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Benditas exportaciones
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Juan Carlos Martínez Lázaro

El Observatorio del IE

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Benditas exportaciones

Los datos de la balanza comercial en 2012, hechos públicos recientemente, constatan la excelente evolución que el sector exterior español venía anunciando desde hace tiempo. Las

Los datos de la balanza comercial en 2012, hechos públicos recientemente, constatan la excelente evolución que el sector exterior español venía anunciando desde hace tiempo. Las exportaciones de mercancías crecen casi un 4%, el déficit comercial se reduce un 33%, aunque aún supera los 30.000 millones de euros, y la tasa de cobertura roza el 88%, una cifra que supera en 23 puntos a la obtenida en 2007.

Algunos analistas han señalado un cierto agotamiento en el dinamismo exportador, pues el 3,8% de incremento de las exportaciones con respecto a 2011 (un 1,7% en términos reales), contrasta de forma notable con los aumentos superiores al 15% que se obtuvieron en 2010 y 2011. Resaltan, además, la reducción de nuestras ventas en un 1,3% al conjunto de nuestros socios europeos y del 2,7% a la eurozona. Por último, consideran que la fuerte reducción del déficit comercial apenas se debe al crecimiento de nuestras exportaciones, sino a la fuerte disminución de las importaciones desde el inició de la crisis, lo que pondría de manifiesto la profunda situación de crisis en la que se encuentra nuestra economía.

En efecto, en comparación con 2007, las importaciones han caído en más de 32.000 millones de euros, y es verdad que es un buen indicador de lo mal que nos van las cosas. Pero no es menos cierto, que en ese mismo periodo de tiempo, las exportaciones han aumentado en más de 37.000 millones, lo que nos ha llevado a que el déficit comercial se reduzca en unos 70.000 millones de euros.

Aún hay más datos positivos. Durante el año pasado, el superávit comercial con nuestros socios europeos se triplicó, hasta superar 12.500 millones debido, fundamentalmente, a la fuerte caída de las importaciones, un 7,5%. Pero conviene recordar que, en 2007, el déficit comercial con el resto de la UE superó los 40.000 millones de euros. Es decir, en apenas cinco años, el saldo de la balanza bilateral ha cambiado en más de 52.000 millones.

Además, si no fuera por nuestra elevada dependencia energética, que Eurostat cifraba recientemente en un 76,4% en 2011, nuestra balanza comercial habría acabado con un superávit cercano a las 15.000 millones de euros. Esto debería hacer pensar a nuestras autoridades que sigue siendo imprescindible rebajar dicha dependencia, incrementando el autoabastecimiento y, sobre todo, mejorando la eficiencia energética, un aspecto en el que apenas hemos avanzado en los últimos años y en el que seguimos muy lejos de algunos de nuestros socios.

Por último, nuestras exportaciones empiezan a abrirse lentamente a otros mercados. Si en 2007 se dirigían en un 70% al resto de países de la UE, el año pasado sólo lo hicieron en un 62,8%. En 2012, las ventas a África, Iberoamérica, América del Norte y Asia han crecido por encima de los dos dígitos. Dicho de otra manera, las exportaciones fuera de la UE han aumentado en casi 30.000 millones en cinco años, desvinculándonos un poco de eso de “poner todos los huevos en la misma cesta…”. Pero aún así, todavía hay perseverar y, mucho, en esa senda. Baste un dato: a los 10,5 millones de portugueses, con profunda crisis incluida, les vendimos el año pasado más, que a los 500 millones de habitantes de Iberoamérica, con vigorosas economías en general.

A pesar de exportar poco todavía y de exportar especialmente poco fuera de la UE, hay algo que no deberíamos pasar por alto. Las ventas españolas fuera de la zona euro, que ya suponen el 50% del total, han crecido en 2012 un 11%, en un entorno cambiario hostil con el dólar, la libra o el yen, especialmente durante la segunda mitad del año, lo que es más meritorio si cabe. Y en lo poco que llevamos de 2013, la carrera alcista del euro, sigue viento en popa. Tanto que, Hollande, reclamaba no hace mucho medidas para frenarla, convencido de que hay una guerra de divisas no declarada que perjudica a las exportaciones de la eurozona.  Ayer, la canciller Merkel reconocía que la fortaleza del euro podía derretir como la nieve al sol las ganancias de competitividad que con tanto esfuerzo se están logrando en los países del sur de Europa. Pero aún así, no parecía muy preocupada por su apreciación. Probablemente, porque Alemania incrementó sus exportaciones el año pasado en unos 36.000 millones de euros, lo que le llevó a aumentar su superávit comercial hasta los casi 190.000 millones de euros. En este sentido, la mejor noticia que nos está dando nuestro sector exportador es que es capaz de crecer, no sólo sin recurrir a las clásicas devaluaciones, sino con una moneda apreciada. 

Los datos de la balanza comercial en 2012, hechos públicos recientemente, constatan la excelente evolución que el sector exterior español venía anunciando desde hace tiempo. Las exportaciones de mercancías crecen casi un 4%, el déficit comercial se reduce un 33%, aunque aún supera los 30.000 millones de euros, y la tasa de cobertura roza el 88%, una cifra que supera en 23 puntos a la obtenida en 2007.