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¿Es usted accionista de aerolíneas? Piénselo dos veces
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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¿Es usted accionista de aerolíneas? Piénselo dos veces

“Ojalá antes de morirme pueda viajar en un avión que figure en el balance de una aerolínea”.  Así se expresó hace unos años sir David Tweedie,

“Ojalá antes de morirme pueda viajar en un avión que figure en el balance de una aerolínea”.  Así se expresó hace unos años sir David Tweedie, presidente del IASB, consejo emisor de las normas contables internacionales (NIC).  Sir David está a punto de jubilarse, sin embargo puede que el hombre consiga ver realizado su sueño antes de morir: durante el mes de agosto el IASB y su homólogo norteamericano, el FASB, plantearon una iniciativa conjunta para que todo tipo de arrendamiento (leasing) pase a figurar en el balance de situación.

Industrias como la de aerolíneas, la hotelera, la naviera o la de distribución realizan un uso frecuente de los arrendamientos.  Hasta ahora, los arrendamientos eran divididos (algo artificialmente) entre operativos y financieros.  Los primeros no se mostraban en balance.  Por lo tanto, el derecho de uso de un bien, como una aeronave, no figuraba en el activo, y las cuotas comprometidas a ser satisfechas a la entidad de leasing tampoco figuraban en el pasivo.  A su vez, los gastos del arrendamiento operativo se consideraban gastos operativos (por encima de la linea de EBITDA). 

Los arrendamientos financieros sin embargo sí figuraban en balance, tanto activo como pasivo, los activos (derechos de usos) eran amortizados, y la deuda generaba gastos financieros, por lo tanto también por debajo del EBITDA (la suma del gasto financiero y de la amortización debería equivaler a las cuotas pagadas por el arrendamiento operativo a lo largo del contrato).  Esta dualidad provocaba bastantes subjetividades al comparar empresas, ya que algunas empleaban mayoritariamente el arrendamiento operativo y otras el financiero.  De ahí que muchos analistas se basaran en el “EBITDAR”, o Ebitda antes de pago (rental) de leases, optando por capitalizar la deuda asociada a los arrendamientos operativos con el método “digital” (multiplicar por siete la cuota del arrendamiento).

Los activos son “malos”, ya que los inversores juzgan el éxito empresarial comparando el retorno sobre el capital invertido con el coste de capital.  A mayores activos mayor nivel de capital invertido, y por lo tanto menor retorno de capital.  Además, como la deuda es “mala” es natural que muchas firmas intenten hacer todo lo posible porque los arrendamientos sean operativos, no financieros.  Así se evitan ambas “maldades”.

La contabilidad establecía una serie de criterios para discernir si el arrendamiento era operativo o financiero; uno de los criterios hace depender la clasificación del arrendamiento de si el periodo del mismo es inferior o superior a “tres cuartas partes de la vida útil del bien” (contabilidad americana) o “mayor parte de la vida económica” (contabilidad internacional, más subjetivo aún).  De ahí que no se sorprenderían de aprender que muchos arrendamientos están estructurados de forma que su duración equivalga al 74,99% de la vida útil del bien, y por eso el pobre sir David no podía viajar en un avión oficialmente reconocido en el balance de la aerolinea.

Si la propuesta conjunta del IASB y del FASB, que busca generar más transparencia y mayor homogeneidad de información, es aplicada, y todo parece indicar que lo será desde junio de 2011, veremos aparecer por doquier aviones en los balances de las aerolíneas, pero también se disparará la deuda asociada a esos aviones. Como el nivel de fondos propios se mantendrá estático, el resultado es que aumentará desmesuradamente el ratio de deuda financiera sobre fondos propios, y por lo tanto todos los motores cuantitativos que seleccionan acciones con ratios que puedan incluir apalancamientos financieros menores a una vez podrían inmediatamente dejar de considerar “aptas” acciones hasta ahora invertibles.  La segunda consecuencia de este cambio podría ser que ciertas empresas, al incluir esta nueva deuda, rompiera los coventants (cláusulas) de límites de apalancamiento impuestas por la banca o por el sindicato de bonistas. 

Lo interesante de todo es que toda la información sobre arrendamientos operativos figura en cualquier memoria, en las notas al pie.  Por lo tanto, cualquier inversor que se precie debería emplear unos minutos en entender las 4 ó 5 notas al pie más relevantes a los estados financieros, notas que a menudo arrojan datos extremadamente provechosos para entender bien la realidad de una firma.

Con independencia de sus méritos y deméritos, esta propuesta contribuirá a hacer más difícil cumplir el sentido de la vida: buscar alimento, encontrar cobijo… y mantener la deuda fuera del balance.

“Ojalá antes de morirme pueda viajar en un avión que figure en el balance de una aerolínea”.  Así se expresó hace unos años sir David Tweedie, presidente del IASB, consejo emisor de las normas contables internacionales (NIC).  Sir David está a punto de jubilarse, sin embargo puede que el hombre consiga ver realizado su sueño antes de morir: durante el mes de agosto el IASB y su homólogo norteamericano, el FASB, plantearon una iniciativa conjunta para que todo tipo de arrendamiento (leasing) pase a figurar en el balance de situación.