Vida y milagros de las nuevas empresas innovadoras españolas

Mucho ha llovido desde que aquella desgraciada frase “¡Que inventen ellos!, además de pronunciada, siguiera materialmente arraigada en nuestra economía. Hoy nadie sostiene en España semejante estupidez, incluso si no inventamos demasiado; aunque cada vez más, como veremos a continuación.

El esfuerzo español en I+D, medido como porcentaje del PIB, siempre ha estado por debajo de la media europea –en torno a la mitad- y muy alejado –apenas un tercio- del de EE.UU., aunque durante últimos años gracias al notable impulso del Gobierno se duplicó, lo que produjo una convergencia con los países líderes que ahora ha vuelto a detenerse.

En España, aunque hemos avanzado relativamente en los últimos años, el gasto público en I+D es superior al privado, lo que tiene consecuencias económicas: el primero, sólo muy parcialmente, se convierte en riqueza económica directa, mientras que el segundo genera necesariamente actividad,  empleo y competitividad.

El sector económico que mayor esfuerzo hace en España en I+D es el de las tecnologías electrónicas, de la información y la comunicación -las popularmente llamadas TIC- que el pasado año gastó cerca de 2.500 millones de euros; lo que equivale a casi un tercio del total privado nacional. A  nivel europeo, datos recientes ponen de relieve que en nuestro país el peso relativo del sector TIC es mayor que en la UE, cuya contribución media es de una cuarta parte del total. Esto no significa que las empresas TIC españolas investiguen más que las europeas –lo hacemos menos-, sino que los demás sectores económicos lo hacen muy poco.

España, aún alejada de los países  líderes, tiene potencial para seguir creciendo más que éstos, si las políticas lo hacen posible. Disponiendo de un creciente y ya importante plantel de investigadores académicos de clase mundial, debemos convertir en actividad empresarial sus logros científicos, lo que ahora sucede muy esporádicamente. Para ello debe facilitarse la relación universidad-empresa, crear una verdadera industria de capital riesgo –tecnológico- y considerar la I+D un factor clave de cualquier decisión política.

Como consecuencia de la crisis económica que asola nuestro país, el Gobierno –después de su ejemplar comportamiento en la legislatura anterior- ha levantado el pié del acelerador de la I+D+i, justo cuando más falta hace para salir de la crisis por la puerta grande de la innovación tecnológica y la consecuente mayor competitividad de nuestra economía.

No obstante el panorama que se acaba de reseñar, existen en nuestro país buenos y en algunos casos ejemplares proyectos empresariales basados en la innovación tecnológica de base electrónica –física y lógica-, la mayor parte de los cuales ex–novo, que apenas conocidos por la opinión pública, resultan tan atractivos como explicativos de una realidad emergente, a la que solamente se le puede poner un pero: todavía son pocos.

Conociendo la intrahistoria –la vida y milagros- de una selección de ellos, tendremos oportunidad de saber cómo y a quién se le ocurrió “la idea”, los problemas encontrados para su puesta en marcha, las limitaciones y dificultades encontradas en la financiación, el papel jugado por las ayudas públicas, el alcance del éxito, las nuevas perspectivas que se fueron abriendo a las ideas iniciales, etc.

El hilo conductor de las historias que iremos presentando aquí será la economía digital, ya que todas ellas formarán parte del  modo de hacer que caracteriza la nueva economía, tal y como se glosó en la apertura de esta sección.

Iremos conociendo empresas desde recién nacidas hasta con  cierta antigüedad, algunas innovando en software, otras en hardware, aplicaciones y procesos, la mayor parte de ellas desarrollando nuevos negocios de alcance planetario, en algunos casos autofinanciadas y con resultados recurrentes positivos y en otros en busca de capital para financiar su expansión.

Comenzaremos la saga de nuevos emprendedores con HERZIO.COM MUSIC&FRIENDS, una brillante apuesta española, con vocación planetaria, para resolver la crisis digital de la música popular.

*Jesús Banegas, presidente del Consejo Académico Máster Telecom & Digital Business del Instituto de Empresa