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El Banco Internacional de Pagos (BIS) acaba de publicar su Resumen Anual 2009-2010 al tiempo de su reunión anual. La opinión del BIS es importante para

El Banco Internacional de Pagos (BIS) acaba de publicar su Resumen Anual 2009-2010 al tiempo de su reunión anual. La opinión del BIS es importante para el futuro de sus bolsillos por su importancia histórica y por ser el ejemplo de “haz lo que digo y no lo que hago”. Ahora, en 2010, habla de “prudencia preventiva para hacer instituciones financieras más resistentes”, después de dejar crecer la mayor burbuja en la historia económica bajo sus narices sin hacer nada al respecto para evitarlo.

El BIS es (ha sido) la pieza clave en las finanzas mundiales de las ultimas ocho décadas. Controla el 10% de las reservas en monedas extranjeras y oro mundiales a través de Credit Suisse. Es el banco de los bancos centrales y su Consejo lo forman los mejores profesionales de las finanzas mundiales: Noyer, Bernanke, Draghi, Trichet, Weber

El BIS lleva funcionando desde 1930. En principio, su labor sólo era cobrar los pagos de Alemania del Tratado de Versalles. En 1944, en Bretton Woods, Wilhelm Keilhau, propuso su disolución acusándolo de lavar el oro que los Nazis habían robado durante la Segunda Guerra Mundial. Según la acusación, Thomas McKittrick, presidente del BIS, transfirió oro de clientes austríacos y holandeses al Reichbank para financiar al ejército alemán. La Resolución se aprobó, pero EEUU, que inicialmente apoyó su liquidación, cambió de opinión. ¿Por qué?

De casi desaparecer, pasó a ser imprescindible como eje del sistema monetario mundial. En 1946, implementó Bretton Woods. En los 60, utilizó “currency swaps” para ayudar al dólar. En los 70 controló el flujo de capitales desde el Golfo hacia Europa y EEUU. Para 1977, las decisiones sobre el precio del oro, la regulación de los “paraísos fiscales” o los tipos de interés se debatían en un simple hotel en Basilea.

No sólo esto. El BIS ayudó a la creación del precedente de la actual UME. Normalizó el movimiento de capitales y pagos entre EEUU y Europa. Aprobó créditos para ayudar a sostener el franco en un tiempo en el que el director del EPU era Richard Bissell (quien sería director de Planificación de la CIA).

En las últimas décadas, su papel aún ha sido mayor. Desde los 90, los ordenadores del BIS están “en línea” con los de los Bancos Centrales, lo que le da la capacidad inmediata de analizar la situación de todos los sistemas financieros del mundo. Si hay un problema, tiene el poder para intervenir en el mercado del oro y en el Forex para estabilizarlos.

Uno de sus miembros más destacados, Alexander Lamfalussy, estuvo muy vinculado al BCE y dirigió el Comité que propuso la reforma de los mercados en 2001… ¡fantástico trabajo! En los 90, el BIS se encargó de los Acuerdos de Basilea I que introdujeron los requerimientos de capital para las instituciones financieras para evitar repetir crisis como las de Savings and Loans. Basilea I fue insuficiente para evitar el descontrol en la concesión de créditos inapropiados, lo que motivó la aparición de la actual crisis.

Para remediar este problema, el BIS fijó Basilea II. William McDonough, presidente de la Fed de Nueva York, acordó nuevos requerimientos de capital dejando que fueran las propias entidades financieras las que usaran sus propios métodos para calcular la probabilidad de impago de sus créditos, la calidad de las garantías y los porcentajes de capital mínimo que debían tener. No sorprende ahora que las entidades no se fíen de la “salud” de los balances de las otras entidades. ¿Sabrán ellas mejor que nadie lo que las otras entidades tienen en sus balances si ellas mismas se auto-valoraron sus activos?

Pues bien, la misma institución con ese pasado de escándalos en los 40, incapaz de regular, de crear un sistema financiero que permitiera la prosperidad de los ciudadanos, que sentó las bases del desastre de esta UME, que dejó en manos de las entidades financieras que fijaran sus requerimientos de capital y la valoración de sus activos, la misma que vio la creación de burbujas en países como España sin hacer nada, que permitió crear déficits públicos y privados incontrolados mientras miraba para otro lado, dice ahora que “las medidas fiscales de los Gobiernos retrasan los ajustes necesarios en la economía real. Los límites a los estímulos se han alcanzado. Consolidación fiscal y reformas estructurales son necesarias”. Con un par.

La misma institución privada impone ahora a los Gobiernos “soberanos” las medidas que deben adoptar para salir de la crisis.

Para el BIS, la crisis tiene su origen en las rigideces estructurales en la economía “real”. Por tanto, la solución a la crisis es la desregulación de la economía “real”. Desregular el mercado de trabajo, reducir salarios y recortar el Estado del Bienestar. ¿Y de reformar la economía “financiera”? El BIS habla de “reforma del sistema financiero que produzca políticas regulatorias mas efectivas”. ¿Como las de Basilea I? ¿O como Basilea II?

Para el BIS, los países europeos son atacados por los “mercados” por su inestabilidad fiscal y su incapacidad para colocar su deuda. El organismo que sentó las bases de la actual UME (y que conocía sus defectos en 1999) explica ahora que debido a que los Gobiernos carecen de control sobre la política monetaria, “el mercado” los puede atacar.

El futuro no depende de los Gobiernos y sus ciudadanos, sino del “mercado”. ¿Y quién es el “mercado”? ¿Bill Gross, el rey de los bonos? ¿Lloyd Blankfein, el rey de los bancos de inversión? ¿Crispin Odey, Pete Davies, David Yarrow, Stanley Fink o John Paulson, los reyes de los Hedge Funds? ¿Antoine Imbert, Lee Cumbes o Pierre Blandin, los gerentes de los Primary Dealers de la deuda española?

¿Qué tal recomendar a los Gobiernos que emitan su deuda directamente bajo ciertos controles internacionales? ¿Qué tal que los Gobiernos pudieran fijar sus tipos de interés? ¿Qué tal la reformulación de la UME que permitan el crecimiento basado en la mejora de la competividad de todos los países y no en la de cuatro? ¿Qué tal recomendar que las familias no se endeuden más de lo que pueden?

Según el BIS, “altos niveles de deuda pública pueden reducir el crecimiento”, por eso la necesidad de reducir los déficits públicos. ¿Ahora lo dice? ¿Después de una década de descontrol en el gasto? Como los Balances Sectoriales explican, cada euro de recorte del déficit que el BIS impone al Gobierno español es un euro más que las familias tienen que gastar. Más impuestos a las familias, menos posibilidades para la recuperación. 

El Banco de Italia estima que el efecto de las medidas de austeridad reducirá su PIB en 0,5 puntos. Irlanda es el ejemplo de aplicar las medidas del BIS: después de reducir el subsidio por desempleo en un 4%, los salarios del sector público un 15% y congelar la inversión pública en infraestructuras hasta 2020, el PIB decreció un 7% en 2009. Aun contando con las exportaciones, el desempleo continua aumentando en 2010.

En el Reino Unido, en mejores condiciones que España, el ajuste fiscal del Gobierno basado en las ideas del BIS supondrá la pérdida de 500.000 empleados en el sector público y 600.000 en el sector privado hasta 2015. Eso, en un país con 2,5 millones de desempleados y sin las ataduras del euro. Imagínense en España.

El BIS parece no querer ver que el problema es la deflación de deuda de las familias. La reducción del gasto doméstico continuará mientras las familias no vean la salida de la crisis con la creación real de empleo. El ejemplo es la contracción de la M3, la mayor desde 1929. El modelo de crecimiento basado en el crédito está acabado. Una década de descontrol no se puede resolver simplemente reformando el mercado laboral. O hay una reforma total de todo el sistema o no habrá salida a la crisis.

Gobiernos y ciudadanos deben recuperar el control sobre su futuro y sobre las políticas económicas (incluida la monetaria). Dejar que una entidad como el BIS que no ejerció su obligación para evitar la crisis imponga a los Gobiernos sus medidas es una broma. Si en los 90 se hubieran sentado bases reales para el bienestar de los ciudadanos quizás no estaríamos ahora donde estamos. 

Nota: Este es el último artículo que este humilde servidor escribirá hasta septiembre, asumiendo que ustedes y Cotizalia lo aprueben. Disculpas a todos los que, de una forma u otra, se hayan sentido ofendidos o desilusionados por los artículos. Sinceras gracias a todos por su paciencia y comentarios, especialmente los críticos, sin los que no hubiera sido posible esta columna, y suerte a todos.

El Banco Internacional de Pagos (BIS) acaba de publicar su Resumen Anual 2009-2010 al tiempo de su reunión anual. La opinión del BIS es importante para el futuro de sus bolsillos por su importancia histórica y por ser el ejemplo de “haz lo que digo y no lo que hago”. Ahora, en 2010, habla de “prudencia preventiva para hacer instituciones financieras más resistentes”, después de dejar crecer la mayor burbuja en la historia económica bajo sus narices sin hacer nada al respecto para evitarlo.