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¡Zapatero! ¡Dimite! ¡El atún rojo ya no te admite!
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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¡Zapatero! ¡Dimite! ¡El atún rojo ya no te admite!

El pasado 18 de marzo D. José Luis Rodríguez, presidente de turno de la Unión Europea y por burlas del destino también de lo que queda

El pasado 18 de marzo D. José Luis Rodríguez, presidente de turno de la Unión Europea y por burlas del destino también de lo que queda de esta resquebrajada España, presidió por poderes el funeral por el alma del muy ilustre Atún Rojo. De cuya muerte trágica a manos de piratas y corsarios, ya anunciada en estas mismas páginas hace casi un año, ha sido protagonista principal. En aquella ocasión le dedicamos un sentido obituario premonitorio, con la esperanza de que la realidad, por una vez, no fuese tan tozuda.

Pero a la vista del progresista personaje, su trayectoria vital, y los oscuros personajes que lucen parche y garfio que tienen secuestrado su iluminado seso, no se ponían grandes esperanzas en el empeño. Como tampoco nos imaginábamos que fuera él, precisamente, el que diera la puntilla a tan noble especie, dentro de poco descanse en paz.

Los asistentes al funeral, celebrado en Doha, Qatar, con toda la pompa y esplendor que el ilustre finado merecía, fueron agasajados de manera virtual (nos imaginamos que muchos presuntamente literal, sino no se entiende el resultado) con soberbio sushi y sashimi al que no le podía faltar un enorme botellón de sake para diluir remordimientos.

Una gastronomía culpable

Fueron anfitriones intelectuales de tan fatal desenlace los gastrónomos del país del Sol Naciente, que acapara el 90% de su consumo mundial. Nación a partir de ese mismo instante responsable de un océano menguante. Lucía el techo de la sala, donde se ofició el último adiós, 227 brillantes estrellas Michelin (tanta exquisitez y puturrú de foie para unas cosas pero, ¿por qué no ponderamos los dolores causados a la naturaleza en la obsoleta clasificación?), que iluminaban los manjares de la sofisticada y espiritual mesa de inspiración Zen.

Cocina a la que el concepto de sostenibilidad y preservación del planeta le importa un rábano. Estrellas que, en un futuro, se caerán del firmamento culinario nipón por falta de ingredientes. Cuando esa gastronomía depredadora acabe con todas las especies nobles que habitan los océanos.

Pero que podría ser universalmente aclamada si desistiera de sus tendencias ecogenocidas y de paso dejara en paz a las pocas ballenas que quedan. Y a los delfines. Y le echara un poco de imaginación oriental. El día en que universalizara el sashami de sardinas o caballa. El de mollejas o callos. O incluso el de morros, sesos o criadillas. Para alcanzar la cima de la gastronomía con un sushi de morcilla de Burgos, para algo lleva incorporado ya el arroz. De todas aquellas materias primas abundantes y de pobre, como se decía antiguamente, con las que el cocinero genial es capaz de elaborar platos sublimes.

Una sostenible tradición centenaria

Fue la del atún rojo una pesca ancestral que las almadrabas permitieron que fuera comedida y sostenible durante más de 3.000 años. Porque comer de los dones del mar no es necesariamente malo si se realiza con tiento y mesura. Se conoce bastante bien cómo es la biología de los bancos pesqueros. Cómo una actividad prudente permite incluso que aumenten las poblaciones de peces.

Ya que al pescar solo los ejemplares más gordos y hermosos, se permite que crezcan los alevines más rápidamente. Al dejar libre el hueco ecológico hasta ahora ocupado por los más viejos, cuando son enviados a los fogones, queda más comida, repartida por los siete mares, para el crecimiento y alimentación de los jóvenes. Hasta que a estos les llega el turno, después de una vida plena y viajera. Y se vuelve a repetir el ciclo. 

Pero si se alcanza un punto en que la sobrepesca hace desaparecer más atunes de la cuenta, o se extraen también los cachorrillos de atún antes de que crezcan y se reproduzcan, se impide su renovación natural. Y si se reduce la especie por debajo de cierta población, ya no se recuperará por falta de masa crítica. Con lo que se acabará extinguiendo.

Le pasó a nuestra añorada ballena cántabra o al bacalao de Terranova. La anchoa de Santoña estaba en capilla, veremos su evolución. Siempre la misma historia. Un imperdonable derroche de biocapital. Que el capital, en su definición mecanicista tradicional, ignora.

Descanse en paz

Dicen que con el atún rojo podríamos haber traspasado el punto de no retorno. Aunque todavía podría quedar alguna esperanza. Siempre y cuando se detenga inmediatamente la piratería, el proceso de extinción de la especie y por tanto la pesca abusiva. Según dicen los científicos, uno o dos años más al ritmo de capturas actual serían letales e irreversibles.

Los océanos no son como los prados, en donde con una yegua, un caballo, paciencia y un mamporrero se consigue una manada. Aquí las cosas son más complicadas. Y todavía no se sabe cómo hacer que una especie que ha perdido su volumen crítico se recupere. Y menos si no la dejamos un tiempo en paz.

Las dos áreas de reproducción del atún rojo son el mar Mediterráneo y el golfo de México. Para rematar la faena, se acaba de producir allá un vertidito de nada. Todavía es pronto para evaluar las consecuencias en los ecosistemas. Pero dudo que a los atunes les vaya a hacer ninguna gracia tener que retozar en semejante paritorio. Parece que el desastre está servido.

Aunque dudamos que sirva para algo, rogamos envíen los mensajes de condolencia a la misma dirección que la vez anterior: Sr. Rodríguez Zapatero, jefe del negociado de patentes de corso y fomento de la piratería. Además de presidente del Gobierno de un erial con diez y siete nacioncitas, ahora en quiebra debido a su esfuerzo y tesón, antes llamado España. Palacio de la Moncloa. 28071 Madrid.

Nota dirigida a los ecologistas de cabecera: ¿Qué hacen que no organizan multitudinarias manifestaciones a la Moncloa y montan algún circo mediático, que tan bien saben hacer, cuando les interesa, para salvar el atún rojo? ¿Acaso no lo merece? ¿O es que compartimos celda con el resto de cautivos subvencionados de la ceja?

El pasado 18 de marzo D. José Luis Rodríguez, presidente de turno de la Unión Europea y por burlas del destino también de lo que queda de esta resquebrajada España, presidió por poderes el funeral por el alma del muy ilustre Atún Rojo. De cuya muerte trágica a manos de piratas y corsarios, ya anunciada en estas mismas páginas hace casi un año, ha sido protagonista principal. En aquella ocasión le dedicamos un sentido obituario premonitorio, con la esperanza de que la realidad, por una vez, no fuese tan tozuda.