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Desbancarizar la economía española
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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Desbancarizar la economía española

2009 fue un año para la historia. Por primera vez los mercados de bonos corporativos europeos generaron más financiación que la proveniente del sector

2009 fue un año para la historia. Por primera vez los mercados de bonos corporativos europeos generaron más financiación que la proveniente del sector bancario. En EEUU esa inflexión se produjo a finales de los años 80. Desde 1998 las empresas francesas han pasado a tener la mayoría de su financiación dependiente de los mercados financieros, y las alemanas ha pasado de financiarse en los mercados desde un tercio (1998) hasta casi la mitad hoy en día. Lamentablemente, en España la financiación bancaria sigue representando el 80% de la financiación de nuestras empresas, y ahí reside el talón de Aquiles de nuestro sistema de financiación.

Como el ahorro nacional es inferior a las necesidades de financiación, o en otras palabras, los depósitos no son suficientes para respaldar los activos bancarios (que equivalen a la financiación generada hacia el gobierno, empresas y ciudadanos), los bancos procedieron a financiar la diferencia en los mercados mayoristas, bien con cédulas hipotecarias, con otros tipos de bonos e híbridos y con financiación a corto en el BCE. 

Como los activos suelen tener mayor duración que los vencimientos de esta financiación, se genera un problema de liquidez: la banca española debe acudir al mercado masivamente en 2011-2013; al estar el mercado muy tensionado por la aversión al riesgo, si el banco es exitoso en obtener la financiación, ésta suele acarrear tipos muy elevados, a menudo superiores a la rentabilidad que genera el activo, desapareciendo el margen de intermediación; si no es capaz de levantar la financiación la entidad empieza a entrar en stress, la primera medida es acudir a la mal llamada “ventanilla de emergencia” del BCE, pero como a un enfermo de insomnio no se le puede tratar constantemente con somníferos este mecanismo es pan para hoy y hambre para mañana. 

De no estar disponible, el Estado tendría que acudir al rescate de dicho emisor, con un respaldo implícito o explícito a dicha financiación (como se ha hecho repetidamente en el pasado, garantía que sale del contribuyente). Si el Estado no consigue emitir bonos, entonces tampoco lo conseguirá el banco, y el castillo de naipes se derrumba.

La consecuencia de esta situación es que la economía española ha de desbancarizarse si quiere reducir esta fragilísima posición. Este proceso ocurrirá en cualquier caso, motivado por poderosos factores:

a) Basilea III exige mayores niveles de capital sobre activos. Como al sector bancario le cuesta mucho obtener nuevo capital en el mercado (porque el retorno esperado de este capital será exiguo), la forma más fácil de adaptarse a Basilea III consiste en reducir el denominador, o sea prestar menos, y ese ejercicio se está notando con toda su crudeza en nuestra economía desde 2008,

b) Basilea III también introduce coeficientes de liquidez de los préstamos. Un préstamo otorgado al gobierno computa como más “líquido” que uno otorgado a una PYME. La consecuencia es que el volumen crediticio, exiguo de por sí, se concentra cada vez más en entidades públicas (de ahí que los coletazos de la crisis de deuda griega, portuguesa o española afecten directamente al sistema bancario europeo), o a grandes empresas. La PYME por lo tanto resulta estrangulada financieramente.

c) Al no haber tenido los europeos la valentía para reconocer en 2008 la escala de la crisis bancaria, lo que hubiera conllevado reflejar en los balances los activos a valor real, e inyectando el capital necesario para reflotar los bancos malos, el resultado es una generación de bancos zombies, que no prestan porque son conscientes de que su capital verdadero es inferior al contable, al no haber reconocido el valor real de los activos. Como se aprendió de la crisis bancaria japonesa, los bancos zombies no prestan, lo que ahoga más la financiación, y lo que es peor, como el mercado no se fía de la contabilidad bancaria, confunde a bancos malos y a bancos zombies, negando a ambos la financiación, agravando por lo tanto la situación del circuito financiero.

Para remediar esta situación, las empresas norteamericanas acudieron en los 80 al mercado de bonos corporativos, tanto de grado inversión como de high yield, como al de bolsa para financiarse, provocando una revolución en el sistema financiero. Estas pautas han sido acogidas por las empresas británicas, y poco a poco va extendiéndose al resto de Europa. 

España sigue estando atrasada en esta métrica, pero cambiará, y la apertura de líneas de financiación en los mercados financieros contribuirá a paliar la necesidad de liquidez que nos atenaza. Con todo, habrá que monitorizar esta transición, muchas empresas no tendrán la dimensión mínima para acudir al mercado, por lo que es de esperar un proceso de concentración empresarial; por otro lado el regulador deberá incrementar su supervisión sobre el sistema financiero para monitorizar desequilibrios, por último habrá que establecer mecanismos de retribución en dicho sector que no generen formación de burbujas, tal y como se ha vivido en el sector bancario.

Los bancos han sido un elemento clave del desarrollo económico, generando la financiación necesaria para el crecimiento. Sin embargo, si el capitalismo funciona es porque hay riesgo y recompensa. Paradójicamente los bancos han funcionado con recompensa y con un riesgo limitado, ya que se externaliza al contribuyente. A partir de ahí no hay capitalismo sino una amorfia. Un sistema bancario demasiado grande acaba resultando pernicioso por la vulnerabilidad que genera y por el coste que provoca al contribuyente la irracionalidad de sus decisiones en épocas de exuberancia. Hay que redimensionarlo.

El sistema financiero es como un cuerpo. El banco central tiene como misión bombear sangre en toda circunstancia, haciendo las veces de corazón. Ciudadanos y empresas somos los músculos, músculos que precisan del riego sanguíneo, y las venas y arterias que lo conducen son los bancos comerciales. Si dichos conductos están zombies el esfuerzo del corazón resulta estéril, y los músculos se entumecen. Ha llegado la hora de solucionarlo.

2009 fue un año para la historia. Por primera vez los mercados de bonos corporativos europeos generaron más financiación que la proveniente del sector bancario. En EEUU esa inflexión se produjo a finales de los años 80. Desde 1998 las empresas francesas han pasado a tener la mayoría de su financiación dependiente de los mercados financieros, y las alemanas ha pasado de financiarse en los mercados desde un tercio (1998) hasta casi la mitad hoy en día. Lamentablemente, en España la financiación bancaria sigue representando el 80% de la financiación de nuestras empresas, y ahí reside el talón de Aquiles de nuestro sistema de financiación.