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Los orígenes del Ku-Klux-Klan (y II)
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Ignacio de la Torre

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Los orígenes del Ku-Klux-Klan (y II)

En la primera parte de este artículo exponíamos cómo se gestó la fundación del Ku Klux Klan. En esta segunda y última parte analizaremos lo que los

En la primera parte de este artículo exponíamos cómo se gestó la fundación del Ku Klux Klan. En esta segunda y última parte analizaremos lo que los historiadores más relevantes consideran como los hechos más relevantes en la guerra en gran escala que el Klan luchó para perpetuar el poder blanco en el Sur. Como veremos, el Klan resultó vencedor de esta guerra, y los antiguos estados confederados, aunque derrotados militarmente, consiguieron apartar del poder político a la población negra hasta los años 60 del siglo XX.

En Abril de 1867 se celebró  la primera reunión nacional del Klan en Maxwell House, Nashville. Había muchas materias a considerar. Por supuesto, la más importante era cómo responder a la reconstrucción radical (la reorganización política del Sur impuesta manu militari por el Partido Republicano apoyándose en milicias negras), y para ello se hacía necesario poseer una estructura más organizada. El Klan era en estos momentos demasiado grande como para continuar en el estado anárquico en el que se encontraba. Se debía definir el propósito y las acciones de la organización, así como lo más importante: la elección de un líder. Se cree que el Klan ofreció su liderazgo a “el alma del ejército sudista”, General Robert E. Lee, quien sin embargo lo rechazó, recomendando su organización de tal forma que no presentara una resistencia abierta, sino que actuara en la sombra, ya que la guerra civil ya había terminado. Es a raíz de este consejo por lo que el Klan fue bautizado como el “Imperio Invisible” (1).

Se reunieron todos los delegados, con los propósitos de reorganizar el Klan según un plan adecuado a su tamaño, enlazar los Dens (unidades básicas) aislados, asegurar la unidad de acción, restringir mediante limitaciones y regulaciones el acceso a la organización, distribuir la autoridad a escala local entre “hombres prudentes” y exigirles una supervisión de los miembros bajo su directa responsabilidad. Toda esta organización quedaría plasmada en una constitución secreta llamada Prescript, en cuyo artículo XII expresaba: “Los orígenes, objetivos, misterios y rituales del * nunca serán escritos, sino que serán comunicados oralmente” (2) (el Klan se representaba por un asterisco).

Por último, la convención tenía que elegir una cabeza (Gran Wizard) para el “imperio”. El Klan necesitaba una persona con una excelente capacidad de organización, una persona que representara los ideales de la civilización sureña, una persona que con prestigio y carisma. 

Todos estos requisitos confluían en Nathan Bedford Forrest, The Wizard of Saddle (3). Su carrera era impresionante: tenía 47 años cuando se alistó al Klan, no pertenecía una familia de la clase alta; su padre murió cuando él tenía 13 años, dejándole a su cargo a su madre y a sus 9 hermanos menores. Se enriqueció como comerciante de algodón, y cuando comenzó la guerra civil Forrest alistó un batallón de caballería a su propia costa. Sus epopeyas militares en la guerra de secesión fueron cuantiosas, aunque le costaron varias heridas de consideración, además de 29 caballos muertos bajo su montura. Debido a sus méritos, llegó a Mayor General, el único en los dos bandos que alcanzó este grado sin una formación militar. 

Según la teoría más defendida, cuando oyó hablar sobre el Klan, Forrest viajó desde su casa de Memphis a Nashville, y su ex jefe de artillería, Capitán John W. Morton, le llevó en su coche de caballos a un bosque cercano, donde el Klan celebraba una reunión. Forrest fue iniciado y más tarde aceptó ser Grand Wizard. En esos años, tal y como hicieron como otros antiguos confederados, Forrest entró en el negocio de ferrocarriles como una forma de reconstruir su fortuna (4). 

Aparte de la elección de Forrest (que por otra parte contó con el beneplácito de la aristocracia sureña), en la lucha entre los elementos de la clase alta y la baja, casi todos los puestos importantes de la jerarquía fueron para la clase alta, en general antiguos generales confederados. 

Un punto clave para entender la rápida extensión del Klan era la publicidad. Los periódicos, controlados por el Partido Demócrata, imprimían avisos y proclamaciones decoradas con calaveras y huesos, lunas, estrellas y ataúdes. La forma de advertir a alguien que dejara la ciudad bajo la pena de ser perseguido por el Klan consistía en enviar un ataúd a la persona señalada, con tres “K” pintadas en un lado. 

Los vestidos diferían según cada Den, con lo que no se daba una unidad central. Sin embargo, su forma de actuar (antes de su degeneración) tendió a ser muy similar en todo el sur. Se enviaban mensajes macabros a los negros (5), y se recomendaba a sureños colaboradores del norte, o a norteños inmigrados al sur y afines al Partido republicano  que abandonaran el Sur si querían evitar consecuencias. El Grand Wizard desempeñaba un papel central en la rápida expansión del Klan; mientras viajaba para realizar negocios de seguros o ferrocarriles, nombraba nuevos Dens dirigidos por ex oficiales de la Confederación.

Decenas de miles de personas se alistaron en la sociedad, viendo en ella la forma de defender sus intereses contra la reconstrucción radical. Quizás la causa más importante para el desarrollo del Klan fue la organización de las Loyal Leagues y Union Leagues, unidades de milicias negras que desempeñaban la función de proteger los gobiernos radicales, impuestos manu militari, y que obviamente no recibían apoyo entre la mayoría blanca. Para ésta, el contemplar cómo no solo el poder político, sino el militar era monopolizado por sus antiguos esclavos, fue la gota que colmó el vaso.

En menos de un año el Klan fue convertido en la más poderosa de las organizaciones secretas del Sur. Miles de miembros (Ghouls) encapuchados lucharon para mantener la supremacía blanca y eliminar los derechos políticos de la población negra. Había empezado una guerra, una guerra letal que tendría que significar bien final del gobierno republicano con el apoyo militar de las milicias negras o el final de las instituciones tradicionales del Sur. Durante más de tres años tuvo lugar esta lucha sangrienta entre el Klan y los gobiernos “radicales” (republicanos), cosechando el Klan una victoria absoluta. En pocos años el Klan consiguió que volvieran los gobiernos del Partido Demócrata, asegurando la supervivencia del sistema político sureño pre-bélico (que “mantenía a los negros en su  justo lugar”). Las Jim Crow Laws que segregaron a los negros mediante la supresión efectiva (que no nominal) de su derecho de voto (por ejemplo sometiendo a los negros a “pruebas de cultura”, que a veces incluían un examen de chino), así como su separación en lugares públicos fue el triunfo final del Klan: el momento en el que el Norte autorizó al Sur a gestionar “la cuestión negra”. El Tribunal Supremo declaró la constitucionalidad de estas leyes a finales del siglo XIX.

El Klan se disolvería cuando se garantizó el triunfo de sus objetivos, aunque siguió viviendo en las mentes de muchas personas. Al principio del siglo XX apareció la novela Clansman, presentando una imagen gloriosa (y muy distorsionada) del Ku Klux Klan de los días de la reconstrucción. Esta novela fue llevada a la pantalla por Griffith, un genial director con extraordinarias aptitudes, en una película llamada “Nacimiento de una nación”, que presentó a un heroico Ku Klux Klan deseando salvar a las indefensas sureñas de los abusos de sus antiguos esclavos. Esta exaltada imagen del Klan ayudó a crear la atmósfera de secretismo que rodeó al Klan en los años de la reconstrucción y fue responsable del renacimiento que el Ku Klux Klan experimentó en los años 20, en los que el Klan reapareció para expresar los sentimientos más conservadores de los americanos. Volvió a resurgir en los años 60 durante el movimiento de derechos civiles para luchar contra el final de la segregación, pero esta vez sería derrotado.  

El triunfo del Ku Klux Klan tras la guerra civil fue claro, y la población negra tuvo que esperar durante casi un siglo (hasta el movimiento de Martin Luther King) para obtener sus derechos.

 

Bibliografía

Black Reconstructionists.  Editado por E. L. Thornbrough.  Prentice Hall, Inc. Englewood Clifts, 1972.

Carter, Hodding, The Angry Scar: The Story of Reconstruction.  Double Day, 1959.

Chalmers, David M., Hooded Americanism: The First Century of the Ku Klux Klan, 1865-1965, Double Day, 1965.

Du Bois, W. E. B., Black Reconstruction in America, 1860-1880, Atheneum, 1969.

Foster, G. Allen, Impeached, Criterion Books, 1964.

Franklin, John Hope, Reconstruction After the Civil War, University of Chicago Press, 1969.

Meltzer, Milton, The Truth about the Ku Klux Klan, Franklin Watts, 1982.

Nevins, Allan, The Emergence of Modern America, 1865-1878, The Macmillan Company, 1927.

Stampp, Keneth, M., The Era of Reconstruction, 1865-1877, Knopf, 1965.

Trelease, Allen W., Reconstruction, the Great Experiment, Harper & Roin, 1971.

Sims, Patsy, The Klan, NY, Dorset Press, 1978.


(1) Authentic History, pp. 80-81.

(2) U. S. Congress, Sheafe v. Tillman, 41 Cong., 1 Sess., House Misc. Doc. No. 53 (1870); 315-21.

(3) El mago de la silla, refiriéndose a su montura.

(4) Como el nombramiento de un Grand Dragon.

(5) Cocemos las cabezas de los negros y hacemos sopa con ellas

En la primera parte de este artículo exponíamos cómo se gestó la fundación del Ku Klux Klan. En esta segunda y última parte analizaremos lo que los historiadores más relevantes consideran como los hechos más relevantes en la guerra en gran escala que el Klan luchó para perpetuar el poder blanco en el Sur. Como veremos, el Klan resultó vencedor de esta guerra, y los antiguos estados confederados, aunque derrotados militarmente, consiguieron apartar del poder político a la población negra hasta los años 60 del siglo XX.

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