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El FMI se equivoca sobre España (y van tres)
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Ignacio de la Torre

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El FMI se equivoca sobre España (y van tres)

El Fondo Monetario Internacional predijo en 2013: “La débil recuperación lastrará al empleo y el desempleo permanecerá sobre el 25% en 2018”. Pero estará en el 15%

Foto: Christine Lagarde, en Davos. (EFE)
Christine Lagarde, en Davos. (EFE)

El Fondo Monetario Internacional predijo en 2013: “Atendiendo a recientes indicadores, se espera que el crecimiento sea positivo a finales de este año y, a partir de ahí, ir aumentando hasta alcanzar el 1% a medio plazo. La débil recuperación lastrará al empleo y el desempleo permanecerá sobre el 25% en 2018”. La realidad es que el desempleo en 2018 estará en el 15%, 10 puntos menos de lo que pronosticaba el FMI, ya que el PIB ha crecido muy por encima del mediático y errado vaticinio. Dediqué dos columnas en 2013 y en 2014 para explicar por qué el FMI se equivocaba garrafalmente en sus estimados sobre España, como efectivamente sucedió.

Hace dos días, en su último informe de actualización de previsiones económicas, el FMI viene a incrementar sus estimados de crecimiento mundial desde el 3,5% al 3,7%, alegando la buena dinámica macroeconómica global (crecimiento sincronizado), pero sin embargo baja las previsiones de crecimiento español de 2018 una décima, desde el 2,5% estimado el pasado octubre al 2,4% actual, alegando que la cuestión catalana (“incertidumbre política”, en su meliflua jerga) presentará un impacto en la confianza y en el consumo.

Foto: Imagen de las Ramblas de Barcelona abarrotadas de viandantes (Efe)

En mi opinión, los motivos por los que el FMI se equivocaba en el pasado siguen presentes: a saber, que emiten proyecciones sin tener en cuenta suficientemente los datos más recientes de actividad, que es la que marca el crecimiento futuro.

A saber:

  1. La confianza hoy en día está más alta que en octubre, tanto la empresarial (PMI manufacturero en 56, nivel más alto de 11 años, y la del sector servicios en 55, frente a un nivel neutral de 50…), como la del consumidor (en 102, frente a una media histórica cercana a 90), ¿cuál es el tenebroso impacto entonces?
  2. El consumo, en sintonía con la aludida fortaleza de la confianza del consumidor (CIS), también se ha comportado muy razonablemente en el conjunto del año, muy recientemente en noviembre, y previsiblemente en diciembre, espoleado por la fuerte creación de empleo, una incipiente mejora salarial y la subida de los precios de las casas; esta tendencia continuará en 2018: ¿tomamos menos café en España por la cuestión catalana? Y si aislamos el consumo catalán, las ventas de coches en Cataluña han subido un 8% en diciembre. Tenebroso.
  3. Los estimados en tiempo real de la AIReF muestran que la economía catalana creció el cuarto trimestre un 0,8% frente al tercero, igual que el resto de España, y algo parecido sucederá el primer trimestre. Como la previsión anterior del 1 de octubre suponía un crecimiento de un 0,9%, esto quiere decir que el impacto de la 'situación política' ha sido de una décima en el crecimiento catalán, es decir, unas dos centésimas en el del conjunto de España (-0,02% del PIB), unos 200 millones de euros (algún medio llegó a hablar de un impacto de 22.000 millones de euros…); ahí tienen el formidable impacto político que tanto asusta al FMI.
  4. Con todo, si miramos los estimados de crecimiento del conjunto de España antes y después del 1 de octubre, observamos que hoy en día España crece aproximadamente un 0,4% más (en anualizado) que el 30 de septiembre, o sea, unos 400 millones más de crecimiento. Es decir, que a pesar del impacto marginal que la crisis política ha tenido en la economía (200 millones), otras fuerzas han compensado con creces (600 millones) el crecimiento nacional; sin embargo, el FMI no las ha tenido en cuenta.

¿Qué fuerzas son? El hecho de que nuestro principal cliente, la zona euro, esté creciendo a niveles cercanos al 2,5% espolea nuestras exportaciones, ya muy abultadas tras años de históricos incrementos; el turismo, al que todos los años pronosticamos el agotamiento, ha seguido creciendo con fuerza, con buenos datos en noviembre (82.000 millones de gasto de turistas extranjeros, un 12% más que el año anterior, casi tres veces más del dinero que gastamos en comprar petróleo y gas en los países árabes), y el mercado inmobiliario sigue recuperando el tiempo perdido para normalizar su actividad, algo que redunda en fuerte creación de empleo, como hemos visto en los datos del INEM (por cierto, en Cataluña se han registrado en noviembre un 16% más de compraventas de casas que en el mismo mes del año anterior).

Es verdad que la fortaleza del petróleo podrá minar algo la demanda interna, de lo que resulta que creceremos menos en 2018 que en 2017 (3,2% esperado), pero el impacto será exiguo.

Examinemos los datos más recientes de coyuntura:

  1. El índice de confianza empresarial armonizada se sitúa en 135, un nivel extremadamente alto, lo que augura un buen ritmo de crecimiento del PIB en el primer trimestre (0,8% frente al trimestre anterior, 3,2% anualizado).
  2. El índice de actividad del sector servicios de noviembre ha sido también extremadamente vigoroso, de lo que cabe esperar que este sector, clave en nuestra economía, mantenga ritmos futuros de crecimiento muy sólidos.
  3. La producción industrial crece al 4,2%, un dato muy benigno, la industria seguirá aumentando su peso en nuestro PIB, generando más crecimiento económico en el conjunto del país.
  4. Los datos de tráfico aéreo de diciembre (9% arriba) auguran un buen mes del turismo, y se nota una incipiente recuperación del tráfico en el Prat de Barcelona (6% arriba, tras un 5% de incremento en noviembre).
  5. Las casas suben entre un 5% y un 7% a nivel nacional, lo que espolea el consumo (tendemos a gastarnos un 10% del incremento de los precios de las casas) e incentiva que el sector promotor recupere tasas de actividad más razonables.
  6. El crecimiento del empleo registrado en el INEM, un dato clave para estimar el PIB futuro, se sitúa en el 3,4%, un nivel muy alto, se mire como se mire. A su vez la EPA, lo cifra en el 2,8%. O sea, que España crea empleo al doble de ritmo que otros grandes países europeos.

En conjunto, con estos indicadores, mi apuesta es que el crecimiento español se situará en 2018 por encima de los estimados del FMI (2,4%), del Gobierno (2,3%) y de una parte del consenso (2,5%).

España volverá en 2018 a liderar el crecimiento de las grandes economías occidentales.

Una vez más, el FMI se habrá vuelto a equivocar.

El Fondo Monetario Internacional predijo en 2013: “Atendiendo a recientes indicadores, se espera que el crecimiento sea positivo a finales de este año y, a partir de ahí, ir aumentando hasta alcanzar el 1% a medio plazo. La débil recuperación lastrará al empleo y el desempleo permanecerá sobre el 25% en 2018”. La realidad es que el desempleo en 2018 estará en el 15%, 10 puntos menos de lo que pronosticaba el FMI, ya que el PIB ha crecido muy por encima del mediático y errado vaticinio. Dediqué dos columnas en 2013 y en 2014 para explicar por qué el FMI se equivocaba garrafalmente en sus estimados sobre España, como efectivamente sucedió.

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