanciar la deuda corporativa de El Corte Inglés, el símbolo nacional por excelencia. Un grupo de distribución al que la caída del consumo, la expansión a destiempo y la falta de liquidez de la banca habían erosionado su cuenta de resultados. No fue una operación fácil porque el holding dirigido por Isidoro Álvarez tuvo que someterse a una sesión de intenso rejuvenecimiento, con la venta de varios activos, como la filial financiera, el pulmón que permite a los clientes comprar a crédito, y la primera emisión de bonos de una compañía con más de 15.000 millones de facturación.
La entidad dirigida por Luis Isasi se ha forrado al ser el asesor principal de las refinanciaciones de El Corte Inglés, FCC y Nefinsa por más de 12.000 millones de euros
Todo acabó bien a finales de noviembre, al conseguir que un pool de más de treinta bancos diera su visto bueno a alargar ocho años un pasivo de 5.000 millones, la mayor reestructuración de deuda corporativa de España hasta la fecha a la espera de que se renueve la caducidad de la abultada mochila de Aena.
Ahora, Morgan Stanley está también a punto de conjugar los intereses de otros cerca de 40 bancos nacionales y extranjeros con los de FCC, la constructora que vive desde hace meses de la respiración asistida de BBVA, Santander y Bankia. Sus 5.000 millones de deuda están en la fase final de su renegociación, lo que permitirá a esta histórica compañía seguir adelante y salvar un match ball casi irreversible. Además, el banco, con Enrique Laviña al frente, el mismo banquero que abrillantó a El Corte Inglés, está ayudando a su dueña, Esther Koplowitz, a repagar los 1.000 millones que adeuda y superar una situación que uno no desearía ni para su mayor enemigo.
Ambas operaciones saldrán adelante para gloria de sus protagonistas y alegría de Morgan Stanley, que se va a apuntar una comisión de éxito nada despreciable de varios millones de euros. Probablemente será el mejor año de Morgan Stanley en España desde que entre 2004 y 2007 colaborase con los pelotazos inmobiliarios que llevaron al país a un erial del que todos los inversores internacionales huyeron.
Todo un triunfo de mucho mérito para un país que, como se ha demostrado esta semana con la chapuza eléctrica, la venta de Novagalicia y las investigaciones judiciales en las sedes del PP y de UGT, sigue muy enfermo
Sean felices
“Viva España” fue el titular con el que los analistas de Morgan Stanley desataron la sorpresa y la euforía a finales de septiembre entre la clase inversora y la política de este país, que unos meses antes era considerado un páramo donde no merecía la pena arriesgar ni un euro. Aquel informe en el que se recomendaba apostar por España sin pudor fue todo un anticipo de lo que ha sido un dulce último trimestre del año, el primero en los últimos cinco ejercicios. Desde la publicación de aquel documento, el Ibex se ha apreciado un 7%, la mitad de lo que ha ganado en la totalidad de 2013.