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Razones por las que invertir en España pase lo que pase en las elecciones generales
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Ignacio de la Torre

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Razones por las que invertir en España pase lo que pase en las elecciones generales

La actitud correcta es analizar por qué están apareciendo estos datos que muestran que las inversiones en España suben

Foto: Bolsa de Madrid (Reuters)
Bolsa de Madrid (Reuters)

A un día de unas importantes elecciones generales puede parecer descabellado el articular una columna de opinión sobre por qué los fundamentales de nuestro país son atractivos para invertir con independencia de lo que ocurra el domingo. Sin embargo, sabemos que durante el primer trimestre del año las inversiones directas extranjeras hacia España han subido un 15% sobre las inversiones equivalentes en el primer periodo de 2015. Eso a pesar de tener un gobierno “en funciones” y un riesgo político asociado al “populismo” considerable.

¿Se trata de una paradoja?

Ante este dato podemos plantearnos si los extranjeros invirtiendo en España son bisoños o ignorantes. Sin embargo un análisis de los decisores descarta esta hipótesis, ya que entre los responsables de dichas inversiones se sitúan fondos y empresas de una enorme reputación. La segunda hipótesis podría plantearse en el sentido de que “los extranjeros sabrán, pero desde luego los españoles conocen bien el riesgo político y por lo tanto no invierten”. Los datos tampoco avalan esta hipótesis. Así, el conjunto de las inversiones (de las que más de un 90% se debe a inversión nacional) durante el primer trimestre subió un 5,2% en términos reales frente al mismo periodo del año anterior. En concreto las inversiones en bienes de equipo (muy sensibles a la percepción sobre demanda futura) subieron un 9,8% año contra año. En muy pocos países de Occidente se observa este impulso inversor.

Así, frente a las intuiciones se contraponen los hechos. Si nuestra intuición nos dice que las inversiones se van a paralizar por la situación política y sin embargo los hechos nos demuestran lo contrario, la actitud correcta es analizar porqué están sucediendo estos datos que muestran que las inversiones en España suben. En mi opinión algunos de los factores que lo explican son:

La actitud correcta es analizar porqué están sucediendo estos datos que muestran que las inversiones en España suben

Primero, España se ha convertido desde hace unos años en una economía ultracompetitiva, con unos costes laborales por hora trabajada de 21 euros, frente a 28 euros en la zona euro, mientras que los diferenciales en productividad por hora trabajada son exiguos (4%). Estos fundamentales tan positivos en competitividad explican la fortaleza de las inversiones, fortaleza que también provoca la fuerte creación de empleo, tendencia que poco a poco hará subir salarios, proceso que hemos observado ya en 2016 (algo menos de un 1% de subida, frente a una caída de precios en el IPC, lo que aumenta nuestro poder adquisitivo).

Segundo, la mejora de la demanda interna que comenzó en 2014 es sostenida, debido a la expuesta fortaleza en la creación de empleo (un 3,3% más de personas con trabajo en 2016 vs. 2015, lo que explica una mayor renta disponible por los nuevos salarios) y por la incipiente recuperación salarial, que unida a precios en negativo, aumentan como hemos visto nuestra capacidad de consumir. A mayor capacidad de demandar bienes, las empresas reaccionan produciendo más, para lo que es necesario invertir. Es un círculo virtuoso que va a durar.

Tercero, la financiación disponible para las empresas, en parte por la política del BCE es abundante y barata, por lo que se aprovecha el ciclo para poder invertir. Esta situación es extensible al mercado inmobiliario, que percibe subida de precios de las casas (6,6%) por primera vez en mucho tiempo, y un progresivo aumento de la iniciación de hogares, lo que apuntala las inversiones.

Con todo, y a pesar de los fundamentales, podemos echarnos las manos a la cabeza al leer los medios y convenceros de que todos los inversores se equivocan dado el riesgo “político”. En mi opinión, los inversores aciertan, y el riesgo político es más acotado del percibido en el ambiente.

Primero, y como señalaba en mi anterior columna, el que hoy en día el gobierno griego, de Syriza, sea el que más esté privatizando y recortando, ilustra el enorme abismo que existe entre lo que se promete y lo que se aplica, en especial si se trata de un país endeudado.

Los inversores aciertan y el riesgo político es más acotado del percibido en el ambiente.

Segundo, el euro actúa como garantía de estabilidad. Así, todas las formaciones políticas, incluida Unidos Podemos, expresan su voluntad de seguir en el euro y de negociar con el ECOFIN el cumplimiento de los objetivos fiscales. Los matices radican en si los alcanzamos en 2017 o 2019, pero todos están de acuerdo con el objetivo. A su vez el ECOFIN negocia con los estados posibles extensiones pero pide a cambio que se implementen políticas que aseguren el crecimiento económico, vetando decisiones peligrosas. De nuevo, Grecia es el mejor ejemplo de esta negociación.

Tercero, los Estados miembros del euro se benefician de la expansión cuantitativa del BCE con tipos de financiación históricamente bajos. El BCE no confiere este beneficio sin pedir nada a cambio. Si un Estado discute aplicar políticas que pueden llevar a una recesión el BCE amenazaría con dejar de comprar directa o indirectamente sus bonos, lo que hace reconducir inmediatamente las decisiones al terreno de la racionalidad.

Cuarto, si el Estado presenta un volumen elevado de deuda, entonces se gasta mucho dinero en pagar sus intereses. Si se discute aplicar una receta populista sube la prima de riesgo, y por lo tanto el interés a pagar. Como se ha acordado un objetivo de déficit fiscal con el ECOFIN, hay que recortar otras partidas para poder pagar más a los acreedores. Las principales partidas de gasto son Sanidad, Educación y Pensiones. Por lo tanto a mayor populismo (con independencia del partido político, ya que el populismo se da en todos, con mayor o menor medida), mayor prima de riesgo, y menor gasto social, generándose la paradoja de que los acreedores cobran más y los más protegidos por el Estado social (en teoría los más débiles), ven más recortes. Esto pronto provoca un cambio de política. De nuevo, Grecia es un buen ejemplo.

Seguimos teniendo muy relevantes riesgos de medio plazo que he analizado en anteriores columnas, pero los fundamentales positivos en mi opinión superan con creces los riesgos, que a su vez pueden ser gestionados.

Por lo tanto ésta es mi apuesta: que con independencia del resultado electoral, España es y será un atractivo país para invertir.

A un día de unas importantes elecciones generales puede parecer descabellado el articular una columna de opinión sobre por qué los fundamentales de nuestro país son atractivos para invertir con independencia de lo que ocurra el domingo. Sin embargo, sabemos que durante el primer trimestre del año las inversiones directas extranjeras hacia España han subido un 15% sobre las inversiones equivalentes en el primer periodo de 2015. Eso a pesar de tener un gobierno “en funciones” y un riesgo político asociado al “populismo” considerable.

Banco Central Europeo (BCE) Prima de riesgo