Depósitos, depósitos, depósitos…

Como rezaba aquel refrán, éramos pocos y parió la abuela: ¿a qué viene la guerra de depósitos que ha desatado el Banco de Santander? En el entorno actual en el que el resultado de los bancos españoles no puede tener más amenazas –coste del funding, curva de tipos, caída de volúmenes, aumento de la morosidad-, se desata una guerra comercial que por muchas vueltas que le den –aumento de la base de clientes, cross selling,…- va a erosionar los márgenes de los bancos en el año en curso. Y como ya nos conocemos, lo único que podemos descartar de esta estrategia es que los bancos que la están empujando pretendan premiar a los clientes por algún motivo que no terminamos de comprender. Desde la premisa que las estrategias comerciales tanto de activo como de pasivo de los bancos tienen el único –y por otra parte, absolutamente lícito- objetivo de engordar su cuenta de resultados, por qué los únicos bancos que por el momento no tienen problema para acudir al mercado a financiarse, optan por este camino a priori más costoso.

La única teoría que se sostiene es la -de la conspiración- que sitúa al Banco de España detrás para desatascar la inevitable y enquistada reordenación las cajas de ahorro. Tienen todo el sentido. Llegados a este punto, en el que el regulador español no está siendo capaz de imponer su criterio y reestructurar con cierto sentido económico esa parte del sistema financiero completamente podrido, se entiende que traten de retorcer el brazo a las cajas y/o gobiernos autonómicos que no terminan de tragar.

Una vez que han comprendido que los intereses creados son insalvables, que no hay ni voluntad ni probablemente capacidad política para llevar a cabo la profunda reordenación que esa parte anacrónica y sin sentido de nuestro panorama financiero requiere, han optado por estrangular la única fuente de financiación a la que todavía pueden acudir: los depósitos. Y, ¿cuál es la mejor forma de hacerlo? Desatar una guerra de captación de pasivo entre los principales grupos financieros para sacar del mercado a las cajas y cerrarles la puerta a su única fuente de financiación actual.

Los bancos principales están comprando cuota de mercado futura con margen financiero actual -¿cuántos puntos? Dependiendo de cómo sea la ejecución, pero esta reordenación, a ojo, le tiene que costar unos diez puntos de cuota de mercado a las cajas de ahorro en los próximos pocos años-. El Banco de España está recuperando la iniciativa. Y al final todos saldremos beneficiados con un sistema financiero mejor y más estable. O, ¿ustedes no lo ven así?