El Observatorio
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Las seis razones que explican por qué el euribor subirá antes de lo que cree
Un miembro del BCE afirmó la semana pasada que el BCE no tendría que seguir dicha pauta, y que no era descartable que se produjera una subida de tipos antes del “tapering”
Chesney Martin, expresidente de la Fed, afirmó hace tiempo que la misión de todo banco central consistía en “retirar el alcohol cuando el guateque empieza a animarse”. Con esta frase, Martin hacía referencia a que episodios prolongados de dinero barato contribuían a alimentar la euforia, a infraponderar el riesgo, y por lo tanto a gestar las bases de una crisis financiera con su consecuente resaca económica.
Si hace tan sólo seis meses los futuros marcaban subidas de tipos del Banco Central Europeo (BCE), principal determinante del euribor, a partir del año 2020, es interesante reflexionar sobre el hecho de que hoy en día los futuros apuntan ya a un 40% de posibilidades de dicho movimiento se adelante a principio de 2018, dos años antes. El mercado espera que el BCE primero anuncie un “tapering” , o reducción del volumen de compras de activos financieros hasta llegar a cero, antes que una subida de tipos, siguiendo así las pautas de la Fed. Dicho anuncio provocaría una subida de los tipos de interés de largo plazo. Sin embargo, y para añadir más leña al fuego, un miembro del consejo de gobierno del BCE afirmó la semana pasada que el BCE no tendría que seguir dicha pauta, y que no era descartable que se produjera una subida de tipos antes del “tapering”. En cualquier caso tanto el “tapering” como la subida de tipos se acercan, por lo que podemos vislumbrar subidas de tipos de interés de corto (euribor) y de largo plazo (rentabilidad de los bonos, que marcan los tipos de interés a tipo fijo) en los próximos meses.
¿Cómo se explican estos cambios?
- Primero, la inflación sube
El último dato apunta a una subida de un 2% en la zona euro, la mayor en cuatro años, con la inflación alemana al 2,2% y la española al 3%. Así, en unos pocos meses hemos pasado de preocuparnos por una deflación japonesa a preocuparnos por la inflación. Como la inflación subyacente (excluyendo energía y alimentos) aún se sitúa en el 0,9% el BCE aún tiene margen de maniobra. Con todo, el ciclo de los EEUU, que nos ha mostrado cómo la mejora económica acaba provocando subidas de inflaciones subyacente (que se encuentra ya entre el 1,7% y el 2,2% según qué variante se mire) ante reducciones de desempleo, debería alertar al consejo de gobierno del BCE de los efectos que pueda tener el dinero barato demasiado tiempo.
- Segundo, el dinero circula
La masa monetaria (M3) crece ya al ritmo de casi un 5%, y el crédito al sector privado (empresas y familias) lleva creciendo desde hace ya más de un año, aumentando ya el stock total a un ritmo de un 2%.
- Tercero, la economía mejora rápidamente
Así, de considerar a la zona euro “el enfermo del mundo” mucho analista ha pasado a resaltar cómo Europa ha crecido más que EEUU el año pasado, y todo parece indicar que el arranque de 2017 también nos permitirá observar tasas de crecimiento superiores en Europa que en los EEUU. Si los indicadores siguen así el crecimiento de la zona euro podría superar el 2% anualizado, algo que no ocurría desde hace bastante tiempo.
- Cuarto, las burbujas de activos crecen
A medida que el BCE mantiene los tipos a nivel negativo e inyecta 60.000 millones de euros al mes los precios de los activos siguen adentrándose en territorios que muchos podrían definir como de burbuja, gestándose el riesgo de una futura crisis financiera. Esta inestabilidad financiera es coherente con un guateque álgido, de ahí el llamamiento de varios bancos centrales con derecho a voto en el BCE para considerar retirar el alcohol a tiempo. Es de destacar los claros síntomas de burbuja inmobiliarias en ciertas zonas de Europa, en especial en el mercado de oficinas.
- Quinto, el BCE alcanza los límites técnicos
Unos límites que se autoimpuso para comprar bonos de ciertos países. En unas pocas semanas habrá agotado el stock de bonos a comprar en ciertas clases de activos. Un relajamiento de sus criterios, por ejemplo para comprar más bonos portugueses, no sería muy coherente con los fundamentales expresados en los puntos anteriores, y sería blanco de crítica política.
- Sexto, la política monetaria es política
Aunque teóricamente un banco eentral sea independiente, en la práctica ha de considerar las implicaciones políticas de sus decisiones. En mi opinión el BCE afronta riesgos evidentes de críticas por parte de la población del norte de Europa, en especial la alemana en un contexto particular (elecciones en septiembre), y también por parte de la nueva administración Trump, que critica el supuesto “euro depreciado como consecuencia de la expansión cuantitativa del BCE”, lo que favorece las exportaciones de la zona euro y penaliza las de los EEUU; ante una amenaza protecionista por parte de EEUU el BCE calibrará mucho esta crítica en la toma de sus decisiones.
En conclusión
Creo que una vez acabe el proceso electoral francés observaremos cambios relevantes en la política monetaria del BCE:
a) Su retórica se volverá más agresiva, proceso que ya ha comenzado, preparando el terreno para una subida de tipos el año que viene
b) Anunciará un ”tapering” el segundo semestre de 2017
c) La subida llegará en 2018, y será continua, en línea con lo que ya está realizando la FED.
El euribor subirá.
Chesney Martin, expresidente de la Fed, afirmó hace tiempo que la misión de todo banco central consistía en “retirar el alcohol cuando el guateque empieza a animarse”. Con esta frase, Martin hacía referencia a que episodios prolongados de dinero barato contribuían a alimentar la euforia, a infraponderar el riesgo, y por lo tanto a gestar las bases de una crisis financiera con su consecuente resaca económica.