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Empieza el segundo trimestre y los mercados, como si esto no fuera con ellos...
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El Quinto en Discordia

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Empieza el segundo trimestre y los mercados, como si esto no fuera con ellos...

En el primer trimestre del año, pese a que resulte poco intuitivo por la alta volatilidad y el comportamiento errático de los distintos activos durante este

En el primer trimestre del año, pese a que resulte poco intuitivo por la alta volatilidad y el comportamiento errático de los distintos activos durante este periodo y el progresivo enrarecimiento de la situación socio política, los mercados han cerrado poniendo en precio que la economía mundial continúa por la senda de la recuperación iniciada hace unos trimestres. Las bolsas, salvo contadas excepciones entre las que se encuentra el Ibex, han cerrado con subidas más que razonables; la curva de tipos ha continuado ganando pendiente; los diferenciales de crédito se han estrechado ligeramente; el dólar ha subido; y las principales materias primas han seguido recuperando terreno.

 

Asimismo, los últimos meses han servido para comprobar que si bien los riesgos soberanos son un problema, se trata de un problema conocido y con solución. Incluso el caso griego, caso extremo tanto por tratarse del primer caso de riesgo de (in)solvencia en un país de la zona euro como por la desconfianza que ha provocado la manipulación de sus cifras, ha conseguido solucionarse. Bien mirado, incluso podría resultar positivo para aquellas economías que como consecuencia de la crisis de confianza que se ha desatado, se han visto forzadas a cambiar el tranco en sus políticas fiscales. Al final, se demuestra que los mercados pueden tolerar desequilibrios fiscales en la medida que continúe confirmándose la historia de recuperación cíclica.

Y las claves de esa recuperación cíclica están aquí para quedarse: 1) la reconstrucción de inventarios sigue tirando de la actividad industrial –ISM en territorio expansivo-; 2) tanto las ventas como el precio de las casas en Estados Unidos parecen haber superado el  punto de inflexión después de tres años de corrección –importante para una correcta valoración de los balances de los bancos-; 3) las empresas han capeado el temporal mucho mejor de lo que cabía esperar y sus resultados y su capacidad de generación de caja están sorprendiendo y mejorando en las principales economías, lo que favorece la inversión empresarial –los resultados empresariales marcan el ciclo empresarial y, consecuentemente, el gasto empresarial, ya sea en inversión o en empleo- ; 4) y, esta es la clave, todo ello se está traduciendo en creación de empleo: en el primer trimestre del año, en Estados Unidos se han creado siendo los siguientes.

A día de hoy, y de cara a los próximos meses la visión general –el famoso consenso- es que las bolsas van a seguir dentro de un rango ya que los problemas a los que nos hemos enfrentado últimamente –eventual calentamiento de la economía china, impacto en el crédito de la nueva regulación bancaria a punto de salir del horno y los problemas de riesgo país- no se han resuelto y pueden volver a cobrar protagonismo en cualquier momento. Todo ello ha provocado que la confianza se evapore y que las subidas de las bolsas se hayan producido sin volumen.

Sin embargo, a pesar de encontrarnos en la parte alta del tan manido rango, creo que hay motivos a corto plazo que pueden llevarnos a  romperlos y que en cualquier caso pintan un panorama bastante halagüeño para la renta variable en los próximos meses.

Por un lado, el binomio crecimiento-inflación es positivo para la renta variable. Esto es, en las economías desarrolladas  la inflación continúa reduciéndose, lo que no pone presión a los bancos centrales; y la actividad manufacturera continúa con buen tono, la inversión empresarial se está recuperando y las compañías tienen muy buena posición de caja para seguir invirtiendo.

Además, los buenos resultados empresariales van a continuar y son la clave para que el empleo continúe recuperando. Importa señalar que al igual que vimos ya en el último trimestre del año pasado, estos mejores resultados están viniendo de la mano de mejores ingresos, lo que unido a los niveles de márgenes en los que nos encontramos hacen que el apalancamiento operativo sea muy importante de cara a la recuperación.

Y por último, la confianza en la recuperación, en las últimas semanas se ha evaporado. Esto se ve tanto en los niveles de exposición a bolsa –que continúan en unos niveles ridículos- como por los flujos de dinero que siguen sin llegar.

Así las cosas, creo que en las próximas semanas, en ausencia de meteduras de pata gorda por parte de la clase política –y no sólo la nuestra-, podríamos ver nuevos máximos.

En el primer trimestre del año, pese a que resulte poco intuitivo por la alta volatilidad y el comportamiento errático de los distintos activos durante este periodo y el progresivo enrarecimiento de la situación socio política, los mercados han cerrado poniendo en precio que la economía mundial continúa por la senda de la recuperación iniciada hace unos trimestres. Las bolsas, salvo contadas excepciones entre las que se encuentra el Ibex, han cerrado con subidas más que razonables; la curva de tipos ha continuado ganando pendiente; los diferenciales de crédito se han estrechado ligeramente; el dólar ha subido; y las principales materias primas han seguido recuperando terreno.

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