El escandaloso informe sobre el cambio climático (IPCC 2013)

Los tambores de guerra retumban. Se escuchan aullidos estremecedores. Lanzas y escudos ensordecen al entrechocar. Se afianzan los taparrabos mentales. El enemigo calza con cerrilidad cascos y plumas, las chapelas acogotan las neuronas, las boinas se calan hasta el entrecejo, las barretinas hasta amordazar la patria y el cerebro. Los bisoñés pugnan por cubrir el discernimiento para evitar que el aire refrescante de la ciencia desatrofie las molleras que la verdad establecida mantiene firmes y la ciencia acienciada anquilosadas.

Se afilan dagas y machetes digitales y hasta de papel, se desenfundan espadas y cuchillos mediáticos, se enfundan ajos los falsos científicos, yelmos y orejeras los supuestos sabios, crucifijo arremetido en ristre o teoremas económicos que a la postre son lo mismo, ambos.

Académicos y ortodoxos nobelados hacen sonar la faltriquera con sonrisita pueril. Las inútiles mentes divagantes tiemblan alborozadas ante la víctima. Las cigarras desemperezan realizando estiramientos igualmente mediáticos. Los tertulianos se regocijan ante la escabechina que acecha a la jauría emboscada entre ambas trincheras.

Las chimeneas se estremecen. El CO2 se amilana. La porquería se acobarda. Uno y otro bando calientan los motores de lobbies y tanques (think tanks), algunos pensantes, la mayoría tronchantes más que elucubrantes. Todos velan sus armas, los malos dispuestos a bombardear la oreja o la razón del contrario para defender la ley de la selva, los buenos a contraargumentar a la desesperada en busca de un futuro planetario más ecuánime, fresco, sosegado y limpio.

El esperado, o temido, informe del Panel de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC 2013) surge escopetado de la cueva volando raudo en minoría mediática entre pestilencias teóricas, montañas de mierda y lóbregas emisiones dispuesto a subyugar y vencer a los cruzados de la verdad absoluta y la fe establecida que lo zahieren y lo acosan en el ciberespacio.

Salió del horno el avance del quinto informe el viernes pasado (AR5). ¿Cuál es la síntesis literal? Veamos.

1.- Cambios observados en el clima. El calentamiento global es inequívoco. La mayoría de las variaciones observadas en el clima desde el año 1950 no han tenido precedentes en décadas o hasta milenios. Tanto la atmósfera como los océanos se han calentado, las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado, la cantidad de nieve y hielo ha disminuido y el nivel del mar se ha incrementado.

- Atmósfera. Cada una de las tres décadas anteriores ha sido sucesivamente más calurosa en la superficie de la Tierra que cualquiera de las precedentes desde 1850. En el Hemisferio Norte el intervalo 1983-2012 es probablemente el período de treinta años más caluroso habido los últimos 1.400 años (confianza media).

- Los océanos acaparan más del 90% de la energía acumulada entre 1971-2010 (probabilidad elevada), del incremento de energía almacenado en los sistemas climáticos. Es virtualmente correcto afirmar que los niveles menos profundos de los océanos (0-700 metros) se han calentado entre 1971 y 2010, y probablemente también lo hayan hecho entre 1870 y 1971.

-Criosfera. Durante las últimas dos décadas las capas de hielo continentales de Groenlandia y el Antártico han ido perdiendo masa, los glaciares han continuado menguando en casi cualquier lugar. Se han reducido en extensión los hielos marinos en el Ártico y las nieves en el Hemisferio Norte durante la primavera (probabilidad alta).

- La tasa de aumento del nivel del mar desde mediados del siglo XIX ha sido superior al incremento medio habido los dos milenios precedentes (alta probabilidad). Durante el período 1901-2010, el aumento global medio del nivel del mar fue de 0,19 metros (0,17 - 0,21 m).

-Carbono y otros ciclos bioquímicos. Las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) atmosférico, metano y óxidos nitrosos se han incrementado a niveles que no habían sido registrados los últimos 800.000 años. Las concentraciones de CO2 han aumentado un 40% desde el comienzo de la Revolución Industrial (circa 1750) debido primordialmente a las emisiones producidas por los combustibles fósiles y de manera secundaria por las emisiones debidas al cambio de uso de la tierras. Los océanos han absorbido alrededor de un 30% del CO2 antropogénico emitido, causando su acidificación.

2.-Controladores del cambio climático. La fuerza radiativa total es positiva, generando una absorción continua de energía en los sistemas climáticos. Desde 1750, la mayor contribución a la fuerza radiativa total es la causada por el incremento de la concentración atmosférica de CO2.

3.-Comprensión de los sistemas climáticos y cambios recientes. La influencia humana en el clima es clara. Las causas son: las concentraciones de gas de efecto invernadero en la atmósfera, la fuerza radiativa positiva y el calentamiento observado. Los sistemas climáticos se van comprendiendo mejor.

- Evaluación de los modelos climáticos. Los modelos climáticos han mejorado desde el informe anterior (AR4-2007). Reproducen las pautas y tendencias observadas a escala continental de las temperaturas en la superficie terrestre a lo largo de muchas décadas, incluyendo la aceleración del calentamiento ocurrida a partir de la segunda mitad del siglo XX y el enfriamiento debido a erupciones volcánicas (probabilidad muy elevada).

-Cuantificación de la respuesta de los sistemas climáticos. Los modelos y las observaciones efectuadas acerca de las variaciones de las temperaturas, el estudio de la historia del clima y los cambios ocurridos en el balance energético del planeta proporcionan todos juntos una alta probabilidad de verosimilitud en la magnitud del calentamiento global. La mayor precisión de los modelos que ya son capaces de simular pautas pasadas con razonable exactitud se convierten por fin en magníficas herramientas capaces de prevenir e informar acerca de las variaciones climáticas futuras (esto no es economía técnica, tan sólo ciencia de verdad).

-Detección y atribución del cambio climático. El calentamiento de la atmósfera y de los océanos se puede atribuir sin ambages a la influencia humana. Igual que las variaciones en el ciclo global del agua, la disminución de las nieves y el hielo, el incremento medio del nivel de los mares han sido causa de las variaciones en las pautas de eventos climáticos extremos. La influencia de la acción humana ha aumentado desde el informe anterior (AR4). Es extremadamente probable que la influencia humana haya sido la causa primordial del calentamiento global observado desde mediados del siglo XX.

4.-Futuro global y cambio climático regional. Las emisiones continuadas de gases de efecto invernadero provocarán mayor calentamiento todavía, así como modificaciones en el clima. Moderar la velocidad de cambio del cambio climático requerirá reducciones sustanciales y sostenidas de los gases causantes.

-Temperatura. La temperatura media al final del siglo XXI probablemente excederá en 1,5 ºC la existente entre 1850 y 1900 según la mayoría de los escenarios previstos. Alguno augura un incremento superior a +2,0 ºC. El calentamiento continuará según la mayoría de los modelos y no será regionalmente uniforme.

- Ciclo del agua. Sus modificaciones en respuesta al calentamiento previsto durante el siglo XXI no serán uniformes. El contraste de precipitaciones entre las regiones húmedas y secas, y de la humedad asimismo en forma de precipitaciones entre las diferentes estaciones se incrementará, con algunas excepciones regionales.

-Océanos. Continuarán aumentando su temperatura durante este siglo. El calor se transmitirá desde las capas superficiales hasta las profundidades oceánicas afectando a la circulación de las corrientes marinas.

-Criosfera. Muy probablemente la superficie de los hielos árticos continuarán con su declive inexorable y las nieves del Hemisferio Norte se reducirán este siglo mientras las temperaturas sigan incrementando. El volumen de los glaciares continuará menguando.

-Nivel del mar. El nivel medio de los mares seguirá aumentando durante el siglo XXI. En todos los escenarios programados su incremento sobrepasará muy probablemente al observado durante el período 1971-2010 debido tanto al calentamiento de los océanos como a la pérdida de masa de los glaciares y las cubiertas de hielo.

-Carbono y el resto de ciclos bioquímicos. El cambio climático afectará al ciclo del carbono exacerbando sus consecuencias según aumente la concentración de CO disuelto en la atmósfera (probabilidad muy alta). La continua asimilación de carbono por los océanos incrementará su acidificación con fatales consecuencias para los corales y la vida submarina (corolario mío).

-Estabilización del clima, compromiso con él e irreversibilidad. Las emisiones acumuladas de CO2 determinarán la temperatura global media de la superficie terrestre durante este siglo. Muchos de los efectos producidos por el cambio climático permanecerán durante centurias o milenios aunque las emisiones se detengan drásticamente. Será un cambio sustancial que abarcará siglos a causa de las emisiones de CO2 pasadas, presentes y futuras.

Tal cual enunciado, tal cual voceado. Los errores en la traducción son míos. La ciencia que pretende predecir el futuro lo hace habitualmente en términos de probabilidades cuando los teoremas o ecuaciones no son capaces de proporcionar precisión absoluta, casi nunca, como en el caso de la climatología y el resto de las ciencias naturales de verdad.

Sólo los bobos realizan afirmaciones con total precisión. Es la soberbia de los tontos. La duda pertenece a los humildes, los sabios verdaderos y a los prudentes, que jamás coinciden con los inmovilistas recalcitrantes. La verdad sin fisuras sólo existe en Economía Teórica. Así le va. Continúa cubriendo de fango, literal, esta civilización decadente a causa de sus prédicas imposibles.

La climatología es un mundo plagado de probabilidades, no de creencias, como las que predica con presunta veracidad la ortodoxia económica. Así de imperfecta es la ciencia, más bien los humanos por su torpeza al osar desvirtuarla a base de ideología, religión y certeza.

¿El escándalo? Seguir pensando que aquí no pasa nada. Comprobar la ceguera de aquellos que se permiten el lujo de despreciar en vez de debatir con inteligencia lo que temen o aquello que les angustia o les incomoda, los incapaces de estudiar, de evolucionar, de investigar con rigor, de asimilar nada que no coincida con sus creencias místicas y sobrenaturales.

Y, ahora, a repartir leña garrota digital en mano.