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¿Qué le pasa a la derecha griega?
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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¿Qué le pasa a la derecha griega?

Cuando los 300 espartanos comandados por Leónidas en el paso de las Termópilas fueron conminados a entregar sus armas al muy superior ejército persa, los griegos

Cuando los 300 espartanos comandados por Leónidas en el paso de las Termópilas fueron conminados a entregar sus armas al muy superior ejército persa, los griegos respondieron “venid a por ellas”, y esas palabras labran hoy el escudo del cuarto ejército griego. Los 300 espartanos fueron aniquilados por la traición de un pastor griego, Efialto, pero su sacrificio provocó la unión de las muy divididas polis griegas, que conjuntamente batieron a los persas en las encarnizadas batallas de Platea y Salamina. 

Y esa Grecia del siglo V antes de Cristo, una Grecia de guerreros, políticos, filósofos y sobre todo una Grecia comida por la curiosidad, motor último del conocimiento, nos ofrece un gran contraste con la tragedia actual.

Aunque Grecia no fue admitida en el club fundacional del Euro en Enero de 1999, para Junio de 2000 se la admitió con criterios políticos a pesar de los enormes desequilibrios financieros del país. Las protestas de bancos centrales y del mundo académico fueron silenciadas por el poder político, capitaneado por el eurocomisario Pedro Solbes.

La derecha griega está representada por el partido Nueva Democracia, integrado en el Partido Popular Europeo. Nueva Democracia gestionó el país desde 2004 a 2009, bajo la dirección de Costas Caramanlis. En esa época se gestaron los tres principales pilares de la catástrofe que contemplamos cada día:

      Una acumulación masiva de deuda privada, al poderse financiar empresas y ciudadanos a tipos cercanos al 4% cuando previamente pagaban un coste tres veces superior. Esta deuda fue canalizada por el sistema bancario, amparada en una espiral inflacionista en los precios de los activos, que servían como colateral. La falta de ahorro privado provocó el endeudamiento de los bancos en los mercados mayoristas, gestándose un doble cáncer de solvencia y liquidez en el sistema bancario.

      Una acumulación extremadamente peligrosa de deuda pública, mediante una política fiscal suicida que procedió a gastar por encima de los ingresos en años de bonanza cuando había que haber llevado una política fiscal contractiva para contrarrestar el endeudamiento privado.

      Una serie de falsedades con las cuentas públicas, se falsearon las cifras de ingresos, las cifras de gastos, y el tamaño del PIB. En 2006 se procedió a contabilizar la prostitución, el contrabando y el juego para que el tamaño del PIB fuese mayor, y así reducir el déficit como porcentaje de la “economía”, aumentando ésta un 25% de la noche a la mañana. A finales de 2009 el nuevo gobierno reconoció las falsedades, aumentando el déficit de 2008 un 3,7% a un12,7%. Europa falló miserablemente en todo este proceso. Eurostat, dotado con 900 funcionarios, había analizado las cuentas griegas desde 2004 y fue incapaz de detectar las falsedades contables, y la Comisión Europea admitió en 2010 que quizás habría que aumentar los datos de déficit y deuda de los años anteriores a 2008. 

Nueva Democracia fue responsable político directo de este desastre, por acción y por omisión. Esta semana se votará en el Parlamento el decisivo plan de recortes necesario para la concesión del último préstamo de urgencia. Si éste no se aprueba, el BCE dejará de aceptar el papel griego como colateral, los bancos griegos saltarán por los aires, habrá una fuga masiva de depósitos y Grecia entrará en una gran depresión económico-bancaria. Con todo, el partido ha anunciado que no apoyará el plan de recorte afirmando que a “un enfermo no se le puede curar con el veneno que le está matando”. Viendo la responsabilidad que dicho partido tuvo en las calamidades que hoy sufren los griegos, parece sorprendente la falta de sentido de estado del principal partido de la oposición.

Grecia ha estado en quiebra o en reestructuración casi el 75% de su vida como nación independiente de los turcos. Hoy en día, con un sistema bancario europeo extremadamente frágil y con un enorme riesgo de contagio, se plantea evitar el desastre inducido. El Gobierno griego posee activos privatizables por valor de 44.000 millones de euros y alrededor de 200.000-300.000 millones en activos inmobiliarios, suficiente para evitar una quiebra. Se trata de una decisión política.

Cuando Argentina suspendió pagos en 2001 el Congreso se puso en pie y lo celebró con un aplauso. Los legisladores deberían sentir vergüenza nacional por suspender los pagos. Nueva Democracia debería avergonzarse de su papel en la tragedia griega, y ejercer su catarsis apoyando el plan mediante un mínimo sentido de Estado. 

Cuando los 300 espartanos comandados por Leónidas en el paso de las Termópilas fueron conminados a entregar sus armas al muy superior ejército persa, los griegos respondieron “venid a por ellas”, y esas palabras labran hoy el escudo del cuarto ejército griego. Los 300 espartanos fueron aniquilados por la traición de un pastor griego, Efialto, pero su sacrificio provocó la unión de las muy divididas polis griegas, que conjuntamente batieron a los persas en las encarnizadas batallas de Platea y Salamina.