El compromiso de los países de aumentar el gasto en defensa recuerda a la pandemia y ya sabemos cómo acaba; casos de corrupción generalizados en los juzgados de todos los partidos. Lo más sensato sería replicar el modelo del consorcio Airbus, donde los principales países decidieron unir sus empresas de fabricación de aviones y crear un competidor global de Boeing y ha sido un éxito. Ahora las empresas de defensa de los países europeos deberían unirse y hacer planes de desarrollo tecnológico e industriales ambiciosos y no seguir con estrategias nacionales de empresas de pequeño tamaño sin capacidad tecnológica ni financiera para competir con EEUU o China e incluso con Rusia.
Eso será desesperadamente lento, como es todo en Europa, y mientras tanto, los países deberán aumentar el gasto en partidas que no entren en conflicto con ese desarrollo común que acabará llegando. Uno de los principales problemas de seguridad que tiene España es el narcotráfico. Conseguimos vencer al narco en Galicia pero han crecido, se han desplazado al sur, tienen conexiones internacionales con los grandes carteles colombianos y somos la entrada al mercado europeo.
Desde el accidente en Barbate, donde una narcolancha pasó por encima a una barquita de la Guardia Civil y murieron dos agentes, he estado investigando el problema en el terreno y no imaginaba lo extendido que estaba y la impunidad con la que estos delincuentes tan peligrosos se mueven por nuestro país. Como me enseñó en México un gran empresario, "el dinero del narco existe"; no se ve, pero blanquean y acaba afectando a buena parte del PIB de la zona. Son la empresa que más contrata en las zonas afectadas, normalmente con alta informalidad y pobreza, y atraen fácilmente a jóvenes dispuestos a saltarse la ley por tener un sueldo que, siendo menores de edad, ya es mayor que el de sus profesores en el colegio.
Los sindicatos policiales han denunciado la falta de medios para luchar contra el narco, como quedó evidente en el trágico accidente de Barbate. La Audiencia Nacional se encarga de los grandes casos donde están las grandes agencias antidroga internacionales, pero los casos pequeños de detenciones y alijos se acaban juzgando por jueces locales que tienen que convivir con el narco. La jueza que investiga el caso de Barbate denunció en marzo que su coche había sido vandalizado. Este mes ha dejado salir de la cárcel a los dos presuntos asesinos de los guardias civiles por una mísera fianza de 10.000 y 15.000 euros, respectivamente.
Hay que doblar o triplicar los recursos que la Guardia Civil y Aduanas disponen en el terreno. Hay que crear una fiscalía única antidroga y juzgados en Madrid que se encargue también de los casos pequeños en Madrid, los de las zonas afectadas y dotarles también de medios suficientes humanos y tecnológicos que permitan agilizar los tiempos procesales y que los jóvenes de las zonas afectadas vean que sus referentes acaban en la cárcel.
Y, sobre todo, hay que hacer planes de desarrollo económico local. Hay una relación inversamente proporcional entre la tasa de paro en España y la distancia de la provincia con la frontera francesa y la causa principal es la infrainversión en las provincias de Cádiz y Huelva en el último siglo. Hay una cultura antiempresa generalizada en esas zonas, basta leer las letras de los carnavales, y hay muy pocos empresarios innovadores con capacidad de hacer crecer sus empresas en entornos internacionales y pagar buenos salarios que reduzcan los incentivos de los jóvenes de la zona a trabajar con el narco.
Por eso, los pocos casos de éxito que hay que apoyarlos. Por ejemplo, el desarrollo industrial del atún de la almadraba. En el año 2000, el 95% del atún de las almadrabas del Estrecho se procesaba en barcos japoneses que lo enviaban a Japón directamente. Hoy el 60% se procesa en Cádiz, por empresas gaditanas principalmente Gadira y Petaca Chico, y el empleo se crea local. Pepe el del Campero en Barbate y Antonio en Zahara han creado la cultura del atún y atraen turismo de alto nivel que gasta mucho por día y permite generar empleo de calidad en las zonas afectadas.
Pero la mayor oportunidad de esa zona está en el desarrollo industrial para aprovechar la cercanía del puerto de Algeciras por donde pasa el 80% del comercio marítimo del planeta y el menor coste energético en España que nuestros socios europeos gracias al desarrollo de energías renovables. Para eso sería necesaria la colaboración del Gobierno Central, de la Junta de Andalucía y de los ayuntamientos afectados. Es necesario urgentemente despolitizar Red Eléctrica, sustituir a su cúpula ejecutiva actual por profesionales en la gestión y el negocio de desarrollo de red para atraer fábricas europeas que quieran venir a producir cerca del puerto de Algeciras. Óscar Puente tiene que dejar de perder el tiempo con las redes sociales y aprobar urgentemente el desdoblamiento de la vía Bobadilla y mejorar la catenaria para conectar con Francia para que Algeciras compita con Róterdam como gran puerto europeo. La Junta y los ayuntamientos locales deben desarrollar suelo industrial rápidamente coordinados con Red Eléctrica para que las fábricas tengan la conexión cuanto antes.
Los tipos de interés están muy bajos en España, por debajo de la inflación, la banca española dispone de exceso de depósitos para financiar esas inversiones y es el momento para hacerlo. Carlos III consiguió acabar con los piratas berberiscos y ahora la democracia debe plantarle cara al narco con más contundencia.
El compromiso de los países de aumentar el gasto en defensa recuerda a la pandemia y ya sabemos cómo acaba; casos de corrupción generalizados en los juzgados de todos los partidos. Lo más sensato sería replicar el modelo del consorcio Airbus, donde los principales países decidieron unir sus empresas de fabricación de aviones y crear un competidor global de Boeing y ha sido un éxito. Ahora las empresas de defensa de los países europeos deberían unirse y hacer planes de desarrollo tecnológico e industriales ambiciosos y no seguir con estrategias nacionales de empresas de pequeño tamaño sin capacidad tecnológica ni financiera para competir con EEUU o China e incluso con Rusia.