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El pico del petróleo ocurrió en el año 2006
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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El pico del petróleo ocurrió en el año 2006

Lo dice la Agencia Internacional de la Energía en uno de los escenarios que maneja, denominado de nuevas políticas, en su informe Outlook 2010 del pasado

Lo dice la Agencia Internacional de la Energía en uno de los escenarios que maneja, denominado de nuevas políticas, en su informe Outlook 2010 del pasado mes de diciembre. Desmenucemos y maticemos. Pongamos un poco de cal y algún puñadito de arena al posible desenlace futuro de este recurso vital.

 

El mencionado organismo se refiere únicamente a la producción mediante petróleo convencional, el viscoso líquido que todos conocemos, y que se extrae en los yacimientos terrestres o en las plataformas marinas de siempre, alguna de no muy grato recuerdo, como la recientemente accidentada en el Golfo de México.

A partir del año 2006, la producción descendió debido a la crisis económica global. Ya en el año 2008 hubo tensiones en la cadena de suministro. Para empezar a reactivarse el consumo otra vez, como están reflejando las cotizaciones del barril del oro negro en ascenso, y nuestros agujereados bolsillos también, debido a la insaciable demanda de las economías asiáticas encabezadas por China y la India. A corto plazo no parece que vaya a haber problemas de suministro e incluso la producción podría repuntar, pero no gracias a los menguantes y vetustos campos en explotación.

World oil production by type in the New Policies Scenario

El gráfico muestra como los yacimientos que están ahora en producción se irán agotando rápidamente, y que la curva descendente será pronunciada.

Una producción futura muy diferente a la actual

¿Cómo se conseguirá, pues, cubrir la demanda de petróleo del próximo cuarto de siglo? Veamos:

En primer lugar, lógicamente, mediante las reservas ya identificadas pero pendientes de desarrollar. Entre ellas menciona el informe las de la región del mar Caspio; la producción adicional en Arabia Saudí, desde los 9,6 millones de barriles/día en el año 2009 hasta los 14,6 en el año 2035, que está por ver; u otras reservas ya detectadas, como las descubiertas recientemente por la empresa Repsol en Brasil, por ejemplo. Eso sí, la mayoría se hará con un coste de extracción muy superior al actual, ya que son o bien campos marginales de reducida capacidad, o bien perforaciones complejas a grandes profundidades y por lo tanto considerablemente más costosas que la mayoría de las actuales. Parece que el petróleo barato será historia. A pesar de los más que probables altibajos severos en los precios que los desajustes entre la oferta y la demanda marginales producirán, debido a la notable inelasticidad de ambas, y que acentuarán la previsible inestabilidad económica futura. Recordemos lo que pasó hace un par de años.

El suministro futuro se complementará sin remedio, con campos todavía sin descubrir, mediante un acto de fe. Aquí incluimos los descubrimientos, puede que enormes, en lo que una vez fue el helado Océano Polar Artico, que según todos los indicios dentro de unos años se convertirá en una charca navegable más. ¿Las causas de ello? Que cada uno ponga las que sus prejuicios le permitan.

Entre ambos factores, siempre según ellos, la producción mediante petróleo convencional se mantendría constante los próximos veinticinco años, ligeramente por debajo del máximo del pasado año 2006. Con lo que estaría obviando la ya mencionada teoría de Hubbert. Al fin y al cabo es tan solo una teoría, de momento. Sin embargo, vimos en otro post como las más avanzadas compañías petrolíferas están teniendo problemas para mantener su producción actual.

Muchos interrogantes para cubrir el crecimiento próximo

El crecimiento energético de la triste y temporal prosperidad próxima se obtendría mediante un aumento de la producción de gas natural y de los petróleos no convencionales. Las reservas de gas parece que son de momento suficientes y sobrevivirán a las del petróleo, aunque no lo sustituirá.

Respecto a los petróleos no convencionales, que incluyen los crudos extra pesados venezolanos y las arenas bituminosas del Canadá, más todo lo que hay en EE.UU., la historia podría ser otra. Que hay reservas para más de quinientos años como apunta más de una fuente, posiblemente sea verdad, en teoría.

Pero igual que para demasiados analistas el papel lo aguanta todo y el Power Point obra milagros; o que para muchos apóstoles del crecimiento sin interrupción esa simple afirmación es suficiente para convencerse de que hay petróleo para rato, para los que desgraciadamente vivimos en un mundo tangible donde la teoría y la realidad suelen llevar a menudo sendas divergentes, el que existan abundantes reservas no quiere decir que puedan ser recogidas sin causar gran destrozo al planeta o crear mayores problemas de los que pretenda solucionar.

Que algún abultado informe proclame que hay petróleo para tantos años, no significa necesariamente que pueda estar disponible todo él de una manera razonable. Porque llegan muchos físicos, ingenieros o geólogos que dicen que sí, que es bien posible. Pero que tiene un coste. Coste no solo económico, sino en recursos y sobre todo medioambiental. Que podría llegar a convertir el fabuloso cuento de la lechera en una contaminante pesadilla más, más insoportable que cualquier otra anterior. Otro día dedicaremos un merecido monográfico al asunto.

¿Por dónde irá la terca realidad? Dentro de algunos años lo sabremos. Yo siempre tiendo a ser optimista y pienso que algo más encontraremos. Pero pocos dudan que dentro de medio siglo la escasez sea endémica, con permiso del cambio climático y la contaminación acumulada. Y los sustitutos… por llegar.

Porque la revolución tecnológica que debería tomar el relevo a tan preciado elemento sigue pendiente y la evolución camina desesperadamente lenta; puede que debido a la escasez de ofrendas por parte de sus sacerdotes económicos oficiantes, neoclásicos y eternamente entrópicos; o porque la tecnología es humana y por lo tanto falible e imperfecta.

Lo dice la Agencia Internacional de la Energía en uno de los escenarios que maneja, denominado de nuevas políticas, en su informe Outlook 2010 del pasado mes de diciembre. Desmenucemos y maticemos. Pongamos un poco de cal y algún puñadito de arena al posible desenlace futuro de este recurso vital.