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Mis predicciones para 2018
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Ignacio de la Torre

El Observatorio del IE

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Mis predicciones para 2018

En resumen, el dinero barato toca a su fin. Durante 2018, la contracción de balance de la Fed será más relevante que la expansión cuantitativa que quede viva por parte de Japón

Foto: Foto: iStock.
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Primera: con una economía americana en crecimiento saludable, la Fed seguirá endureciendo la política monetaria. Subirá los tipos de interés entre tres y cuatro veces, y proseguirá la subida en el siguiente año hasta fijar los tipos a corto al 3%. Mientras, y quizá más importante, la Fed anunciará un incremento de la reducción mensual de su balance, desde 10.000 millones hasta 50.000 millones al mes, esto provocará un paulatino aumento de los tipos a largo. En otras palabras, el precio del dinero en la divisa más importante del mundo acentuará su subida.

Segunda: con una economía de la zona euro creciendo en términos anualizados por encima del 3%, el mejor crecimiento en mucho tiempo, el BCE anunciará hacia verano que no continuará con el programa de expansión cuantitativa que vence en septiembre de 2018. Como consecuencia, subirán los tipos de interés de los bonos, o sea, que caerá su precio. Este anuncio alimentará la tesis de subidas de tipos a corto durante 2019-2020, lo que podría comenzar a encarecer el euríbor a finales de 2018.

Foto: La presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen.

Tercera: los excelentes datos más recientes sobre la economía japonesa se mantendrán, lo que abrirá el debate en el banco central japonés sobre la conveniencia de mantener su política monetaria, la más expansiva con diferencia de los grandes bancos centrales. Dado que la actual política ancla el bono a 10 años japonés al 0%, esto fuerza a muchas instituciones japonesas a comprar activos en el resto del mundo, que, aunque estén en burbuja, lo están menos que los bonos japoneses.

Si cambia la política monetaria en Japón en forma de menor expansión cuantitativa, subirán los tipos a largo en Japón, por lo que se produciría un menor apetito japonés por los activos del resto del mundo, lo que provocaría subidas de rentabilidades (caídas de precios) en muchos bonos a nivel mundial. En mi opinión, el consenso del mercado no está preparado para esto.

Cuarta: las divisas emergentes se depreciarán frente a las divisas de los países desarrollados, especialmente frente al dólar, principalmente por el endurecimiento monetario por parte de la Fed, que debería propiciar el retorno de capitales desde países emergentes hacia los EEUU. Dado que ciertos países emergentes presentan un volumen considerable de deuda corporativa en dólares, existe el riesgo de que suba la morosidad, al hacerse más difícil el repago de dicha deuda, lo que podría devenir en crisis bancarias, y eventualmente económicas, aisladas.

Las divisas emergentes se depreciarán frente a las divisas de los países desarrollados, especialmente frente al dólar

Quinta: el banco central chino proseguirá con un leve ajuste de su política monetaria, subiendo poco a poco los tipos (proceso que ha comenzado la semana pasada) y drenando liquidez del sistema financiero, con el objetivo de combatir la inestabilidad financiera. El resultado será una subida de tipos en la curva china. Si los datos inmobiliarios siguen mostrando una tendencia negativa, existe el riesgo de que comience a aflorar la debilidad del sistema bancario chino en forma de mayor morosidad, lo que acarrearía consecuencias en el crecimiento del país, y en el de otras zonas expuestas vía exportaciones (África negra, Oriente Medio, países del Asean).

Sexta: la inflación en los países desarrollados continuará siendo suave, pero progresivamente en aumento, debido a que la mejora en el mercado laboral no está repercutiendo de momento en intensas subidas salariales. Este hecho proporcionará a los bancos centrales discreción para poder acomodar el endurecimiento monetario con un ritmo suave. Si la caída de desempleo comienza a devenir en mayores salarios, entonces el escenario será más peligroso, ya que el endurecimiento monetario sería más rápido y eso podría provocar correcciones relevantes de activos.

Séptima: ante un mercado que espera crecimientos escasos de la productividad en Occidente (inferiores al 1%), es posible que se produzcan sorpresas al alza, consecuencia de la revolución tecnológica. Ya hemos comenzado a observar esta tendencia en EEUU los dos últimos trimestres. Si la productividad sorprende al alza, se producirá más crecimiento económico, pero subirán los tipos de interés reales, algo para lo que muy pocas carteras están preparadas.

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Foto: iStockphoto.


Octava: las casas en España seguirán subiendo a un ritmo superior al 5%, dada la intensa demanda y la todavía escasa oferta en obra nueva.

En resumen, el dinero barato toca a su fin. Durante 2018, posiblemente hacia octubre, la contracción de balance de la Fed será más relevante que la escasa expansión cuantitativa que quede viva por parte de Japón. Si se reducen los tamaños de los balances de los bancos centrales, comenzarán a corregir las enormes burbujas que han generado ellos mismos los últimos años, en que han triplicado sus balances. Los tipos de interés subirán, y como dice Warren Buffet, la gravedad es a la materia lo que los tipos de interés son a la valoración de activos.

Feliz Navidad a todos mis amables lectores. Y a los partidarios de la siempre hilarante corrección política, les deseo un feliz periodo vacacional.

Primera: con una economía americana en crecimiento saludable, la Fed seguirá endureciendo la política monetaria. Subirá los tipos de interés entre tres y cuatro veces, y proseguirá la subida en el siguiente año hasta fijar los tipos a corto al 3%. Mientras, y quizá más importante, la Fed anunciará un incremento de la reducción mensual de su balance, desde 10.000 millones hasta 50.000 millones al mes, esto provocará un paulatino aumento de los tipos a largo. En otras palabras, el precio del dinero en la divisa más importante del mundo acentuará su subida.

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