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Y el banco más endeudado de Europa se llama…
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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Y el banco más endeudado de Europa se llama…

Imaginen que son propietarios de una tienda que vende naranjas. Todo su activo son 10.000 euros en muchas naranjas. Su pasivo son los 10.000 euros que usted puso

Imaginen que son propietarios de una tienda que vende naranjas. Todo su activo son 10.000 euros en muchas naranjas. Su pasivo son los 10.000 euros que usted puso de su bolsillo al abrir el negocio. Un día usted se pregunta: ¿tendría sentido pedir al banco 5.000 euros de préstamo y financiar al 50% mi negocio con dicho empréstito de forma que deje 5.000 euros míos disponibles para otro menester? Pronto desecharía esa idea: parece mucha deuda para la frutería y además el director de la sucursal me miraría como si fuese un marciano al plantearle la propuesta.

Sin embargo el banco que rechazaría mi préstamo en la práctica opera con 500 euros puestos por los accionistas, y 9.500 financiados con “préstamos” o sea nuestros depósitos, si asumimos que este banco no emite bonos en mercados.  Obviamente si nuestro amigo el frutero se planteara un préstamo de 9.500 euros para financiar sus 10.000 euros en naranjas todos convendríamos que se ha vuelto loco, incluyendo el director de la sucursal, que quizás ignore que ese endeudamiento es precisamente el del banco que le da de comer.

Y precisamente este vertiginoso apalancamiento financiero es la génesis de la crisis del crédito. En 1900 los bancos se financiaban con un tercio fondos propios dos tercios fondos ajenos (depósitos).  Hoy -como aquí se expone- la relación no es uno a dos sino un rango de uno a diecinueve a uno a casi cuarenta.  Basilea III intenta precisamente poner coto a estas peligrosas estructuras de financiación, pero en la práctica mucho no puede hacerse, ya que si se imponen muchos más fondos propios entonces el retorno para el accionista será sensiblemente menor, el capital huirá del sector bancario y por lo tanto habrá mucho menos dinero disponible para préstamos, estrangulando aún más la maltrecha economía. Sin embargo sí parece existir un consenso entre los reguladores para que el ratio de 1/33 sea el máximo permisible de apalancamiento (muchos bancos europeos hoy operan con estructuras incluso superiores…). En cualquier caso no parece una mejora substantiva frente a la situación actual.

¿Por qué les cuento todo esto?

El banco más apalancado del mundo se llama Banco Central Europeo.  Su capital actual asciende a 10.760 millones de euros, del que sólo la mitad está desembolsado, ya que se aprobó recientemente una ampliación de capital nada más y nada menos que de casi uno por uno.  Dado que el balance del ECB se sitúa en 2,04 billones de euros, eso quiere decir que el apalancamiento de nuestro banco se sitúa en… ¡más de 186 veces!, y antes de la reciente ampliación se situaba en… ¡345 veces! 

El balance del ECB incluye un mínimo de 72.000 millones de euros de bonos irlandeses, griegos y portugueses, cuyo valor de mercado puede estar en unos 67.000 millones de euros, y los préstamos a bancos a final de año alcanzaban 547.000 millones de euros. Para garantizar dichos préstamos se admite papel griego, entre otros, luego las minusvalías que ocasionaría un pequeño default griego podrían ser enormes, haciendo quebrar el propio ECB si no hubiera un rescate del mismo. 

Mi perplejidad resulta del hecho de que el ECB actúe en la práctica como último garante de la estabilidad financiera y bancaria europea.  ¿Tiene sentido que el garante sea precisamente el banco más endeudado de la eurozona?  Aunque se pueden encontrar argumentos para defender cualquier posición (los activos del ECB se supone son de mejor calidad que muchos activos de otros bancos, y su principal pasivo son nuestros billetes, que no son exigibles), sería higiénico que dotáramos a los bancos centrales con estructuras de capital modélicas para el conjunto del sistema bancario. De lo contrario caeríamos en hipocresías como los políticos que obligan a las empresas a adoptar las normas contables internacionales que incluyen información sobre deuda fuera de balance y sin embargo ningún Estado informa de sus obligaciones fuera de balance (pensiones) y ningún partido político produce unas cuentas consolidadas que no sean un espectáculo tragicómico. 

En fin, que el emisor de los billetes que llevamos en los bolsillos está endeudado en 186 veces. Ustedes verán qué confianza debería generar semejante balance. ¿Adivinan cuál es el banco más endeudado de Estados Unidos, nada menos que en un ratio de 1 a 64?  Una pista: empieza por “Federal” y acaba por “Reserve”.

Feliz año a todos. 

Imaginen que son propietarios de una tienda que vende naranjas. Todo su activo son 10.000 euros en muchas naranjas. Su pasivo son los 10.000 euros que usted puso de su bolsillo al abrir el negocio. Un día usted se pregunta: ¿tendría sentido pedir al banco 5.000 euros de préstamo y financiar al 50% mi negocio con dicho empréstito de forma que deje 5.000 euros míos disponibles para otro menester? Pronto desecharía esa idea: parece mucha deuda para la frutería y además el director de la sucursal me miraría como si fuese un marciano al plantearle la propuesta.