¿Gobierno progresista o proletario?

Según las estadísticas del FMI, España fue en 2024 la economía desarrollada con la tasa de paro más alta del mundo, con el 11,4%. En un mundo envejecido, donde las tasas de paro caen estructuralmente por la escasez de nuevos entrantes en el mercado de trabajo, sólo Grecia se aproxima a España con el 10%. Si calculamos el promedio de nuestra tasa de paro desde 1980 que el FMI publica datos homogéneos y comparables también somos campeones del mundo con el 17%, Grecia tiene 5 puntos porcentuales menos. Si calculamos la moda o la volatilidad, también somos campeones del mundo con el 27,5% en 2013. Si calculamos el histograma, España es el país que más años ha tenido la tasa de paro por encima del 20% del mundo.

No es necesario estudiar un doctorado en economía, como ha hecho nuestro presidente del Gobierno, basta con tener unos conocimientos básicos de estadística nivel bachillerato para intuir que España tiene un problema de diseño institucional de su mercado de trabajo. El diseño es una herencia franquista, falangista mejor dicho, que ha mejorado durante la democracia pero seguimos teniendo numerosos incentivos perversos que ayudan a explicar por qué España sigue siendo el país del mundo con la mayor tasa de paro.

Nuestro mercado de trabajo tiene excesiva flexibilidad en la entrada, tras la última reforma con la prohibición de los contratos temporales se ha reducido, una extrema rigidez en la salida con el mayor coste de indemnización por despido de los contratos indefinidos de los países desarrollados, una protección por desempleo que complementa el coste de despido baja pero que combinada con la economía sumergida desincentiva volver a trabajar y un desastroso sistema de políticas activas de empleo. No es casual que todos los años desde hace décadas el Consejo Europeo nos recomiende reformar nuestras políticas activas de empleo. En definitiva, todo lo contrario de lo que los economistas especializados en economía laboral recomiendan.

Yo tuve la fortuna de tener de profesor en la Universidad de Alcalá a Luis Toharia que fue el primer español en estudiar su doctorado en MIT con Robert Solow, premio Nobel de economía, de director de tesis. Luis, además de un gran economista y un excelente profesor, era muy progresista y ya nos hablaba hace más de 30 años de la flexiguridad nórdica. En Dinamarca hay despido libre, los trabajadores no reciben indemnización cuando la empresa decide despedirlos, y tienen un 3% de tasa de paro, su promedio desde 1980 es del 5%, la tasa más alta desde el año 2000 fue el 6% en 2012, cuatro veces inferior a la española y su salario medio es de 70.000 euros. Parece bastante evidente que el elevado coste de despido en España no ha sido efectivo para proteger a nuestros trabajadores que además de sufrir la tasa de paro más alta del mundo, sufren que el salario más frecuente sea el salario mínimo.

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Tras tumbarles la derecha catalana la ley que pretendía reducir la jornada laboral a 37 horas, Yolanda Díaz vuelve a la carga con el despido "restaurativo". Llevo más de 30 años estudiando y analizado la economía española y tuve que pedir el comodín del público en redes sociales para saber que quería decir, Pues bien, la brillante idea de nuestra vicepresidenta del Gobierno es, no sólo aumentar el coste de despido que ya es el mayor del mundo, además meter incertidumbre a la empresa sobre el coste final en caso de despido improcedente.

Yolanda Díaz quiere condicionar el coste a la situación social del despedido y aumentar el coste de indemnización a los trabajadores más vulnerables. Como me enseñaba Luis Toharia en la facultad "los efectos de una reforma laboral siempre son inesperados" Lo más probable es que si el Gobierno aprueba esa ley acabará aumentando la tasa de paro estructural de los trabajadores precarios, principalmente mujeres, jóvenes y especialmente inmigrantes ya que las empresas preferirán otros trabajadores o meter más tecnología para sustituir esos puestos y reducir su incertidumbre.

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Es lo que ha sucedido con la ley de vivienda que promovió Podemos y que apoyó Yolanda Díaz. Con buena intención, la ley intentó proteger a los inquilinos en alquiler denominados "vulnerables". ¿Cuál ha sido el resultado? Que casi nadie alquila casas a alguien susceptible de ser vulnerable que en caso de impago no le podrán echar. ¿Qué sucede cuando una regulación limita el equilibrio de la oferta y la demanda? En Madrid y Barcelona, principalmente, se ha creado una mafia que ocupa pisos y locales comerciales, los realquila a personas vulnerables y en caso de impago los desalojan con métodos heterodoxos fuera del marco legal.

Los economistas mayoritariamente recomendamos acercarnos lo máximo posible al modelo danés; reducir el coste de despido, aumentar la prestación por desempleo los primeros meses, asignar al desempleado un tutor que le orienta en nuevas oportunidades que ofrece la demanda de empleo para un perfil con el suyo y formarle con las habilidades que le falten para tener éxito en búsqueda. ¿Qué ha hecho Yolanda Díaz en los años que lleva de ministra para mejorar las políticas de empleo? Nada. ¿Qué va a hacer mientras siga en el Gobierno? Nada de nada. Las competencias están transferidas a las comunidades autónomas pero su ministerio tiene el dinero para ejecutar esas partidas y hay serios problemas de coordinación entre ambos. Lo normal es que sentase a debatir una reforma y llevaran al Congreso una ley consensuada con las 17 comunidades, no sólo con Cataluña y País Vasco como es habitual en esta legislatura, y que votaran a favor el PP y el PSOE. Pero si pasara eso, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz perderían el apoyo de sus socios y tendrán que convocar elecciones inmediatas.

Este Gobierno puede citar a Marx en el Parlamento, ser proletario, puede tener el apoyo de los sindicatos y movilizar a trabajadores en las calles, pero realmente es Grouchomarxista. Si esto es un Gobierno progresista "que paren el mundo que yo me bajo".