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El coronavirus vuelve a la carga: la recuperación también se frustra en Europa
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Javier G. Jorrín

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El coronavirus vuelve a la carga: la recuperación también se frustra en Europa

Los datos del PMI muestran un estancamiento de la actividad en la eurozona en septiembre. El repunte de la actividad gracias a la reapertura se ha disipado ya por el regreso de la pandemia

Foto: Imagen: Laura Martín.
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La nueva normalidad se parece cada vez más a la excepcionalidad de la pandemia. Los rebrotes avanzan, los periódicos abren con noticias sobre confinamientos y los agentes económicos se preparan para unos meses complicados. Aunque la situación de contagios esté todavía muy lejos de la que se vivió durante los meses de cuarentena, la incertidumbre es máxima, ya que no hay certezas sobre cómo se conseguirá contener esta segunda ola.

España empezó a sufrir los rebrotes a finales de julio y rápidamente se contagiaron a la actividad económica. En el resto de Europa, la pandemia se contuvo durante el inicio del verano, pero los datos de septiembre muestran una aceleración de los contagios, en especial en Francia, Reino Unido y, en menor medida, Alemania.

Foto: Imagen: Pablo López Learte Opinión
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Los rebrotes son el gran enemigo de la economía, no sólo porque puedan llevar a restricciones a la movilidad, también por el impacto que provocan en la confianza de los agentes. Los indicadores adelantados de septiembre muestran claramente cómo la economía se está frenando de forma brusca. El rebote de la actividad producido por la reapertura se ha acabado mucho antes de lo esperado, lo que anticipa una salida de la crisis más lenta.

Los datos de la encuesta PMI a gestores de compras de las empresas que realiza mensualmente Markit son uno de los mejores indicadores adelantados. Y los datos no son esperanzadores. La recuperación de la eurozona se ha estancado en septiembre, según los datos preliminares de la encuesta. La lectura del indicador se situó en 50,1 puntos, muy cerca del nivel de estancamiento, en 50 puntos.

Se trata del peor dato desde la desescalada, en el mes de junio, pero esto era previsible, porque a medida que pase el tiempo, la recuperación perdería intensidad. Lo que nadie se esperaba hace sólo tres meses es que en septiembre se agotaría el crecimiento. Alemania mantiene todavía tasas de crecimiento importantes, en 53,7 puntos, gracias a su sector manufacturero. Sin embargo, Francia ha vuelto a terreno contractivo por primera vez desde que empezó la desescalada, cayendo hasta 48,5 puntos. Para España e Italia no hay datos adelantados de septiembre, pero las dos economías ya estaban en situación de contracción en agosto.

Estos resultados muestran cómo las empresas han detectado un parón de la actividad en las últimas semanas coincidiendo con el final del verano y los rebrotes del virus. La preocupación en el sector privado es máxima, ya que la incertidumbre sobre la pandemia se propaga rápidamente al consumo de las familias.

En España, el INE ha mejorado el dato de contracción del PIB del segundo trimestre que adelantó el INE en julio. Son siete décimas más, que en un año normal estaríamos hablando de una revisión completa de los datos (cuando España crecía un 2,5% en un año era porque cada trimestre avanzaba a esas siete décimas), en 2020 son un poco de maquillaje sobre unos datos históricamente malos.

Nunca en tiempos de paz la economía española sufrió tal desplome, del 17,8%. Y aunque las cifras sean algo mejores que las avanzadas hace dos meses, el desplome es profundo y generalizado. De ahí que la recuperación en España vaya a ser más costosa y genere muchas dudas.

La nueva normalidad se parece cada vez más a la excepcionalidad de la pandemia. Los rebrotes avanzan, los periódicos abren con noticias sobre confinamientos y los agentes económicos se preparan para unos meses complicados. Aunque la situación de contagios esté todavía muy lejos de la que se vivió durante los meses de cuarentena, la incertidumbre es máxima, ya que no hay certezas sobre cómo se conseguirá contener esta segunda ola.

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