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El nudo gordiano del crecimiento económico
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José M. de la Viña

Apuntes de Enerconomía

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El nudo gordiano del crecimiento económico

Dicen que vuelven brotes verdes a la economía. ¡Ay! ingenuos. Más bien deflación. ¿Cuántos brotes llevamos acumulados durante los últimos años?Crecimientos del 2% mediante consumo a

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Dicen que vuelven brotes verdes a la economía. ¡Ay!, ingenuos. Más bien deflación. ¿Cuántos brotes llevamos acumulados durante los últimos años?

Crecimientos del 2% mediante consumo a crédito solo sirven para colocar algunos camareros o tenderos más a tiempo parcial. Bienvenidos sean. Dicen que el consumo repunta. Gracias al QE proporcionado por la bajada del petróleo y el aumento continuo del endeudamiento. Será coyuntural.

Los multiplicadores de Keynes, guste o no, son estructuralmente negativos. Impedirán reducir la deuda a no ser mediante impago o hiperinflación, una vez finalice la etapa de deflación actual. Antes, Grecia caerá si no se la vuelve a rescatar. No será la última víctima.

Para evitar el contagio es necesario aplicar pensamiento lateral, por mucho que la ortodoxia económica se rasgue las vestiduras y renuncie a pensar, o los lobbies tenebrosos se lo impidan para no irse al garete antes de tiempo.

Para reducir de manera sustancial el paro en España se necesita superar un 6% de crecimiento al menos. No será posible sin cambios estructurales en la economía y en el comportamiento de la sociedad, apuntalando los valores de la Ilustración que se van disolviendo entre intransigencia, cerrazón y codicia.

Si no se fomenta de manera transitoria la industria europeizando de nuevo Europa y sus anquilosadas instituciones. Mandando a paseo muchas directivas europeas que fomentan el dumping humano y medioambiental. Si no se desburocratiza y se regenera este desgraciado país que goza de cumplida judicatura criminal.

La economía tiene un “cap” evidente no reconocido por los que dicen que saben de esto. Unas condiciones de contorno imposibles de superar: el propio planeta. Es finito, sus recursos también lo son. El cambio climático, la contaminación o la pérdida de biodiversidad lo anuncian: no se puede crecer más a la manera tradicional, dilapidando energía de manera irracional.

Hasta el comienzo de la Revolución Industrial, la relación entre población y riqueza no varió significativamente. La riqueza per cápita se mantuvo más o menos constante. Unos se enriquecían mediante guerras o robo a costa de los demás. Fue así a lo largo de dos milenios, hasta 1820, cuando el PIB per cápita aumentó de forma espectacular, a la vez que la población. Para ahorrarme espacio y trabajo me refiero al reciente artículo de Guillermo de la Dehesa en El País, el cual lo explica con meridiana claridad.

El planeta daba para alimentar muchas menos personas al no existir los pesticidas y fertilizantes actuales, la revolución supuestamente verde de origen petrolífero. Fue cuando comenzó el maquinismo y con él el consumo masivo de carbón primero, del petróleo y el gas después. Cuando todo parámetro comenzó a dispararse: desde la población hasta la renta per cápita, el consumo energético o la contaminación.

La clave fue la energía fósil conseguida de manera sencilla y barata, mediante la tecnología del hoyo, sin tener en cuenta ninguno de los efectos secundarios climáticos y medioambientales que ya están pasado factura. Lo hemos contado de mil maneras en innumerables posts.

A día de hoy no se concibe ningún crecimiento económico sin un incremento proporcional del consumo energético. La supuesta delantera en el repunte del crecimiento en países como Estados Unidos, Canadá o Australia, o la deforestada bonanza de Brasil, son causados por los métodos de extracción no convencionales, o el hacha, infinitamente más contaminantes que los tradicionales, que van camino del agotamiento. ¿De dónde saldrán los abonos y fertilizantes que necesitarán los nietos de nuestros nietos en un planeta superpoblado?

La Tierra ha dicho basta. La Cumbre de París se prepara sin nuevas ideas que mostrar ni propuestas elocuentes que ofrecer. Se continúa sin querer saber cómo crecer sin dilapidar energía de manera proporcional. Es el nudo gordiano del crecimiento que se necesita romper.

Mientras la de momento inexistente INNOVACION no desacople ambos parámetros aplicando la ciencia de la escasez, reduciendo el consumo energético, implantando energías renovables y menos contaminantes de manera masiva, los problemas medioambientales y las emisiones asociadas continuarán aumentando sin apenas crecimiento, el cual será sucio e insano.

O lo hará a la manera estadounidense, canadiense o australiana: haciendo el agosto con energías cada vez más contaminantes, supuestamente baratas, un milagro económico tiznado de hollín y contabilidad falseada.

El sistema económico tradicional está agotado. Las democracias en peligro. Si se reducen las emisiones de manera drástica y dramática siguiendo los parámetros económicos en vigor, la economía se derrumbará según los autodenominados expertos.

No es inevitable si se cambiara el paradigma y se modificaran los dogmas. Si se aplicara pensamiento paralelo: la economía fundamental. Si se rompiera el nudo gordiano que permitiera volver a crecer reduciendo el gasto energético global. Cuando se comience a aplicar la referida ciencia de la escasez derivada de la tal economía fundamental.

Cuando llegue ese momento, las energías renovables serán más que rentables. Cuando las emisiones, la contaminación o la pérdida de biodiversidad dejen de considerarse externalidades ajenas al sistema económico. Cuando se definan fórmulas para medirlas económicamente, implantando mecanismos de mercado que las desincentiven, aplicaciones derivadas de la naciente economía fundamental.

Desgraciadamente, la investigación económica, ferozmente anquilosada, no quiere saber nada de eso. Ni utilizar técnicas multidisciplinares que podrían aplicar de manera sencilla jóvenes economistas que no estuviesen contaminados por la ortodoxia académica y universitaria actual, que trabajaran en equipo con científicos de verdad. Bastaría con leer el histórico de este blog.

Continuaremos profundizando, aunque sea clamar en el desierto intelectual que atenaza los departamentos de economía de todas las universidades de aquí y de allende los mares.

Si no se rompe el nudo gordiano del crecimiento económico, los amagos actuales serán solo meandros y el estancamiento económico, sino la recesión permanente, una permanente realidad.

A corto plazo, la única manera de que España y Europa remonten será mediante el fomento de la industria, su vuelta a casa. Como en la Edad Media, será riqueza que vendrá a costa de la de los demás. Será mucho más limpia al desbaratar una logística absurda que ensucia y destruye los mares.

Las condiciones de contorno que marcan la naturaleza, la realidad física y biológica de este planeta son el auténtico “cap” económico. No permitirán ningún crecimiento sano mientras no se modifiquen radicalmente los estúpidos e inestables mecanismos económicos actuales que producen cada vez mayor desigualdad.

Son sucesos a corto o medio plazo, apenas unos siglos, siempre y cuando esta humanidad inconsciente no reviente antes a causa de los fundamentalismos, la intransigencia política y la corrosión democrática que poco a poco se va infiltrando en todas las capas de la sociedad. Ya ha alcanzado los juzgados.

Solo queda parte de la prensa, la digital, el último poder libre, a medias. De momento, hasta que le impongan la mordaza, sea mediante ley o corrección política. La misma que fomenta violencia de género en España y llena las cárceles de inocentes a base de denuncias falsas, horribles crímenes de lesa humanidad perpetrados cada día por jueces y fiscales corrompidos que gozan aplicando las progresistas leyes neofranquistas vigentes.

A largo plazo se impondrá la economía del estado estacionario, el decrecimiento y el regreso al feudalismo que nos empeñamos en implantar activamente. Pero esa es otra historia.

Dicen que vuelven brotes verdes a la economía. ¡Ay!, ingenuos. Más bien deflación. ¿Cuántos brotes llevamos acumulados durante los últimos años?

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