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La guerra de la independencia fiscal
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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La guerra de la independencia fiscal

Cuentan que Confucio, aleccionando a sus discípulos sobre por qué los impuestos de un país no deberían situarse en un nivel confiscatorio comparaba al fisco (valga

Cuentan que Confucio, aleccionando a sus discípulos sobre por qué los impuestos de un país no deberían situarse en un nivel confiscatorio comparaba al fisco (valga el pleonasmo entre “fisco” y “confiscar”) con  los ladrones de caravanas.  En la península indochina, decía, los ladrones asaltaban las carretas cargadas de mercancías de los mercaderes chinos, pero los asaltantes tenían la precaución de no robar el 100% de la mercancía, sino que dejaban un tercio sin aprehender. El motivo no era otro que permitir que los comerciantes emplearan dicho remanente en la ruta de destino, para poder obtener su justa plusvalía mediante su iniciativa privada, de forma que se recuperara su patrimonio. Así, razonaba Confucio, los mercaderes volverían a transitar por las rutas de Indochina, y los ladrones podrían seguir robando.

Como, siguiendo el dictum, no hay nada cierto menos la muerte y los impuestos, se acuñó hace tiempo por liberales y libertarios el “día de la independencia” como concepto que intenta expresar la carga fiscal de una nación en función de los días que hace falta trabajar para el gobierno. Así, si entre cargas sociales, impuestos directos e indirectos un trabajador paga en total un 25% de sus ingresos al fisco, habrá logrado su independencia el 1 de Abril, o, visto de otro modo, madrugará durante tres meses para exclusivo solaz de su gasto público. En Estados Unidos la sociedad civil, organizada y poderosa, identifica dinámicamente este día a través del Tax Foundation concluyendo que el día de la independencia en 2011 se sitúa en el 12 de Abril, cálculo que no incluye el ingente déficit federal de los EEUU. En el Reino Unido, en el pasado el instituto Adam Smith realizó cálculos semejantes, concluyendo que dicha fecha se fijaba en el 4 de Junio. En cualquier caso la evolución no es esperanzadora, en EEUU el día de la independencia en 1900 se situaba en el 22 de Enero y en 1940 en el 7 de Marzo.

En España, la menor madurez de nuestra sociedad civil (recuerden, el peor enemigo de una clase política ineficiente es una sociedad civil organizada, de ahí el mantener anestesiada a dicha sociedad mediante demagogia y subvenciones) sólo ha provocado conatos similares que requieren actualización tras las subidas impositivas de los últimos años. Tras dichas subidas, acometidas por socialistas (IVA) y populares (IRPF), más la carga de Seguridad Social que paga la empresa en nombre del trabajador (que puede suponer un 30% adicional) España se sitúa entre los países de Europa con mayor carga impositiva. Es decir que muy probablemente trabajemos ya más de seis meses para mayor gloria de la eficiencia del gasto público. A pesar de eso, el déficit sigue siendo desbocado. La justificación de la subida de IRPF estribaba en un mayor déficit motivado por las administraciones autonómicas, mayor déficit que el nuevo gobierno asegura “se encontró por sorpresa”, lo que provoca incredulidad cuando el PP gobierna 13 de las 17 autonomías. ¿Ocultaron la información los consejeros de economía de estas comunidades a sus gerifaltes del Partido?  La justificación aducía cargar fiscalmente “al que más tenía”, algo completamente falso, ya que el IRPF recae sobre “el que más declara”, sobre todo clases medias.

En cualquier caso este debate exige el planteamiento de una grave disyuntiva: ¿es más productivo un euro en el bolsillo de un ciudadano o empresario, o en el presupuesto de un gestor público, sea en un Ayuntamiento, Diputación (sí, siguen existiendo...), Comunidad o Estado Central? Si una inmensa mayoría de ciudadanos considera que el peso del gasto público es excesivo y a todas luces ineficiente, ¿qué hace que una amplia mayoría de consenso social se desfigure a la hora de tomar decisiones políticas por parte de un Partido u otro a pesar de haber sido votado por la mayoría que contradice su quehacer político? Y como consecuencia ¿hemos alcanzado la degeneración de la democracia en la demagogia tal y como auguraban precisamente los filósofos griegos? ¿Se han tomado las medidas necesarias para eliminar gasto público improductivo antes de asfixiar el país con este nivel de impuestos? Y por último ¿es confiscatoria la actual presión fiscal en España?

Cuentan que Confucio, aleccionando a sus discípulos sobre por qué los impuestos de un país no deberían situarse en un nivel confiscatorio comparaba al fisco (valga el pleonasmo entre “fisco” y “confiscar”) con  los ladrones de caravanas.  En la península indochina, decía, los ladrones asaltaban las carretas cargadas de mercancías de los mercaderes chinos, pero los asaltantes tenían la precaución de no robar el 100% de la mercancía, sino que dejaban un tercio sin aprehender. El motivo no era otro que permitir que los comerciantes emplearan dicho remanente en la ruta de destino, para poder obtener su justa plusvalía mediante su iniciativa privada, de forma que se recuperara su patrimonio. Así, razonaba Confucio, los mercaderes volverían a transitar por las rutas de Indochina, y los ladrones podrían seguir robando.