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Carta cariñosa a S.McCoy
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El Quinto en Discordia

El Quinto en Discordia

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Carta cariñosa a S.McCoy

Querido S.McCoy, Siempre me ha admirado tu inteligencia y sentido común con el que día tras día consigues iluminarnos. Por eso, cuando el pasado martes leí tu

Querido S.McCoy,

 

Siempre me ha admirado tu inteligencia y sentido común con el que día tras día consigues iluminarnos. Por eso, cuando el pasado martes leí tu columna “Oh cielos, en la España actual, los niños nacen con 87.000 euros de deuda debajo del brazo” estaba seguro de que ibas a ser capaz de arrojar algo de luz sobre un tema, hoy más que nunca, tan importante.

El artículo no me decepcionó para nada. Comparto tu inquietud y preocupación sobre los problemas que acarrea la vorágine en la que han incurrido muchos países, endeudándose hasta extremos harto peligrosos. Las cifras a las que haces referencia son pavorosas. Y no puedo estar más de acuerdo con tu conclusión “sólo nos queda repagar lo debido y encomendarnos a las cacareadas reformas estructurales. Cuanto antes tomemos conciencia, mejor”.

Ahora bien, admirado McCoy, a lo largo del artículo haces referencia al “pedazo de timo de la estampita financiera que estamos viviendo” como consecuencia de la descorrelación entre la economía financiera y real que “está fomentando la ilusoria recuperación de los mercados”. Creo que en este punto es necesario hacer una reflexión algo más serena y ver si nos estamos perdiendo algo –además de la subida de la bolsa- que justifique esta descorrelación. Sin duda resulta poco intuitivo que con la que está cayendo la bolsa suba pero quizá haya que desprenderse de los perjuicios que la (lamentable) realidad sociopolítica española y alguna magnitud macroeconómica estanca nos puedan llegar a provocar.

Como bien sabes caro McCoy, no soy experto y no puedo emitir una opinión técnica y mis conclusiones, inspiradas en el sentido común, son extraídas de lo que leo aquí y allá. Y al final, después de darle muchas vueltas, creo que la solución pude ser la más sencilla de todas: ¿no será que al final la economía americana está finalmente recuperando en forma de uve? ¿no habremos exagerados los riesgos de “double dip”?

Los principales indicadores macro apunta en esa dirección. Pese que no paramos de oír y leer que el consumo se desploma, el dato de ventas al por menor está creciendo en términos interanuales frente a las caídas de doble dígito de finales del año pasado. La actividad industrial está definitivamente recuperándose (ISM en zona expansiva), las importaciones y exportaciones están rebotando y lo más probable es que el PIB crezca al 3-4% los próximos trimestres. El mercado inmobiliario ha tocado suelo y tanto el precio como las ventas de casas se están recuperando en los últimos meses. El paro es el único indicador que todavía sigue en máximos. Sin embargo, la tasa de destrucción de empleo se ha moderado notablemente y la tendencia es de franca recuperación. El desempleo ha sido siempre un indicador retardado pero con inventarios en mínimos históricos, el gasto en consumo recuperándose y los márgenes empresariales ampliándose, la creación de empleo no puede tardar.

Y en cuanto al riesgo de recaída (“double dip”) hay que recordar que en los últimos tiempos sólo ha sucedido a principio de los años ochenta, cuando Estados Unidos estaba en estanflación y la política monetaria de la Reserva Federal se asemejó a una montaña rusa –pasó del 7 al 17% de 1978 al 1980, recortó otra vez hasta el 9% para volver a subir al 19% en 1981, provocando la recaída-. No parece que por el momento Bernanke vaya a repetir semejante disparate y parece que no tienen intención de menearlo mucho ahora que está funcionando.  

No sé, querido McCoy ,si estamos ante una “recuperación ilusoria” de los mercados. Tú sabes más de toda esta vaina, el tiempo dirá. Sólo quería hacerte llegar estas reflexiones porque hay veces que el topicazo se cumple: los árboles no dejan ver el bosque.

Querido S.McCoy,