La Ley de Movilidad Insostenible

Esta semana se ha publicado la producción industrial en Alemania de agosto, con un desplome del 18% anual de la producción de automóviles, y el Parlamento español ha aprobado la ley de movilidad sostenible. Yo he comprado siempre coches alemanes de combustión, hasta hace dos años que tengo un coche americano que ha revolucionado el mercado del automóvil mundial en los últimos 20 años. Hoy esa marca americana ha sido superada por empresas chinas que tienen mejor tecnología, especialmente de baterías. También estoy como pequeño inversor en una empresa que instala y gestiona puntos de recarga y en este artículo voy a contar mi propia experiencia de la movilidad eléctrica.

Mi coche costó 45.000 euros, tiene 350 caballos de potencia y es el mejor coche que he tenido nunca con la conducción más próxima a un formula 1. Cargo el coche habitualmente en mi casa con un contrato estable de mercado con una empresa eléctrica que permite elegir cualquier hora del día y me gasto un 80% menos por cada 100 kilómetros que mi anterior coche alemán de combustión de alta gama. Si me pilla de viaje normalmente el coste de la carga es la mitad que mi coche anterior. Hago unos 30.000 kilómetros al año, normalmente en Madrid, viajo poco con el coche y cuando viajo lo planifico sin prisa.

Yo nunca volveré a comprarme un coche de combustión, el equivalente en potencia es casi el doble de caro. El problema de la industria alemana es tecnológico, no se va a resolver con aranceles y proteccionismo, acaba de empezar y todo es susceptible de empeorar hasta 2030 que es cuando finaliza la Agenda de Naciones Unidas. Cuando los precios relativos son favorables a una nueva tecnología se cumple la ley de Moore y esa tecnología es disruptiva y canibaliza a la anterior. Eso pasó con la energía eólica, después con la fotovoltaica y ahora pasa con el coche eléctrico. El estado en este escenario no necesita intervenir, salvo en el desarrollo de la red de puntos de recarga, sin la cuál es imposible que exploten las ventas de coches eléctricos. Yo iba de niño a Portugal a comprar toallas, hoy Portugal tiene una estado más dinámico y vende el doble de porcentaje de coches eléctricos que España.

¿Qué falla en España? Con la empresa de puntos de recarga empezamos hace tres años. Los socios principales eran una empresa de instalación y había fuerte interés de fondos de infraestructuras internacionales para invertir en Europa y nuestro objetivo era instalar unos 1.500 puntos de recarga en España. También había fondos europeos para el Plan Moves y pensamos que era el momento adecuado pero no contábamos con el inferno administrativo. En instalar un punto de recarga se tarda menos de un mes pero, si tienes suerte y consigues la autorización administrativa, no tardas menos de un año. La empresa siempre es la misma pero para cada autorización de cada punto debe presentar más de diez documentos cada vez; escrituras de constitución, acta de titularidad real, estar al corriente de pago con hacienda, seguridad social, memoria, capacidad técnica, solvencia financiera, etcétera. En Portugal, el Gobierno socialista de Antonio Costa copió el modelo de EEUU de declaración responsable. La empresa presenta sólo una vez su capacidad técnica y financiera y luego firma una simple declaración por cada punto que instala. Eso ahorra cientos de miles de ahora de trabajo a los funcionarios y agiliza enormemente el desarrollo de la red.

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Para conseguir las ayudas europeas del Moves es otro procedimiento independiente y necesitas presentar de nuevo muchos de esos documentos, que además de los funcionarios españoles los tienen que aprobar funcionarios europeos, y no ves ni un euro hasta un año y medio después de solicitarlo normalmente, si no te los deniegan por cualquier chorrada administrativa. El mayor problema es la saturación de la red eléctrica. Como publicó la asociación de redes la mitad de las provincias españolas tienen saturado el 100% de su capacidad de red de alta tensión y en el resto la mayoría están por encima del 90% y normalmente no hay hueco donde van a parar los conductores a cargar.

Esta semana hemos sabido que la Comisión de la Competencia y Red Eléctrica están en una guerra comunicativa para ver quién tuvo la culpa del apagón, ahora sabemos por el escrito de la Comisión que Red Eléctrica reconoce que de nuevo hay tensión en la red, que se produce normalmente en horas de sol y en primavera y otoño cuando hay menos demanda eléctrica de aire acondicionado y calefacciones y que no controla el parque de autoconsumo y la previsión de demanda y vertido del exceso a la red que tiene prioridad. Desde abril, para evitar otro apagón, Red Eléctrica ha aumentado el consumo de gas, o sea ha aumentado las emisiones contaminantes, y se estima que nos ha costado unos 1.000 millones de euros adicionales que pagaremos los consumidores. Todo es susceptible de empeorar si el Gobierno sigue adelante con su decisión de cerrar la central nuclear de Almaraz que genera un gigavatio de electricidad las 24 horas del día y que en muchas de esas horas tendrá que ser sustituida por gas, aumentando el coste para los consumidores y las emisiones contaminantes que aceleran el cambio climático y los desastres naturales que ya estamos sufriendo en España, principalmente en la costa mediterránea.

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Esta misma semana un cliente mío se ha quedado fuera de un Perte porque presentó una Cirbe del Banco de España electrónica y la licitación la pedía con firma analógica. España fue pionera gracias a Alastria, una iniciativa privada liderada por los grandes bancos españoles, para desarrollar una plataforma de blockchain que es líder europea y competir con China y EEUU pero nuestra administración sigue usando tecnología de hace 30 años. Otro cliente se ha visto obligado a calcular su huella de carbono por la nueva regulación europea y después de 10 meses de trabajo, verse en la necesidad de contratar una empresa de consultoría externa y consumir muchas horas, normalmente del equipo directivo más costoso todavía no hay indicios de mejora de costes por economía circular. Esta empresa tiene 400 trabajadores, ¿imaginan que pasará cuando esa normativa la tengan que cumplir las empresas de menos de 10 trabajadores que son la práctica totalidad en nuestro país?

¿Cuál es la solución del Gobierno y el Parlamento español en la peor crisis industrial desde los años ochenta? Aprobar una ley de movilidad sostenible que obliga a las empresas a presentar otro plan de movilidad, para aumentar la exasperante burocracia que nos asfixia. Y a la ministra de empleo que es de Ferrol, ciudad industrial, se la ve poco preocupada por la crisis industrial y por el empleo ya que ha propuesto que las empresas paguen 10 días de vacaciones adicionales cuando fallezca algún familiar. La competencia que amenaza las fábricas españolas de coches y componentes es china y en China los trabajadores sólo tienen 10 días de vacaciones en todo el año.

La industria europea y española del automóvil va camino de la extinción, como los dinosaurios, y la clase política cautiva del relato de sostenibilidad y la burocracia son el meteorito.